The first love.

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Él tomaba mi mano durante el camino, guiando cada paso que daba, mientras me contaba cosas tontas que le habían pasado durante el tiempo que estuvimos distanciados, y también me contó que su relación con Max comenzaba a mejorar, y eso me daba mucho gusto.

Pero de repente dejó de hablar, y solo nos quedamos estáticos, me moría de ansias por saber que era, pero aunque quisiera ver algo, no podría, estaba vendada y era de noche, solo sabía que permanecíamos en el bosque, podía oler y sentir, y al igual escuchar como crujían las ramas cuando pasaba sobre ellas.

Billy: ¿Estás lista?

Arabella: Creo que sí.

Camino hasta llegar a mis espaldas y comenzó a quitar el nudo que había en la venda, después poco a poco la bajo hasta que mis ojos estaban totalmente descubiertos, y lo que ví, era inexplicable.

Las emociones, los recuerdos y los sentidos se me revolvieron juntos al ver la cabaña totalmente renovada, y en la tierra comenzaba un camino de margaritas blancas que llegaba hasta la puerta de la cabaña.

Era tan diferente al día que la había dejado, estaba totalmente iluminada, desempolvada, y tenía un tapete de bienvenida.

Arabella: Billy...

Mis ojos se llenaron de agua al ver todo, tal vez por los recuerdos que tenía aquí, o tal vez porque Billy me dió la noción de volver a tener un lugar especial, un lugar al que pueda correr cuando no quiera saber nada del mundo.

Se acercó a mí y me tomó de la mano.

Billy: Me pasé todas las tardes de mi vida aquí, pensando y sacando conclusiones de como hacer de esta cabaña simple, un lugar ideal para tí y para mí, un lugar que compartamos los dos, un lugar que grité tu nombre.

En mi mejilla rodó una lágrima llena de amor, y me lancé a los brazos de Billy, abrazándolo lo más fuerte que podía.

Arabella: No tienes idea de lo especial que es para mí que hayas hecho esto.

Me apartó un poco de él, y con su mano limpió mi lágrima, para después seguir hablando.

Billy: Esto no es nada Bella, vamos adentro.

Me tomó de la mano y me jaló con cuidado para seguir el camino de las margaritas, y al entrar, había una mesa, la cual había adornado para tener una cena "romántica".

Había una rosa y dos velas color rojo a un lado de la rosa, y después dos copas y a un lado, un gran vino tinto.

Seguimos caminando y cuando abrimos la puerta de un cuarto, en la cama, permanecía un gran ramo de margaritas de todos los colores existentes, junto con una caja pequeña, una carta color rojo y por supuesto, los chocolates que tanto me gustaban.

De solo verlo, sonreí y reí de los nervios, jamás había tenido una experiencia como está, y a decir verdad, me encantaba pero a la vez estaba llena de nervios.

Di unos cuantos pasos hasta que llegué a la cama, y lo primero que tomé fue la carta.

La abrí y me encontré con algo hermoso...

"Déjame enseñarte un lugar
Dónde sin saberlo, ya tú entraste.
Cómo una ladrona a media noche,
De mis sentidos te apoderaste.

Te mostraré cada rincón
Dónde tus ojos siempre arden.
Como un tatuaje sin olvido,
Lo único que quiero, es amarte.

Déjame,

Déjame ser dueño de tu corazón
Porque del mío, tú te adueñaste."

Hearts of twoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora