Cinismo e inseguridades

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Al terminar su comida, Yoongi se levantó de la mesa, llevando consigo los residuos de su almuerzo y tirandolos en el cesto de los desechos

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Al terminar su comida, Yoongi se levantó de la mesa, llevando consigo los residuos de su almuerzo y tirandolos en el cesto de los desechos.

Salió del patio de comidas, rumbo a sus últimas clases del día.

El pasillo como siempre estaba lleno de gente que iba y venía en todas las direcciones. La mayoría de veces lo pasaban empujando por el hombro, ya sea por accidente o a propósito, pero a Yoongi no le afectaba. A estas estancias, ¿qué más podría afectarle?

Como estudiante de diseño de modas, le entristecía tener una actitud así, ya que por lo general los diseñadores y modistas tenían una personalidad entusiasta, intuitiva e ingeniosa la mayoría del tiempo, por lo cual, ahora sería difícil de creer que alguien como él estudiaba moda. Agregándole el hecho de que tan solo tenía 19 años.

Aceptado por él mismo, sabía que era una persona con la peor suerte del mundo. Y eso se comprobó cuando al virar al siguiente pasillo se topó con Kim Jenny.

- Oh dios...ya decía yo donde estabas Yoon, te esperábamos a la hora del almuerzo en el campus ¿por qué no fuiste? - dijo al quedar frente a Yoongi.

Yoongi suspiró apretando su mano. - Hola Jenny, lo siento, tuve que quedarme haciendo cosas en la biblioteca.

- Oh comprendo Yoon, pero será mejor que busques o llames a Jimin, este pasó molestando todo el almuerzo porque no te encontraba.

La voz de Jenny ahora le parecía chillona e irritante. Aturdia tanto a Yoongi. No sabía como la soportaría. Es más, no entendía como es que podría aguantar al resto de su círculo.

Yoongi suspiró - Entonces lo llamaré ya mismo. Gra-gracias por decírmelo.

- ¿Yoongi? ¿Te sucede algo? - lo miró preocupada.

- ¿Uh? No, estoy bien, descuida, yo... solo estoy cansado. Hoy tuve una mañana de muchas clases.

Yoongi apartó la mirada. Si fuera alguien más valiente, se hubiera atrevido desde hace rato a gritarle a Jenny y cada uno de sus amigos lo hipócritas y asquerosas personas que eran. Pero él era un cobarde y débil, sumandole que ya no tenía fuerzas para sobrellevar esto.

- Ay si, ahora que han pasado los exámenes, los profesores ni así sueltan un poco la tira - rió - bueno Yoon, tengo que ir a mi siguiente clase, nos vemos después.

Yoongi solo asintió mordiendo su labio y apretando el filo de su chaqueta. Le daba tanto coraje e impotencia, Jenny y todos los que la rodeaban. Un círculo pretencioso de cínicos y sin cerebro. Antes de seguir su paso, Yoongi se giró a medias, viendo de lejos como Jenny se encontraba con un grupito de amigos, los cuales la recibían con sonrisas y abrazos.

Yoongi frunció el ceño sintiéndose triste. A pesar de todo, él jamás podría volver a socializar de esa manera. Lo intentó, pero las consecuencias eran la pesada situación de ahora.

"Hipócrita y todo, pero con amigos" "Grupo de cínicos y sin cerebro, pero con amigos después de todo" ... le dijo el subconsciente de Yoongi. "En cambio tú, eres un cero a la izquierda y nadie te quiere, tal como la basura".

Yoongi suspiró lloroso ante aquella conclusión. Era tan conciente de que esa era la realidad, pero solo él podía decírselo a él mismo y aceptarlo, no quería que nadie más se lo restregara en la cara. Si eso pasara, estaba seguro que se quebraría.

Se giró y siguió con su camino.

Antes de entrar al salón de clases, fue al baño. Allí revisó el celular, encontrándose con un mensaje de su hermana, diciéndole que esa noche tendría una cena en la casa de una de sus amigas, y por supuesto llamadas y mensajes de Jimin.

Guardó el celular, e hizo sus necesidades. Después de eso, se lavó las manos y se quedó viendo al espejo.

"Eres tan horrible e insignificante" "No sirves ni para amigo ni para novio"

Yoongi apartó la vista del espejo. Ya no estaba rodeado de gente, estaba solo, así que su apariencia cabizbaja salió a la luz. Sus ojos comenzaron a aguarse, alertandolo.

Cerró los ojos, apretandolos para no ceder más al llanto. Ya lo había hecho en demasía, tres días seguidos desde que supo la verdad.

Metió la mano en uno de los bolsillos de su pantalón, sacando una navaja.

Abrió los ojos, y mirándose fijamente en el espejo, metió la mano con la navaja por la pretina del pantalón hasta tocar la piel de su muslo. Lentamente hizo una cortada recta. Su respiración fue calmandose conforme se iba cortando, y sus ojos parpadearon dandole fin a las ganas de llorar.

Sacó la mano del pantalón, la cual estaba manchada de sangre, y la enjuagó junto con la navaja. Aquella fue la forma más eficaz que pudo encontrar para no ceder al llanto, cuando le rompieron el corazón en el colegio.

Había luchado con todas sus fuerzas por dejar aquella horrible adicción de cortarse cuando conoció la "felicidad" con Jimin y todo lo que lo rodeaba, pero ahora ya no importaba nada. Comprobó que esta seguía siendo la única manera de poder calmarse.

El dolor físico cubría el dolor emocional que sentía. Las cicatrices dañarían la pulcra apariencia de su lechosa piel, pero, ¿a quién le importaba? Exacto, a nadie. Era feo de todos modos.

Acomodó su cabello, y guardó la navaja. El pantalón dejaba ver una mancha por la sangre de la cortada, pero era algo normal.

Salió del baño y fue rumbo al salón, como si nada hubiera pasado.

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Espero que les siga gustando esta historia. Puede que sea un cliché, pero a mi me encanta y me relaja escribir clichés jajajja. No encontraba una historia así para leer, así que me dije, ¿por qué no hacerla yo mismo?.



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