Bajo La Luna (Sanji x Lectora x Zoro)

15- En Un Mar De Dudas

Dos meses.

Dos meses viviendo en un mundo de fantasías y colores. Un mundo donde todo era perfecto.

El tercer meses comenzaban esos diminutos problemas, esas complicaciones que ignoraban ya que eran tonterías.

¿Se te había olvidado lavar la ropa?

¿Rompiste el marco de una foto?

¿Saliste con tus amigos sin avisar?

¿No querías tener sexo porque te encontrabas muy cansada?

No había problema. Todo estaba bien. Todo se resolvería en poco tiempo y volverían a ese mundo de colores y perfección.

Cuatro meses. La distancia era como una tercera persona en una relación de dos.

Apenas de hablaban, apenas se veían. Vivían en la misma casa y aun así no podía comunicarse demasiado. Pues ambos jóvenes se la pasaban muy ocupados.

Y era estresante para ambos.

Si hablaban un poco, terminaba en una discusión.

¿Por qué su tono suena enojado? ¿Por qué ignora lo que digo?

¿Y por qué le daba la espalda a la hora de dormir? ¿Por qué no hablaban sobre el problema y seguían adelante?

Cinco meses. ¿Dónde estaba su mundo de fantasías y felicidad?

¿Dónde estaban las risas?

¿Dónde estaba el amor?

--¿Qué sucede? Te ves intranquilo.-- Comentó la joven, tomando el brazo del pelinegro, captando su atención.

Él caminaba de lado a lado, su móvil en su mano y llamaba a alguien desesperadamente.

--Mi madre, mi cumpleaños se acerca y ella no quiere contestar mis llamadas.-- Explico él.

Frialdad.

Su voz era más fría que la nieve que caía. Era como aquel pequeño niño distante que huía de ella, ese niño quien no tenía interés alguno en hablarle.

Su corazón era destrozado cada vez que le respondía tan cortante.

¿Por qué estaba pasando ésto? ¿Por qué estaba siendo tan distante y frío? ¿Qué había cambiado? ¿Por qué había cambiado?

--A lo mejor se comunicará contigo el día de tu cumpleaños.-- Dijo ella, buscando alguna solución para tranquilizar al pecoso.

Y no funcionó.

--Claro. Te vale una mierda, ¿no?-- La de cabellos (c/c) se confundió ante sus palabras. --Tú nunca has tenido que lidiar con una madre que no quiere hablar contigo, porque ni siquiera tienes una.