10- Hermandad

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Hace Unos Años...

Estaba acostumbrada a no tener a nadie, a estar sola, a hacer las cosas por si misma.

¿Tenia hambre? Tenía que hacerse algo para comer. ¿Se había lastimado? Tenía que buscar algo con que calmar el dolor. ¿Estaba triste? Podía abrazarse sola. ¿Se sentía sola? Se tenía a misma.

¿No?

Así eran todos los niños, ¿no?

--¿Dónde están sus padres?

--Ni idea. Mi esposa quería devolverle unas cosas a su madre y nadie respondió... Ni siquiera sabíamos que tenían una hija. La encontramos tan vulnerable y...-- No podía continuar, la escena había sido traumatizante y triste.

Una pequeña de seis años, abandonada en un apartamento, tenía pequeñas quemaduras, probablemente había intentado cocinarse algo. Estaba tan descuidada, no hablaba mucho, no sabían mucho lo que había sucedido.

Lo único que la joven recordaba eran dos personas que vivían con ella, pero no le hablaban, no le escuchaban, ignoraban por completo su existencia.

Hasta que desaparecieron.

Y ella quedó sola. Completamente sola.

Hasta que una vecina la encontró, llamó a la policía y ahí estaba la pequeña en la comisaría.

No tenía identidad alguna, no sabían su nombre. Era como una persona invisible, una extraña que nadie conocía.

Terminó en el orfanato. Donde no hablaba con nadie. Hasta que aquellos chicos se acercaron a ella.

--¿Eres nueva? ¡Mi nombre es Luffy! ¿Cómo te llamas?-- Cuestionó uno de los menores, le sonreía con tanta amabilidad que le daba algo de confianza.

--(T/N)...

Ese era el nombre que le habían dado.

Y el otro chico, parecía nervioso, parecía tener algo de miedo.

--Él es Sabo, él y yo somos hermanos, ¿sabes?-- Decía Luffy, abrazando al otro chico con cabellos rubios. --Bueno... nos conocimos en éste lugar, pero... Somos hermanos.

No estaba tan segura del significado de aquella palabra, pero asintió a las palabras del pelinegro.

Desde ese día, el tiempo en el orfanato había mejorado. Casi todos los demás niños no parecían contentos con la energética personalidad de Luffy, y creían que Sabo era un rarito.

Hasta que una pareja llegó al orfanato, había otro niño con ellos. Un pelinegro con pecas en su rostro, tenía una cara de molesto, sus brazos cruzados y un puchero en sus labios. Parecía estar enojado.

--¿Estás seguro que ésta es una buena idea?-- Pregunto la mujer a su esposo. Sus cabellos eran ligeramente rubios y también tenía pecas en sus mejillas.

Bajo La Luna (Sanji x Lectora x Zoro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora