Mustafa: ¿Hoy no iré a clases Ibrahim?
Ibrahim: Así es pequeño, hoy es viernes de rezo y apartir de ahora todos los viernes irás a Santa Sofia y rezaras.
Mustafa: Yo suplicare por mi papá, para que me quiera, juegue conmigo y vayamos de caza juntos.
Ibrahim beso sus manos del pequeño mientras le sonreía, Mustafa era un niño muy juguetón, pero se notaba el profundo cariño que le tenía a su padre. Ibrahim lo quería mucho pues lo había visto crecer además fue su maestro, él le enseño a como tomar una espada y aveces se daba el tiempo para repasar con él las clases de escritura.
En ese momento llego el Sultan a lo que todos le hicieron una reverencia, el Sultan al ingresar se acercó a su pequeño hijo y lo tomo de su cabecita como saludandolo para después llevarlo con él afuera para dirigirse al lugar donde se rezaba.
*Ni siquiera me dirigió la mirada*
Ibrahim pensó por un segundo si acaso su querida acompañante lo tenía tan cautivado, pero después se dió a la idea que es porque debían llegar a tiempo al templo.
En el haren
María: Entonces Alex, dime ¿Cómo es él?
Alexandra: Bueno, él es muy fuerte y también es muy guapo.
María: ¿Y? ¿Solo eso?
Alexandra solo la vio mientras sonreía, le daba cierta ternura el verla tan curiosa por saber como era el Sultan.
María: Fueron dos noches y solo me dices lo obvio.
Alexandra: Jajaja no fueron solo dos noches, le dije que serían miles.
En eso entro Firial y Daye y fueron directo a dónde estaba Alexandra. Todas se levantaron y se inclinaron.
Daye: El Sultan te a enviado un obsequio.
Acercaron un cofre pequeño y una bolsa con lo que supuso que eran monedas.
Daye: Y desde ahora Alexandr-
Alexander: Hurrem
Daye: ¿Cómo?
Alexandra: Alexandra murió, desde ahora me llamo Hurrem, el Sultan me puso el nombre.
Daye: Ya veo, Hurrem empaca tus cosas, te transladaras a otro lugar.
Alexandra: ¿A dónde iré?
Daye: Subiste a favorita del Sultan.
En los aposentos de Mahidevran
Mahidevran: ¿Hurrem?
Gulsa: Así se hace llamar ahora, dice que el Sultan le puso el nombre.
*¿Hurrem? Ja, ¿La que rie?, no es más que una sabandija que seducio al Sultan con su baile y su mirada.*
Mahidevran: Hurrem, mirada de serpiente.
En el jardín real
Ibrahim estaba llendo hacia el Sultan con un cofre, en el camino tuvo que esquivar al pequeño Mustafa que jugaba con un guardia con sus espadas de madera.
Ibrahim: Sultan, aquí estan las cartas que nos llegó desde la mezquita.
Sultan: Esta bien, leeme una carta, veamos las peticiones.
Ibrahim saco una carta y la leyó, mientras el Sultan veía a su pequeño hijo jugar con su espada, al pequeño le encantaba pelear con su espada de madera. Después de resolver algunos pedidos, se quedó solo con Ibrahim mientras veían a Mustafa jugar.
Ibrahim: Mire como agarra la espada.
Sultan: Lo hace muy bien porque tú le enseñaste, le diste sus primeras lecciones.
Ibrahim solo asintió con una sonrisa, el pequeño tenía un futuro prometedor.
Sultan: Por cierto, que bien tocaste anoche, la verdad lo extrañaba.
Ibrahim se sintió halagado, pero antes que pudiera decir algo el Sultan volvió a hablar.
Sultan: A Hurrem también le gustó mucho.
* ¿Hurrem?, en que momento fue otra mujer a sus aposentos*
Ibrahim: ¿Hurrem?
Sultan: Alexandra ya quedó en el pasado, ahora es Hurrem, significa la que rie y ahora ella es mi alegría.
* ¿Tu alegría? ¿Dos días y ya es tu alegría?, ya veo*
Ibrahim: Que bien... Le a otorgado un bonito nombre, mi Sultan.
Sultan: Hurrem puede hacerme volver a escribir poemas.
* Vaya, parece que era milagrosa*
Ibrahim: Sabe, hay un gran poema que recuerdo bien.
Amigo, desde que yo te di mi corazón
es muy poco probable que él vuelva a mi
Hey arco doblado,
Cuando tu flecha se acerca a mi pecho
y si esa punta de hierro no la llega a romper
Yo no soy un hombreSultan:
Querido amigo, mi corazón tomaste
Ahora, si muestra intenciones mi alma
yo ya hace mucho puse sobre este camino mi cabeza y mi almaIbrahim tocó su pecho a la altura del pecho y se inclino un poco con una sonrisa, estaba contento que el Sultan no se haya olvidado de ese poema.
Sultan: Es un gran poema, ¿cómo lo memorisaste?
Ibrahim solo sonrió y el Sultan al verlo no pudo evitar hacer lo mismo. Los dos voltearon a ver otra vez a Mustafa, el cual ya tenía al guardia tirado en el piso.
Mustafa: ¡Rindete soldado, te matare!
Soldado: Muy bien su alteza, mateme.
Mustafa: ¡Papá mira, venci a uno de tus soldados!
Sultan: ¿Así?, pues a mí no me vencerás.
El Sultan corrió hacia el pequeño y agarro la espada de madera que tenía el soldado, empezaron una pequeña lucha.
Ibrahim: ¡Vamos Mustafa, te vencerá!
Mientras el Sultan y Mustafa jugaban, Ibrahim los veía con una gran sonrisa.
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Prueba
Short StoryEsto es una prueba no una historia Suleiman x Ibrahim. Y Mahidevran x Hurrem.