caput sedecim

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está primavera es tan diferente... fría, esos Jacintos azules ya no florecieron
todos están cegados por el placer, el placer del dolor.




El entrenamiento dado por Dazai, había terminado. Habían mejorado enormemente su resistencia, de tal forma que ahora el hecho de pelear contra el príncipe de Etrano era una tortura un poco menor, pero la diferencia no era tan abismal como fue en el principio.

-T-tenemos que irnos...- murmuró él castaño con la respiración agitada, mientras sentía su cuerpo moverse contra el otro, apretando suavemente sus humedos labios, con la respiración notablemente agitada, el tacto de sus manos apretaba el césped donde se encontraban mientras que el lobo se apegaba a su cuello olfateando su aroma casi embriagado -shhh...~ será rápido.. déjame meterlo- levantó un poco a Osamu tomándolo de la cintura mientras que su miembro buscaba adentrarse en el cuerpo del principe -no podemos... debemos irnos.- murmuró a lo cual Chuuya mordió suavemente el cuello de su amante el cual jadeo por la sensación.

-no pasará nada si tardamos un poco mas... por favor Dazai..- volvió a pedir, mientras que las piernas del vampiro se torcian ligeramente ante la presión en su entrada -no podemos ahora..- insistió, entonces Chuuya suspiro asintiendo -esta bien... entonces déjame hacerte sentir bien, principe- sonrió, acercando un par de sus dedos a la entrada del vampiro quien soltó un pequeño suspiro

-mhg... Chuuya... te dije q-que no podemos..- después acercó una de sus manos a la erección de su amante empezando a masturbarlo al sentir como el pelirrojo adentraba sus dedos en su interior, mantenían contacto visual, mientras sus respiraciones eran agitadas

Dazai entonces pensó que quizás no tendría nada de malo ceder un poco ante él -tsk.. ~ está bien, hagámoslo pero que sea rápido ¿si?- Chuuya sonrió al escucharlo hablar y asintio con la cabeza acercandose a besar al principe unas cuantas veces, las manos pálidas se pasearon por la piel del lobo quien sin demora ya tocaba a su gusto el cuerpo del más delgado adentrándose a su ropa con movimientos rudos que demostraban lo necesitado que estaba de él

después de un rato leve de estimulación al interior del vampiro, este mismo por su propia cuenta de alzó sacando los dedos de su amante y adentrando su virilidad en su interior sacándole así un gemido de los labios al igual que su amante quien acercó sus manos a la cadera del principe, incitando empezar a moverse sobre él, lo cual hizo moviéndose de arriba hacia abajo escuchándose el sonar de sus pieles, mientras que sus cuerpos empezaban a bañarse en sudor, sus pieles chocaban una contra la otra en un ritmo erótico, poco después Dazai notó claramente como Chuuya se tensaba, lo miro extrañado -sucede algo...?- murmuró suavemente, entonces al mirar hacia la dirección que observaba Chuuya pudo ver a Kunikida a unos cuantos metros de distancia, con un rostro que estaba... quizás, un poco.. un poco mucho molesto

-oh, Nakahara Chuuya. Si que te voy a matar- escucho decir del rubio quien empezaba a crujir sus huesos de las manos. Entonces Dazai se aparto de él empezando a vestirse con rapidez, cosa que Chuuya igualmente copió.

-Vamos.. Kunikida, tranquilo. ¿no se supone que ya lo sabías?- le preguntó intentando convencerlo de dejar ese enojo que tenía, por lo cual este tan solo suspiro -si, ya lo sabía. Pero ¡están en pleno aire libre! ¿están locos o que? ¡seguro es tu culpa!- habló señalando con enfado al pelirrojo quien una vez vestido empezó a correr del agarre de Kunikida en círculos, mientras que Dazai tan solo se dedicaba a reír por la cómica y vergonzosa situación en la que se encontraba

-¿te estás divirtiendo?- pregunto poco después cierto vampiro ruso, acompañado de Mori quien suspiro al escucharlo hablar -calla Fyodor, eres demasiado pesimista- comentó Ogai a lo que Dazai asintio -si que lo es- hablo el castaño

-no soy pesimista.. solo quiero que todo esto termine de una vez, estoy cansado..- murmuró y soltó un pequeño suspiro alejándose de ellos, Dazai lo siguió con la mirada por lo cual asintio poco después -Fyodor tiene razón... debemos apresurarnos para finalmente terminar con todo esto de una vez, antes de que pase el tiempo- murmuró, incluso se le podía ver un poco desanimado

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