9. 𝘞𝘪𝘵𝘩 𝘩𝘪𝘴 𝘣𝘪𝘨 𝘣𝘰𝘺 𝘣𝘰𝘥𝘺

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Minghao sintió a Mingyu entrando de nuevo en él, con un nuevo condón porque ya habían desechado muchos de esos.

El alfa era grande y Minghao era apretado, pero podía recibir a Mingyu dentro de él porque su lubricante natural lo permitía y de todas formas ya habían tenido largas sesiones de sexo sin cansancio debido a sus celos compartidos, aunque el alfa tenía cuidado de no hacer el nudo en él, ya que ninguno de los dos tenía planeado un embarazo.

Sin embargo, era placentero de todas formas, las manos del alfa sostenían sus muñecas por encima de su cabeza y entraba y salía de forma lenta, empezando a un paso suave que torturaba el interior del omega, el cual tenía marcas en todo su cuerpo porque Mingyu no se pudo contener y lo mordió en todas partes menos donde más quería.

Minghao no se quejó, al contrario, lo aceptó con gusto. Los dientes de Mingyu lo reclamaban en su cuello, sus hombros, sus muslos, sus nalgas.

Veía a través de sus pestañas al alfa encima de él que entraba y salía con ese ritmo lento, diferente al de las veces anteriores que era más rudo e intenso y que ambos disfrutaban.

Minghao no se cansaría de la sensación del alfa dentro de él, y aunque se lamentaba de no poder tener el semen de Mingyu en su interior, eso era suficiente.

—Mingyu... —dijo con su voz cansada de tanto gemir, estirando los brazos para atraer al alfa hacia sí.

El moreno sonrió, dejándose abrazar, depositando un beso en el cuello de Minghao donde había dejado una mordida y un chupetón.

Mingyu se sentía en la gloria disfrutando de su celo junto a Minghao, ese omega tan dulce que gemía su nombre y lo abrazaba contra su cuerpo caliente y delgado, pero atlético y suave.

Su piel estaba tan sonrojada como su color de cabello y sus ojos castaños nublados de placer, mientras lo recibía tan bien.

Mingyu quería darle todo, quería estar con él de muchas maneras. Penetraba a Minghao y sólo podía pensar en lo muy agradecido que se sentía de que el omega sintiera lo mismo por él.

Sí, habían ido muy rápido, pero Mingyu no se lo imaginaba de otra manera. Parecía que ambos se entendían muy bien.

Mingyu no aumentó su ritmo, lo hizo lento, entrando y saliendo por completo de Minghao que sólo podía enterrar sus uñas en la espalda del alfa, aferrándose a él.

Quería que Mingyu formara el nudo, pero no podía pedírselo, no podían arriesgar un embarazo, así que sólo lo abrazaba contra su cuerpo hasta que le pareció demasiada estimulación y se corrió por enésima vez en el día.

Miró al techo, aún abrazando el cuerpo del alfa contra el de él, recostado en la cama. Podía sentir su pecho y el de Mingyu agitados, sus respiraciones escuchándose en toda la habitación.

Mingyu entonces recargó su cabeza en el pecho de Minghao y este puso sus brazos alrededor de la cabeza del alfa, acariciando sus cabellos oscuros.

Se quedaron así un rato, con sus cuerpos unidos, hasta que Mingyu se separó y Minghao enseguida lo extrañó, porque sabía que sus celos estaban cediendo. Cada vez llegaban las oleadas con menor intensidad y ya no estaba lubricando como antes.

—Vamos a limpiarte, bonito —dijo Mingyu, tomando un pañuelo de papel y pasándolo por el abdomen de Minghao que no se podía mover. Tenía las caderas ligeras y sueltas y se sentía agotado. Entendía que el alfa también estuviera cansado, pero en general sus celos les pegaban con más energía. Eran más activos que los omegas pasivos.

Cuando lo terminó de limpiar y cubrirlo con la sábana, se bajó de la cama y Minghao, que seguía recostado, aprovechó para admirar su cuerpo bien trabajado. Mingyu se agachó para tomar su ropa interior y ponerse el pantalón también, subiendo el zipper.

Big Boy (GyuHao)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora