Luego de un par de vueltas alrededor del jardín y el centro comercial, Anael pudo encontrar un callejón estrecho con una placa en la que se podía leer "Sanatorio de bestias Etérea" con una flecha indicando el camino.
El chico dio un vistazo y al comprobar que no había peligro alguno, se internó sin miedo. Con la pequeña bestia en brazos, que gemía de dolor aún en la inconsciencia, llegó a una puerta de cristal en donde se leía en una pintura desgastada "Sanatorio...", además de un par de ilustraciones de tiernas bestias.
La fachada del lugar daba una ligera sensación de desolación pero no tenía mejores opciones por el momento, así que puso una expresión solemne y se dijo que a pesar de todo, era un espacio bastante limpio. Además, la temperatura de la pequeña estufa en sus brazos no dejaba de aumentar con cada minuto. Ya sentía que la ropa se le pegaba al cuerpo debido al sudor.
—Vamos pequeño, aquí te curarán y ya no sentirás dolor, ¿vale? —dijo como si estuviera engatusando a un bebé.
Con resolución, Anael empujó la puerta pero no vio a ningún otro ser vivo, la recepción parecía estar desierta. Con paso lento se acercó al mostrador y vio una pequeña campana.
—Hola... —dijo mirando a todos lados, incluso detrás del mostrador, pero no había nadie. Así que tocó la campanilla una vez esperando que alguien saliera. Y realmente una persona lo hizo.
Era una joven, que salió por una de las puertas que se encontraban detrás del mostrador. Ella tenía un aspecto agradable, parecía rondar entre los veinte y veinticinco años. Su cabello verde estaba peinado en dos coletas y detrás de los lentes rojos había unos tiernos ojos cafés. Su nariz era pequeña y respingada, y su boca delgada. Algo que agregaba un encanto risueño a su rostro eran las pecas que adornaban sus mejillas y nariz.
—Hola chico —exclamó ella con una sonrisa. —¿En qué podemos ayudarte? ¿Traes a revisión a una bestia? ¿Quieres encontrar un nuevo amigo? ¿Comprobar tu compatibilidad con lindas bestias de bajo nivel? No importa lo que necesites, ¡aquí en "Sanatorio de bestias Etérea" podemos ayudarte! —habló con entusiasmo y mostrando una sonrisa que dejaba ver todos sus dientes. Anael se quedó sin palabras por unos segundos, el spot publicitario fue demasiado animado, casi presentía que al siguiente segundo, ella alzaría los brazos con una pancarta y saldrían globos de algún lugar. Cuando se recuperó, sonrió y señaló al gatito en sus brazos con la mirada.
—Esta pequeña bestia irrumpió en mi casa...está demasiado herido. No sé como curarlo y vine aquí.
La joven borró la sonrisa en su rostro y puso una expresión solemne cuando se dio cuenta de que el chico frente a ella estaba sudando profusamente, tal vez por correr hasta ellos con prisa, lleno de preocupación por la pequeña bestia que cargaba. ¡Que persona tan pura!, pensó ella. Vio su tez sonrojada y con un indicio de enfermedad, lo que demostraba la importancia que le daba a la bestia. Se conmovió y dejó de alargar el tiempo.
—Claro, ven. ¡Nuestro sanador es uno de los mejores del imperio! —dijo ella con entusiasmo para animarlo. Anael recordó la fachada descuidada del exterior pero no dijo nada. Se limitó a seguirla por la segunda puerta. —Sin duda, nuestro sanador podrá curar a tu pequeño amigo.Entraron a una pequeña habitación con iluminación tenue y con olor a desinfectante y yerbas.
"Que rara combinación", pensó él. Se sentía como estar en una clínica y una tienda naturista al mismo tiempo.
—Daniel, sal de donde estés —exclamó la joven buscando a alguien con la mirada. Un balbuceo desordenado provino de detrás del escritorio. Ella caminó hasta la fuente del sonido y luego de ver algo en el suelo, su rostro previamente conmovido cambió y solo mostró una expresión incómoda. Lanzó una patada y se agachó. Cuando se puso de pie nuevamente, de su mano colgaba un hombre desaliñado y con expresión lúgubre, parecía tener unos treinta años. —Tenemos un paciente —anunció molesta, se podía ver su disgusto con claridad.
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¡Resulta que soy el villano!
Storie d'amoreAnael despierta y se da cuenta que ahora está en el cuerpo adolescente de la villana ¡que en realidad es un chico! Aún sin poder asimilar lo que sucede, es enviado frente al Emperador para tener una comida familiar. No solo están ellos, sino los pro...