Tarde o temprano...

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Siempre supe que este día debía llegar, el momento en que pudiese ver el fin de mis días de preparatoria a solo unos pasos de mí. Antes pensaba en ese instante como algo lleno de alegría, emociones y esperanzas. Pero ahora... ¿Por qué no podía sentirlo de ese modo? Lo que antes de cierto modo anhelaba, ahora me llenaba de nostalgia y miedo. 

- ¡Ya llegaron las muestras para el anuario!

- ¿¡De verdad!? ¡Déjame ver! jaja~ Quiero tener un recuerdo hermoso de mis años en Yuigaoka 

- ¡Yo igual! Para el día de las fotos he preparado incluso un nuevo peinado que pienso traer *risita*

Los murmullos de mis compañeras de clase eran contagiosos, todos llenos de felicidad. Quería hablar con ellas, quería compartir su emoción, pero algo en el fondo me lo impedía. No importaba cuanto tratase de negarlo; yo no quería que mis años de instituto acabasen. 

- Keke... Hey~ ¡Keke! - una voz llamando a mi nombre finalmente fue capaz de sacarme de mis reflexiones -. 

- ¿Huh? ¡Oh! Hola Kanon *risita* ¿Qué pasa?

- Ya sonó la campana ¿Vienes a almorzar con nosotras? 

- Por supuesto *sonrisa* Las veré en un momento ¡No empiecen a comer sin mí! - y así, vi como mis amigas salieron felices del salón de clases -. *suspiro* Debo dejar de pensar tanto en esto...

Han pasado casi tres años desde que llegué aquí por primera vez y aunque eso ya era bastante, yo sentía en mi corazón como si hubiese estado toda una vida en este instituto. Tantos recuerdos, tantos momentos hermosos y otros algo más difíciles, todos al final formaban parte de las bellas memorias que atesoraba. Con el pasar del tiempo realmente sentí que he madurado mucho, pero aun con todos los días que han pasado y pasado; hay cosas que nunca cambian.

- Vamos, no me digas que te quedarás aquí sentada en el salón cuando todas ya salieron ¿Acaso no tienes hambre?

- Podría hacerte exactamente la misma pregunta Sumire ¿No crees? - le contesto sin regresar a verla mientras sacaba mi pequeña lonchera -. 

- Pff, cómo si pudieras usar mis mismas palabras en mi contra

- Pues mira, ya lo hice *sonrisa* ¡Toooonta~! 

- Q- ¿¡Qué dijiste!? 

- *risita* Atrápame y quizás piense en repetírtelo jaja~

Y así, mientras ambas corríamos por los pasillos molestándonos y jugando como ha sido desde hace ya un tiempo, aquella pregunta seguía viniendo a mi mente. ¿Por qué hay cosas que nunca cambian?  Quiero decir, no es como si mi idea sobre esa molesta chica rubia no hubiese cambiado un poco. Al menos ella ya no me desagrada por completo... Es un poco rara, pero si antes era un 10 lo que me molestaba, quizás ahora era un... ¿Ocho? Nah, estoy siendo muy generosa con ese isópodo gigante. Un nueve, nueve cinco para ser más realistas. 

- ¿¡Por qué diablos seguimos corriendo!? *jadeo* - le pregunto bajando por las gradas a toda la velocidad que mi cuerpo me permitía -. 

- Po- ¡Porque tu sigues corriendo! *jadeo*  Dios... A- Ahora realmente veo estrellas...

- ¡Entonces deja de perseguirme! 

- ¡No hasta que cobre mi venganza! *jadeo* 

- I- Idiota... *jadeo* A este ritmo lo que va a pasar es que la directora nos dará un castigo enorme 

- Entonces solo debes detenerte y a- aceptar tu derrota *jadeo* 

- ¿Y perder ante ti? Pff ¡Prefiero el castigo mil veces má- ¿¡Eh!? 

Te odio, sabes?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora