8va prueba: Los aposentos del Sultan

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En el haren

Los guardias llevaron arrastrando a Alexandra hasta dentro del haren y la tiraron dentro, después de dejarla, cerraron las puertas para que no intentara escapar y también porque era hora de dormir de todas las criadas. Sin embargo todas las criadas estaban despiertas y miraron a Alexandra con burla y curiosidad pues se supone que la criada deberia estar con el Sultan.

Criada: ¿Qué paso Alexandra? ¿No se supone que deberias estar con el Sultan?

Criada 2: Seguro ni paso por la puerta, pobrecita.

Criada 3: Seguramente el Sultan dijo "¿qué es esto? saquen a este demonio de aqui" jajaja.

Y así todas empezaron a burlarse de Alexandra, pero esta solo se fue a su cama, la cual estaba al lado de la cama de su amiga Maria, la cual la miraba con preocupación y confusión pues también se preguntaba que habia pasado. Como las criadas no paraban de reirse, Alexandra agarro una almohada y la tiro a la cara de una de las criadas que habia empezado a molestarla, esta le tiro la almohada devuelta y así es como empezo una guerra de almohadas en medio de la noche en el haren.

A la mañana siguiente

Firial la encargada del harén, fue a ver a las criadas para levantarlas y empezarán con sus estudios y deberes. Pero vaya sorpresa se llevó ver el harén completo de plumas y a las criadas dormidas tranquilamente.

Firial: Oh por Allah, ¿qué es esto?

Analizó la situación y se enojo con las criadas por hacer semejante escena, ¿se creen niñas pequeñas o perros?

Firial: ¡Levántense! ¡vamos, arriba! ¡Levántense! ¿¡qué es esto, se creen perros o que!?

Las criadas se despertaron alarmadas por los gritos, y al ver a Firial enojada se levantaron y agacharon la cabeza un poco avergonzadas por ser regañadas.

Firial: ¿Qué fue lo que sucedio aquí?

Pero ninguna criada respondió.

Firial: ¿Acaso no me escucharon? ¿qué hicieron aquí? ¿se volvieron locas?, limpiará este lugar, no quiero ver que quede ninguna pluma ni una sola ¿me entendieron?

Las criadas solo se quedaron calladas, y fueron por cubetas para recoger todas las plumas, pero Alexandra fue a cambiarse pues no sé había quitado el vestido que llevaba desde anoche. Después de cambiarse las criadas ya habían traído las cubetas, hasta ya habían empezado a limpiar y Alexandra se fue junto a María la cual le había traído una cubeta para ella aparte de la suya para que empezarán a limpiar.

Por otro lado en los aposentos de la M.Sultana

La Madre Sultana esta sentada y en el suelo  encima de una manta se escontaba sentada Mahidevran con una almohada en su regazo, la Sultana la miro con una sonrisa y Mahidevran avergonzada bajo la cabeza pero no podía ocultar su felicidad.

M.Sultana: Me alegra verte feliz otra vez, tu rostro brilla nuevamente.

Mahidevran: Todo gracias a usted madre, usted me mostró el camino.

M.Sultana: No quiero volver a verte triste, siempre debe haber una sonrisa en tu rostro.

En eso entro una criada, se reverencia ante la Madre Sultana y ante Mahidevran.

Criada: Madre Sultana, el Sultan desea verla.

Las dos mujeres se vieron entre sí, pues si el Sultan se enteraba de quién era el que había desobedecido su voluntad, habría consecuencias. Pero la Madre Sultana apresar de qué estaba un poco preocupada por lo que le podría decir su hijo, el sabía muy bien que ella no lo hizo con mala intención, es su madre y solo querría su felicidad. Pero Mahidevran estaba un poco asustada, no sabía cómo reaccionaria el Sultan, más que nada no sabía porque se había molestado, no había hecho nada mal ni tampoco comentado nada de más pero entonces ¿por qué pedía ver a la Madre Sultana?

La criada se retiró después que la Madre Sultana lo ordenará, en cuanto se cerraron esas puertas la Madre Sultana se levantó y empezó a caminar en círculos una y otra vez, su tranquilidad se había ido y solo podía pensar en que pudo haber dicho Mahidevran para molestar al Sultan o que había pasado para que ahora sí hijo le haya mandado a llamar. Normalmente venía el a hablar con ella por lo que no era muy buena señal que digamos.

M.Sultana: ¿Le dijiste algo o hiciste algo que no le gustó?

Mahidevran: Juro que no dije ni hice nada de malo para molestar al Sultan... Solo dije que Mustafa lo extraña, ya casi no lo ve... no es lo mismo.

M.Sultana: Por supuesto que no es lo mismo, nunca volverá a ser lo mismo, ahora él es el Sultan el que gobierna el mundo y debes de entender eso.

Mahidevran solo se quedó callada, se sentía un poco decepcionada puesto que ella no quería que el Sultan se alejara de ella o de su hijo, ella quería que todo siguiera como antes pero eso al parecer no podría ser posible.

Más tarde en el harén

Las criadas seguían limpiando no habían comido nada pues Firial no las dejo, a pesar de llevar mucho tiempo limpiando las plumas parecían no acabarse.

Alexandra: Ya me cansé - dijo mientras tiraba el trapo y se sentaba el los asientos atrás de ella.

María: Yo también - ella hizo lo mismo que Alexandra, estaba un poco molesta con esta por no haberse controlado y haber empezado esa tonta guerra de almohadas.

Alexandra por el cansancio agarro un poco de agua en sus manos y salpicó un poco en su cuello, estaba exhausta pero más que eso estaba molesta por lo que había pasado la noche anterior pero por otra parte se sentía muy orgullosa de ella misma pues ese acto solo significaba que la Sultana Mahidevran había temido que vaya a los aposentos del Sultan y se lo arrebatará de sus  brazos.

Alexandra: Ella causo esto.

María: ¿Qué dices? - se quedó mirándola raro, ¿quien "ella" y por qué lo menciona así de la nada?, pensó por un momento que el cansancio le estaba cayendo mal.

Alexandra: Ella me temió, me cito para verme y temió que le robara al Sultan.

María pensaba que Alexandra ya se había vuelto loca, porque la mujer de la que hablaba era la madre del futuro Sultan, si la escucharán hablar así de ella seguro la llevarían a nadar con los peces.

En los aposentos del Sultan

El Sultan estaba en sus aposentos, pensando en una que otra estrategia y en como hacer la siguiente campaña, en eso un rostro conocido vino a su mente algo que le lleno de disgusto. Pues le había decepcionado mucho el hecho de que hubiera permitido que Mahidevran pasara sin permiso alguno y no solo porque sea Mahidevran, porque eso significaba que cualquiera podía pasar y el era su guardia por algo, para cuidarlo de todo mal pero no.

En eso se escuchó la puerta por lo cual supuso que era su madre la que había llegado. Y al abrirse las puertas afirmó que era su madre, a la cual saludo con un beso en su mano para después llevar su mano a su frente en señal de respeto.

Sultan: Madre, bienvenida ¿cómo has estado?

M.Sultana: Me encuentro mejor ahora que te veo, me dijeron que querías verme, así que dime ¿que querías decirme?

Sultan: Como sabes ahora soy el Sultan, ahora yo gobierno el mundo. - la Madre Sultana solo asiento esperando pacientemente a que sacará el tema.

Sultan: Y como también sabes nadie puede contradecirme y solo yo puedo decidir quién entra o no a mis aposentos.

M.Sultana: No entiendo de qué hablas ¿que intentas decirme?

Sultan: Lo que digo es que no puedes meter a personas en mis aposentos madre.

M.Sultana: No entiendo que te molesta tanto, Mahidevran es la madre de Mustafa no es cualquier concubina.

Sultan: Aún así, no puedes decidir quién entra o no a mis aposentos, así que te pido que no vuelvas a intervenir en mis decisiones.





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