caput vicesima prima

120 6 2
                                    

Arriesgó mi vida ¿Porque me rechazas cuando intento levantarte?
es que acaso.. ¿Te vas a convertir en un monstruo?






El día del nacimiento.

El día no era agradable, no había sol, pájaros cantando.. Había tormenta, los relámpagos caían en el reino, el viento era fuerte y violento

definitivamente los dioses no estaban contentos con el nacimiento de quienes ya eran considerados "demonios" Casi todo el mundo sabía de los "actos depravados y perversos" que practicaban los jóvenes príncipes en la intimidad, era blasfemo, impuro, sucio... Iida sufría fuertes contracciones, su abdomen estaba sumamente inflado, la partera quien era hermana de la reina de Etrano había advertido de antemano que era muy probable que se tratara de dos bebés o tres máximo, era lo normal.. lo que se esperaría

-¡Basta no puedo soportarlo más!- Gimió de dolor mientras que su espalda se arqueaba, sentía como si sus huesos se rompieran, como algo la desgarraba por dentro... El doloroso e inhumano castigo de la maternidad

-Iida, tienes que continuar.. ¡Hazlo, son tus hijos! creemos que son más de uno ¡no podemos perder tiempo- hablaba mientras miraba entre sus piernas, mientras que la reina apretaba la mano de su hija -¡Me importa una mierda! ¡Por mi pueden morirse!- Definitivamente ella estaba asustada, adolorida... no podía pensar claramente. Sintió como su madre le dió una bofetada, sorprendiendo a la princesa -Callate, no tienes idea de lo que estás diciendo. Ahora has tu deber como madre- Las palabras de la mujer fueron firmes y rudas, pero cumplieron con su efecto, dentro de los próximos díez minutos... Se escuchó un llanto -¡Es un varón..!- hablo quien hacía de partera con el niño en sus brazos pasándole este a quien era su abuela, ella lo limpió observando sus cabellos rojizos que apenas se veían, su piel avellana tan pura y delicada... un noble, sin duda -Es... hermoso, idéntico a Aoki, un lobo también.. aparentemente-

Cuando Iida lo miró tan solo una vez tragó saliva con fuerza, comenzó a llorar mientras que cubría su rostro -¡Perdoname...! ¡Perdóname!- La reina sonrió y le entregó a su hijo

-Justo como pensamos, hay otro bebé... Iida, necesito que me ayudes- la princesa asintió sin negarse, haciendo todo mucho más sencillo con él segundo parto -¡una niña!- hablo la mujer con la pequeña en brazos, era con las mismas características, cabello rojizo aunque está vez tirando más a rubio, piel del mismo color, bella, era normal caer rendidos ante ellos.. sin duda alguna.

-Uhm... parece que será uno de esos casos, trillizos- murmuró la partera, habían pasado 15 minutos y había nacido la segunda hija de Iida, pero el dolor para ella aun no terminaba

-Hermana.. debo hablar contigo- Murmuró, la reina se acercó y después miro de reojo a su sobrina -Iida.. aún tiene a otro hijo en camino... cuatro niños, jamás he escuchado de algo similar- la reina definitivamente estaba muy sorprendida, no era común de ver, si bien las familias grandes abundaban no eran en un solo parto... -Ayuda a mi hija...- hablo la mujer y así fue, naciendo un varón un poco más pequeño que el resto, pero idéntico en características -Parece que los genes de Iida son más débiles, ningún niño se parece a ella- Comentaron después de 25 minutos mientras que vestían a los pequeños, aparentemente... todo el parto había terminado incluso la placenta había salido como estaba previamente, Iida estaba durmiendo, después se horas de contracciones y de parto era normal, incluso era un milagro que haya sobrevivido después de tanta sangre

-tsk...M-madre...- murmuró Iida dentro de poco, las dos mujeres se acercaron rápidamente -Hay... algo dentro, lo siento aún..- hablo débilmente, de forma rápida la partera inspeccionó de forma más minuciosa y efectivamente, encontró a un último niño pero... -Iida...lo siento tanto..- Murmuró la mujer, con el bebé en brazos, no hubo llanto, no había respiración ni pulso, solo un niño extremadamente pálido y con el cabello oscuro justo como su madre -¿Porque no llora? ¿porque no se mueve?- Iida estaba muy desesperada... -Iida...- la reina tomo al pequeño en sus brazos, era físicamente muy diferente.. justo como su hija menor cuando había nacido -¡Dame a mi hijo!- Grito con fuerza, la reina se lo entrego y su madre lo miro entre el llanto -Tú... tu nombre... es Dazai.. Dazai Osamu- murmuró apegando el frío cuerpo del pequeño a su cuerpo, entonces se movió, empezó a temblar y soltó un llanto débil sorprendiendo a las presentes

𝑯𝒐𝒘 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora