Anael no había prestado atención hasta ahora a las palabras de su supuesto padre, solo esperaba que esta cena terminara ya, pudiera irse a casa con su Maestra y poner fin a su enfermedad lo más pronto posible pero cuando escuchó el cuestionamiento sin sentido del estúpido segundo príncipe, su sangre hirvió. Alzó el rostro y miró directo a Enzo. Unos bellos ojos negros le devolvían la mirada.
"Realmente debería ser un pecado ser tan guapo y al mismo tiempo tan insufrible", se quejó en su corazón. "La belleza sin inteligencia debería ser un crimen."
—A decir verdad, no es lo suficientemente buena —exclamó con voz clara. Un deseo de venganza surgió en su corazón.
—Anael, solo ignóralo —dijo el Emperador, quién comenzaba a tener un dolor de cabeza. Apenas intentaba redimirse, pero este tonto hijo suyo siempre hablaba en los momentos más inoportunos.
—No, Su Majestad. No lo ignoraré —dijo con voz firme Anael mientras se ponía de pie, sin importarle si moría aquí por provocar a quien no debía. ¿No le merecía esta justicia al dueño original? ¡Al mismo que fue sobajado por estos hombres al final del libro! y lo que más le enfurecía es que el original hizo lo que hizo ¡todo por buscar su reconocimiento!
"¡Solo quería una familia, con un carajo!"
Si lo pensaba, hablar ahora se podía considerar como pagar la renta por usar su cuerpo.
Al recordar la descripción de la tortura que sufrió la villana Heira antes de su muerte, la irritación en el corazón de Anael creció a nuevos límites.
—¿Por qué sería buena para mí, Príncipe Enzo? ¿Cuándo lo ha sido? ¿Cuándo, en toda tu brillante vida, has sido bueno con Heira? ¡Hasta hace días te enteraste que Heira en realidad es un hombre! ¿Cómo podrías no saber la información más básica de tu hermano menor si le hubieras prestado un mísero gramo de atención?
—Anael... —quiso intervenir el Príncipe Heredero, pero el chico no le dio oportunidad y siguió acribillando.
—¿Me has salvado? ¡Ustedes fueron quienes dejaron que todo eso le pasara a Heira! Por su ignorancia, este hermano menor creció en la miseria. ¿Sabían acaso qué no tenía cobijas para el invierno o ropa cálida como la que visten ahora? ¡Ni siquiera podía tener dos comidas al día! ¿Sabían qué cada que hacía una tarea mal, las mujeres que les llevaban mi información, me golpeaban hasta dejarme inconsciente? —preguntó Anael sin detenerse. Podía ver como las miradas en los ojos de esos tres perdían brillo y se llenaban de conmoción. Este hecho hizo que se sintiera mejor, pues era la única venganza que se le ocurría para aliviar los agravios del dueño original.
Después de todo, ¿qué peor retribución hay que a alguien que se llena de sí mismo, de su amabilidad y rectitud, mostrarle que todo lo que hizo causó daño a inocentes? —¿Sabía, Su Majestad, qué su hijo no tenía derecho a usar la luz eléctrica o siquiera a bañarse con agua caliente? Dentro de su propio territorio esto sucedió. Ja, ja, ja. Es tan gracioso.
—Anael basta... —pidió el Príncipe Heredero.
—Y usted, Su Alteza. Se jacta de ser tan honesto en sus acciones, pero ¿cuándo trató a su único hermano de sangre con esa alabada honestidad? Solo creíste en las palabras de unas pocas sirvientas y condenaste al ostracismo a tu hermano. Ni siquiera lo buscaste para ver por ti mismo esa despreciable actitud que tenía.
Al príncipe Heredero, desde que tenía uso de razón, se le inculcó el respeto por su padre y la rectitud de la Familia Real, así como la entrega con el pueblo. Siempre creyó que sus acciones estaban llenas de justicia y sinceridad, pero...cuando realmente importaba, era un incompetente. Ni siquiera había podido cuidar a su único hermano biológico. En su lugar, había tomado mentiras como verdades y las consecuencias casi desembocan en la muerte de un inocente. No importaba como se redimiera o que buenas acciones hiciera en el futuro, su estupidez pasada no se borraría.
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¡Resulta que soy el villano!
RomanceAnael despierta y se da cuenta que ahora está en el cuerpo adolescente de la villana ¡que en realidad es un chico! Aún sin poder asimilar lo que sucede, es enviado frente al Emperador para tener una comida familiar. No solo están ellos, sino los pro...