Jeff The Killer, Jane The Killer, Homicidal Liu. Después de compartir un pasado traumático, los tres se ven conviviendo en una misma casa mientras intentan solo existir con lo que les dejó su vieja amistad adolescente.
Mientras Jane está convencida...
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•Capítulo 25 "Inicio del juego"• Parte I.
Hacía años que no investigaba en mis recuerdos tanto, buscar en ellos y meterme entre todas las estanterías vacías que jamás me preocupé por restaurar, pasearme hasta encontrar el libro que se titulaba "Jane, bienvenida a casa". En el libro de una tapadera roja, tan roja como la sangre se relataba una noche que estaba de servicio sin nada que hacer.
Intentaba hacer el menor ruido posible por las calles durante la noche al ir en la moto que me prestaron, tenía que vigilar que cierto criminal no estuviera paseándose. La noche era fría y yo estaba muy aburrido, sintiendo como el viento me daba en la cara congelándome el doble.
Tuve la suerte de no dormirme y la radio sonó, la voz de un compañero me hablaba.
—Liu, hemos recibido un aviso de que ha habido un intento de robo en una tienda en la calle Colmena del río, número 24, el señor dice identificar a Jeff The Killer.
Un robo, común en él y como era también de esperar habrían víctimas. Me puse en camino, por suerte no era muy lejos de mi posición y llegaría rápido. Puse las luces de seguridad ya que la sirena no es necesaria durante la noche para proteger el descanso de los ciudadanos y aceleré tanto como pudiera.
—Si te encuentras con víctimas estamos listos para pedir atención sanitaria.
—De acuerdo, voy en camino.
Llegué en no mucho tiempo, era una tiendita de calle que estaba abierta las veinticuatro horas, por fuera todo parecía correcto excepto por un golpe en el cristal de la puerta abierta que parecía obra de un impacto. Dejé la moto en un lado y antes de entrar pensé en lo calmado que estaba todo, probablemente el momento de la tensión ya había pasado.
Al entrar el cajero hablaba por teléfono aún con la línea de emergencias dando datos del presunto culpable al que mencionaba como mi pequeño hermano, todo estaba desordenado y muchas cosas tiradas por el suelo pero lo importante estaba al fondo de uno de los pasillos. Al final de la tienda una mujer junto a un carrito de bebé estaba agachada en el suelo, apoyando a una muchacha algo más pequeña que cubría una herida de arma blanca en su costado.
Saqué la placa de mi bolsillo y se la enseñé conforme me acercaba.
—Liu Woods, investigador policial. ¿Qué ha ocurrido señora?
La chica tenía pelo negro muy brilloso y la piel muy clara llena de marcas rojizas y marrones por su cuerpo. Mi respiración se cortó cuando me di cuenta que no era una mujer cualquiera, sino que era mi vieja amiga que lentamente subía la cabeza, parecía confundida. La madre que estaba a su lado tenía las manos temblando, aterrada por lo vivido y con una expresión de preocupación bastante notoria que me hizo pensar si ella podía ser la culpable o no, ella no tenía una cicatriz en su rostro que simulaba una sonrisa como gritaba el trabajador de la tienda con la tensión en las nubes pero estaba implicada.
