Fue la mayor sorpresa de mi vida cuando mis padres me regalaron el viaje para visitar a los abuelos de Alemania, era el premio por haber aprobado todas las materias. Con mis 16 años necesitaba, claro, un permiso para poder realizarlo, viajaría por primera vez sólo y no quería hacerlo así nomás, tengo espíritu de aventuras. Había elegido el barco de una línea de semicargueros que llevan también pasajeros, unos sesenta o setenta, o sea que no era para nada de esos inmensos cruceros para jubilados y recién casados con dos mil personas o más.
Qué tierno e inocente yo era cuando me embarqué, y cómo había dejado de serlo cuando llegamos al destino final! Un niño curioso con el apetito voraz de un adolescente que despierta a la vida de los mares calmos donde rondan los tiburones.
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El Viaje
Short StoryUn relato del primer viaje que hice solo, cruzando el océano en barco para conocer a mis abuelos. Sin la presión de mi familia, mi personalidad se desarrolló de una manera poco previsible. No hay nada que no sea mío.