Hearts of two

Un poco sobre mí.

Un cálido día de octubre de 1984 en las calles de Hawkins, Indiana, en dónde el haber vuelto tal vez no haya sido lo que haya querido en realidad, de echo me hubiera gustado quedarme un poco más en mi lugar favorito, con mis personas favoritas, papá y la novia de papá, Caroline, me sentía en una verdadera familia, y Miami me hacía sentir tan liberal, me gustaba todo de ahí, la brisa, la gente, el clima, el mar, era algo muy mío, algo que me caracterizaba y que realmente me gustaba mucho, estar lejos de ahí me hacía sentir un poco revuelta, y mucho más cuando tienes que ver caras conocidas, y conocer gente nueva, eso me pone los nervios de punta, no se si todavía les agrade a los viejos amigos que deje ahí y tengo que dejar a un lado la idea de que tal vez me vean como carne fresca ya que me dan aún más nervios.

Papá dijo que tenía que volver, ya que no había vuelto a ver a mi madre desde los 6 años, eso realmente es mucho ahora tengo 17, 11 años que no veo a la mujer más egocéntrica del mundo, cuando la conozcan sabrán que no miento, no la odio, de echo tenemos una buena relación, la razón por la que dejamos de vernos, era porque así lo quise yo en algún punto cuando se separaron, creo que me hacía ilucion la idea de vivir en otro lado del mundo, de vez en cuando hablábamos por teléfono de como me iba en las clases, en la gente que conocía poco a poco, de la vez que surfie por primera vez, la primera vez que practique buceo junto con mi padre, absolutamente todo.

Mi madre se llama Olivia, su novio Elmer, y su hija, Estefanía, nunca la conocí, solo hablé una vez con ella y fue por teléfono, creo que es lo único que me da curiosidad, verla, saber cómo es, como habla, que tal se expresará de mi, pero también me preocupaba mi primera impresión con ella, digo, nunca jamás tuve un hermano o una hermana y no se cómo actuar al respecto, pero de ahí en fuera creo que nuestra relación no será mala. Nunca logré llevarme bien con Elmer, de chica pensaba que le había quitado el lugar a papá y eso me molestaba, me molestaba verlo en el lugar de papá cuando cenabamos, en su lugar favorito para ver películas en la sala de estar, nunca fue malo, pero quería a papá no a Elmer, pero creo que podremos darnos un nuevo comienzo y tratar de mejorar nuestra relación como padrastro e hijastra ya soy mucho más madura y entiendo mucho mejor las cosas, después de todo pienso que mi vida no será tan mala aquí.

Nunca tuve malas experiencias con mi familia, digo, mis padres cuando estaban juntos llegaban a gritarse y a pelear casi cada vez que se veían, pero nunca se metían conmigo de echo se preocupaban por mi si lo hacían dónde yo los pudiera ver, se arrepentían y me pedían perdón, decían que sería algo que entenderia más grande que mientras tanto me fuera a dormir. Papá me cargaba hasta mi habitación y mamá me acobijaba y me hacía caricias por toda la cara para poder conciliar el sueño, y cuando quedaba profunda nunca supe si volvían a pelear, lo más probable sería que si pero nunca llegaron a los golpes creo que eso también fue otro punto, papá decía que jamás golpearía a mamá ya que fue la mujer que en algún momento amo con toda su alma y fue la mujer que le dió a su pequeña Arabella y eso siempre se lo agradecería.

Con Elmer nunca hubo problemas, o al menos que yo supiera, realmente eran el uno para el otro, eran compatibles en muchísimas cosas y se amaban muchísimo, pero también he de decir que los dos trabajan diariamente y muy duro, creo que es algo obvio, ya que no por nada son una de las familias con mejor economía, cuando hablaba con mama me di cuenta de que con el tiempo fue poniendo en el centro de Hawkins su propia tienda de ropa, y Elmer tenía su propio bar y su propio restaurante eran realmente un equipo ya que en el mismo bar y restaurante de Elmer vendían los vasos de la línea de mamá jajaja, era algo muy lindo.