2. 𝘐 𝘯𝘦𝘦𝘥 𝘢 𝘣𝘪𝘨 𝘣𝘰𝘺

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—Conocí al omega más hermoso que mis ojos han visto alguna vez. Tiene el cabello rojo, ojos marrones y preciosos, facciones muy finas y su voz, oh, su dulce voz...

La sonrisa que tenía era muy amplia y soñadora, incluso soltó un suspiro al final de su oración y su amigo lo miró con una ceja enarcada y sonrisa divertida.

—¿Y eso que sientes interés en un omega? Eso es nuevo, siempre has dicho que los omegas son muy molestos, que son como florecitas estresantes que quieren ser polinizadas por los alfas —dijo, avanzando en la fila, arrastrando a su amigo para que no se quedara atrás, pues seguía viendo hacia el techo con esa sonrisa tonta.

—Es que este omega es diferente a todos. Tiene una lengua afilada, pero es muy adorable y si es una flor, es la reina de todas. Él es una rosa roja.

Otro suspiro y la mirada perdida en su ensoñación.

—¿Quién te hechizó, Gyu? —preguntó su amigo riendo—. De verdad yo creo que te encontraste con un omega bruja.

El joven se acomodó las gafas y negó con la cabeza. Jamás había visto a su amigo así por nadie más. Menos por un omega.

—Sí es una bruja no me importa, que me arranque el corazón con sus propias manos si quiere —respondió como si estuviera recitando un drama—. Wonwoo, es que si tú lo hubieras visto

Mingyu cambió su expresión de forma abrupta ante esa idea, interrumpiéndose a sí mismo. Su actitud pareció amenazante de repente y Wonwoo también se sorprendió de ver esa faceta en él.

—Espera no, mejor no, no lo veas, es sólo mío.

Wonwoo alzó ambas cejas hasta el máximo de su posibilidad. Sólo faltaba que su amigo gruñera y tendría todo el porte de alfa posesivo que en ninguno de sus 22 años había mostrado con anterioridad.

El alfa mayor alzó las manos en señal de paz, avanzando en la fila, pues estaban en la cafetería común de la universidad, con todo el bullicio alrededor.

—No te preocupes, Gyu, yo tampoco tengo interés en los omegas ni en nadie —dijo, pues era cierto que por su parte Wonwoo no se fijaba en las demás personas de forma romántica—. La única excepción sería si fueran cómo... —Movió la vista por la cafetería, cómo si fuera a encontrar mágicamente a alguien que cumpliera todas sus preferencias personales en alguien más.

Hasta que abrió mucho sus ojos detrás de las gafas, dejando la boca abierta.

—Cómo él —dijo con incredulidad—. Woah, si hubiera sabido que los ángeles ahora caminan en la tierra con los mortales...

Ahora fue el turno de Mingyu de mirar a su amigo extrañado.

—¿Cómo quién? Tierra llamando a Wonwoo, ¿te perdiste en Venus?

—Exactamente —respondió Wonwoo con una sonrisa como la que Mingyu tenía antes, mirando fijamente en dirección de dónde estaban las mesas de la cafetería.

Mingyu siguió su línea de visión con curiosidad y cuando encontró lo que Wonwoo veía, se llevó una sorpresa grata.

—¡Ese es mi omega! —exclamó, al ver la mota de cabello rojo brillante y el perfil adorable que reconocería en cualquier parte y a cualquier distancia—. Eh, Woo, no me digas que te fijaste en él

—Yo estoy viendo al rubio, no es de tu tipo, pero creo que encontré al ser más bello que mis ojos defectuosos han tenido la dicha de ver. Ahora te entiendo, es cómo si una bruja me hubiera hechizado.

Wonwoo respondió antes de que Mingyu le hiciera un drama. Atrás los apuraron para que avanzaran en la fila pues se quedaron en medio sin moverse.

—¿Ves? Ese es mi omega. —El moreno siguió mirando en la dirección de aquella mesa, dónde resaltaban los dos omegas, uno por su cabello rojo brillante y el otro por su cabello rubio y ligeramente largo.

Big Boy (GyuHao)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora