Big Boy (GyuHao)

11. 𝘕𝘦𝘦𝘥 𝘢𝘯 𝘦𝘯𝘰𝘳𝘮𝘰𝘶𝘴 𝘮𝘢𝘯

Llegó el viernes y Minghao fue a la facultad y trabajó en la mañana, regresando a su dormitorio para prepararse con la intención de salir con Mingyu, su novio.

Aún no podía creer que el alfa y él eran pareja y que ese día saldrían en otra cita, aunque la primera apenas pudo llamarse así, esa era más oficial.

Mingyu había invitado a Minghao al cine y ahora el omega no sabía qué ponerse para salir. Junhui estaba acostado boca abajo en su celular y sólo veía a su amigo tomar ropa y lanzarla a la cama en conjuntos que no se ponía de acuerdo. Incluso le había pedido su opinión pero el omega mayor sólo le decía que todo se le veía bien y que lo que sea que eligiera era adecuado para una cita, pero el pelirrojo no se decidía.

Así se la pasó un buen rato hasta que recibió un mensaje de Mingyu. Tomó su celular apresuradamente y vio que decía que lo veía fuera de los dormitorios, en treinta minutos, y Minghao entró en pánico.

—¡No sé qué ponerme! Jamás me había preocupado tanto por estas nimiedades, pero ahora hasta el más mínimo detalle me mortifica —dijo, y el rubio lo miró con gesto blanco.

—Haohao, te ves bien con lo que sea que te pongas y estoy cien por ciento seguro que Mingyu cree lo mismo. Está enamorado de ti, ¿no? Con cualquiera de tus prendas le vas a seguir gustando igual. Eres su omega, a fin de cuentas.

Y era cierto, era su omega, no mordido, pero su omega porque eran pareja y habían pasado sus celos juntos.

Minghao soltó un suspiro y asintió. —Tal vez me estoy preocupando de más por cosas simples, me pondré esta playera blanca y estos jeans rasgados con mis Converse clásicos, ¿se verá bien y casual? —le preguntó a Jun que asintió.

—Casual, sencillo, y se te ve bien el contraste del blanco con tu cabello rojo. Ah, y ponte lencería debajo, vi que compraste unas bragas, ¿por qué no sorprendes a-

—¡Wen Junhui!

¿Cómo sabía su amigo que había comprado lencería y por qué le estaba sugiriendo que se las pusiera? ¡Sólo iba al cine a ver una película! No era que él y Mingyu quisieran estar haciéndolo todo el tiempo... Bueno, Minghao sí quería, aunque no tuviera su celo.

Con el rostro igual de rojo que su cabello, resopló y decidió arreglarse para ver a Mingyu.

...

Pasaron los treinta minutos y Minghao bajó las escaleras hasta el primer piso y salir del edificio de los dormitorios.

Allá afuera percibió el aire fresco de la tarde que pronto se convertiría pronto en noche y ese viento arrastró el aroma que ya reconocía muy bien, el que lo había envuelto y se había combinado con el suyo apenas una semana atrás.

Buscó con su mirada y encontró a Mingyu. El alfa tan grande y guapo como siempre provocó un suspiro en Minghao.

Ese alfa era suyo, lo había escogido a él entre todos los omegas que existían.

Mingyu también lo miró y el moreno sonrió enseguida, acercándose a él.

—Dichosos los ojos...

Minghao sonrió también y Mingyu se inclinó hacia él. El omega enseguida supo que era ese gesto y se puso de puntas para dejar un beso tímido y rápido en los labios del alfa, el cual volvió a sonreír ampliamente.

—Que bonito eres, Minghao, de verdad una mirada hacia ti hace que mi día se ilumine por completo.

El omega seguía sin saber cómo responder a esos cumplidos y palabras de Mingyu, así que sólo desvió la mirada y se sonrojó, a pesar de todo lo que había hecho con el alfa.