7ta prueba:La noche con el Sultan

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En el haren

Estaban preparando a Alexandra, pues tenia que estar presentable porque no iría a ver a cualquiera, iría a ver al Sultan, al Sultan, al rey del mundo. Por lo que significaba que si a este no le gustaba significaría su fin.

Minutos antes de que los aposentos del Sultan estén listos para recibir a la criada, la criada Alexandra ya estaba lista. Se había bañado, perfumado, peinado y llevaba un vestido blanco largo que llegaba hasta sus pies, el cual tenia una un escote en forma de V.

La criada antes de salieran del haren, se habia alejado de todo el grupo de criadas para así poder esconderse en un rincón y resarle a su cruz que llevaba con ella, pues al ser hija de un sacerdote ella crecio siendo de la fe cristiana al igual que María.

Después de resar beso su cruz y lo guardo abajo de su almohada para que no lo vieran pues si lo veían eso significaria un castigo o tal vez una ejecución. Fue a donde se encontraban los encargados del haren (Sümbül y Firial), y emprendió la caminata hacia los aposentos del Sultan, estaba confiada pues ya tenia su plan hecho.

Pasaria la noche con el Sultan, lo enamoraria y lo haria su esclavo. Así tendria al Sultan a sus pies, y eso conllevaba tener a todos a sus pies, nadie volveria a tocarla ni a faltarle al respeto, y quien se atreviera a ello lo pagaria con su vida.

Estaban a solo pasos de la puerta de los aposentos del Sultan, pero se detuvieron derrepente...
Alexandra vio confundida a Sümbül porque nisiquira habia avisado al guardia ni nada parecido así que vio al frente divisando a Gulsa en la puerta mirandola con una mezcla entre confusión y superioridad.

Alexandra: ¿Qué sucede? ¿Por qué nos detuvimos?

Sümbül: Hay que volver.

Alexandra: ¿Qué? ¿Por qué?

Sümbül: Volvamos al haren.

Con eso dicho Sümbül se dio media vuelta mientras extendia su mano para indicar a la criada su retirada, pero esta no lo aceptó.

Alexandra: No, quiero ver al Sultan.

Con esto dicho intento avanzar hacia los aposentos del Sultan pero Sümbül impidio su paso.

Sümbül: No puedes ver al Sultan ahora.

Alexandra: Vine hasta aqui porque el Sultan así lo quiso.

Sümbül: ¿Acaso no entiendes?, la sultana Maidevran esta hay, no puedes entrar.

Alexandra: Ella hay adentro y yo aqui.

La criada estaba molesta, por lo que se dio media vuelta para volver al haren y Sümbül la siguio.

Sümbül: ¿A donde vas?

Alexandra: Directo al infierno.- dijo mientras iba a paso rápido, no queria ver a nadie solo volver a su cama.

Sümbül: Camina despacio como una mujer o te romperé las piernas.- dijo mientras agarraba el ante brazo de la criada para que se detuviera, pero esta se zafó a la fuerza y siguio caminando a paso rápido.

Sümbül: Agarrenla y encierranla en su habitación.

Con eso los guardias la agarraron de ambos brazos para llevarla hacia al haren.

Antes de eso en los aposentos del Sultan

El Sultan estaba un poco nervioso, emocionado, pero un poco alegre pues esa noche por fin tendria de frente a esa criada con bellos ojos esmeralda que lo habian atrapado desde la primera vez que la vio. Si bien faltaban minutos para verla, el estaba nervioso algo que no pasaba desde que era principe, se puso frente a su escritorio viendo a la nada mientras sirvientes preparaban su habitación.

Prendian velas para iluminar la habitación, el Sultan ya estaba vestido y listo para resivir a la criada, cuando los sirvientes se fueron, fue señal de que la criada estaba en camino. Estaba muy nervioso pero intentaria calmarse pues queria que esa noche todo saliera bien, de pronto tocaron la puerta y el dio el permiso para que entraran. La puerta se abrio lentamente y el volteo pues no podia esperar a que entrara y que las puertas se cerraran para poder recien verla.

Y se quedo muy sorprendido, pues por la puerta entro una mujer joven, hermosa, delgada, con un vestido rosa platinado. Su sonrisa he ilusion desaparecieron, pues la mujer que estaba al frente no era la mujer que estaba esperando.

Al cerrarse las puertas, la mujer junto sus manos poniendolas a la altura del estomago, para hacer una reverencia mientras miraba al suelo, esto en señal de respeto.

Maidevran: Su amada súbita esta aqui majestad.

El Sultan solo se quedo viendo a la mujer, pues no podia explicarse como permitieron que entrara si ella no era a quien esperaba, y para eso habia un responsable.

La mujer se fue acercando lentamente al Sultan, mientras miraba detenidamente todo el lugar y cuando estuvo frente al Sultan su cara se ilumino, mostrando una sonrisa, lo habia extrañado tanto. Lo guió hacia la cama y el Sultan se recosto, mientras la mujer se sento al lado de el .

Lo miro fijamente a los ojos, agarro su mano y lo puso en su pecho, en donde se encontraba su corazón.

Maidevran: Escucha eso su majestad.

El Sultan no respondio, solo la miraba.

Maidevran: Ese latido... cuando no estoy cerca de usted, me siento tan indefensa.

Se iba acercando cada vez más al Sultan.

Maidevran: No controlo, mi mente... ni mi corazón.- y lo beso.

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