Byers house.

73 5 5
                                    

El camino estaba siendo demasiado tranquilo, Steve ni siquiera me miraba, pero sabía que estaba preocupado y un poco exaltado ¿Y yo?

Yo estaba totalmente rota.

Y una parte fue por mi padre, pero también aquellos recuerdos que ví hace poco, esos recuerdos me hicieron sentir vulnerable.

Mi hermano, mis padres, mi infancia...

Mierda, aún me daba vueltas la discusión con mi madre y él saber a dónde carajos fue cuando volví a casa, solo esperaba que ella estuviera bien.

Y al parecer me había metido tanto en mis pensamientos que no escuché ni una palabra de lo que decía Steve.

Steve: Bella ¿Me escuchas?

Giré el rostro para mirarlo rápidamente y solo quede confundida ¿Qué había dicho?

Arabella: ¿Qué? ¿Dijiste algo?

Steve río un poco y agachó la cabeza para después volver a mirarme.

Steve: Creo que esa fue la respuesta más rápida que me pudiste dar.

Arabella: Lo siento Steve, es solo que mi cabeza está en...

Steve: Otra parte, eso lo sé, no tienes que explicarme, solo trata de relajarte ¿Sí? Por mí.

Después de decir lo último, tomó poco a poco mi mano y mi corazón comenzó a latir a mil, y para disimularlo, solo le sonreí mientras asentía.

Él siguió viendo hacia la carretera y por los rumbos en los que íbamos, tenía una idea de a dónde me llevaría, la casa de los Byers.

Y así fue, después de un tiempo sin hablar entre Steve y yo, llegamos a la casa de los Byers, con su tétrica imágen y es que de solo recordar lo del año pasado me recorrió un escalofrío por todo el cuerpo y solo me estremecí en el asiento.

Steve: ¿Qué pasá?

Arabella: Escalofríos.

Steve apretó un poco mi mano y al darme cuenta nunca había quitado su agarre de mi pequeña mano a comparación de la suya, y aunque quería sonreír algo no me dejaba, sentía como si los nervios estuvieran invadiendo todo mi cuerpo.

Arabella: Steve, tengo miedo.

Steve: Bella, solo respira ¿Si? Aquí solo habrá gente que quiere ayudarte, yo quiero ayudarte Bella.

Arabella: En ese caso bajemos ya, los nervios me están consumiendo Bi... Steve.

MIERDA, MIERDA Y TRIPLE MIERDA.

No sabia ni porque el nombre de Billy había aparecido en mi mente, pero estuve a punto de decirle Billy a Steve, o más bien, lo hice.

Y aunque no alcancé a decir completo su nombre, Steve me vió extraño, sabía lo que iba a decir, él lo sabía y eso era lo que más me preocupaba.

Steve: ¿Ibas a decirme Bil...

Fue como si un ángel me hubiera salvado del apuro en el que me iba a meter, Nancy y Jonathan salieron de la puerta mirándonos con confusión y sabía que tenía que salir ahora del auto antes de que Steve no me dejará.

No dije nada, solo corrí para abrazarlos, después de todo los necesitaba, los necesitaba más que nunca.

Arabella: ¡Chicos!

Fue lo que formule antes de abrazarlos con mucha fuerza.

Jonathan: Wow Bella, de verdad nos extrañabas.

Hearts of twoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora