𝑯𝒐𝒘

caput sextus

Hay algo en tí... algo que por más que intente no te saca de mi mente.

-Dazai escucha, no estás pensando en lo que estás diciendo. Hace un rato me dijiste que sería impensable reinar juntos y ahora dices todo esto-

Dazai lo escucho atentamente, era cierto, había dicho antes que él y el lobo jamás deberían tener una conexión, no por el hecho de que alguno de los dos no lo quisiera.. más bien por el hecho que parecía ser la opción más óptima a todas las futuras consecuencias -uhm... entonces.. ¿no quieres?- hablo el vampiro fingiendo sentirse triste y algo decepcionado, cosa que funcionó perfectamente en Chuuya

-tsk.. no es eso, tonto vampiro- el mencionado río suavemente al escucharlo de aquella forma -ahh~ ahora comienzas a insultarme, bien.. puedo aceptarlo- hablo con suma gracia, después de eso se acercó a él nuevamente hasta el punto en que la separación de ambos era básicamente nula -Dazai... esto no es lo que de verdad quieres- murmuró el pelirrojo mientras observaba los ojos oscuros del chico, mirando con detenimiento su pálida piel y alguna que otra pestaña color blanco en sus ojos... le encantaba por completo

-¿crees saberlo todo?- hablo con una voz sumamente suave, después se separó de él y comenzó a quitarse la ropa justo en frente de él, sin algún tipo de vergüenza o algo por el estilo, Nakahara lo miraba directamente, era como si acaso no pudiera despegar la mirada de su cuerpo -¿que haces?- cuestionó algo avergonzado el pelirrojo -me estoy desnudando, te dije que voy a ducharme, te invite pero parece que no quieres venir así que no hay nada que hacer al respecto.- se encogió de hombros, después fue por una bata colocándose está la cual era de color negro, Chuuya paseo su mirada de arriba hacia abajo relamiendo ligeramente sus labios, observando como el vampiro iba hasta el cuarto de baño. Nakahara tan solo se quedó ahí sin saber exactamente qué hacer ahora, sin embargo sintió una ligera presión en cierto lugar específico, su rostro ardió de la vergüenza mirando de forma disimulada hasta su entrepierna notando un bulto en tal lugar, suspirando profundamente

-ni lo pienses- escucho a sus espaldas, pegando un respingo ante aquella voz, se trataba de uno de los sirvientes del príncipe, para ser más precisos Kunikida, aquel chico de cabello rubio, gafas y alto, mucho más alto que él -¿de que estás...

-ahorratelo, sé que el principe es lindo pero no te atrevas a ponerle un solo dedo encima o te mataré- lo amenazó Chuuya le miro con suma confusión soltando un suspiro -¿que...? per...

-sin peros, Dazai es demasiado joven para estar con alguien, no dejaré que lo ensucies- Nakahara parpadeó un par de veces -tiene 222 años... yo tengo 23- hablo algo confundido, el rubio solo lo ignoró y fue hasta el cuarto de baño preparando la temperatura del agua para que fuera del agrado del príncipe, poco después cuando todo estuvo listo Chuuya solo miro como este salía nuevamente observándolo de forma acusadora sin decir palabra alguna después. Chuuya suspiro restregando una mano sobre su rostro, sin pensarlo mucho fue hasta el baño encontrando como Dazai ni siquiera había entrado, este se mantenía mirando por la ventana con una expresión algo seria, al notar la presencia del lobo lo miro y sonrió con suavidad

-hola, ¿cambiaste de opinión?- sonrió acercándose un poco al pelirrojo quien solo lo miraba -no entiendes lo que me haces sentir Dazai- murmuró tan cercas de el, el castaño sintió su piel estremecerse al escuchar su voz, mientras mantenía contacto visual con él -entonces explícamelo... o aún mejor, muéstramelo no lo pienses demasiado... Chuuya- murmuró igual deleitándose con los ojos celestes ajenos

-tu sirviente, el chico rubio dijo que me mataría si te ponía un dedo encima, dijo que no debía ensuciarte- hablo y río suavemente por el simple hecho de recordar esa conversación, Dazai río igualmente al escucharlo y después habló -si con ensuciar te refieres a tener sexo lamento informarte que ya estoy todo embarrado-