CAPÍTULO V

95 5 0
                                    


El sol empezó a salir, iluminando el interior del cuarto de los pequeños, llegando a sus rostros haciendo que giren sus cuerpos  buscando un poco de sombra, fallando en su búsqueda, obligándolos a qué se despierten un tanto enojados

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El sol empezó a salir, iluminando el interior del cuarto de los pequeños, llegando a sus rostros haciendo que giren sus cuerpos  buscando un poco de sombra, fallando en su búsqueda, obligándolos a qué se despierten un tanto enojados.

—Apaguen la luz, no me dejan dormir— ordenó enojado

—Uhm eso no es la luz Haru—balbuceo adormilado el Kawata mayor.

—Ahhh no me quiero levantar—exclamó el albino.

—Niños levántense y vengan a desayunar—exclamó abriendo la puerta llevándose la sorpresa, todos ya se habían despertado.

—Bueno mami ya bajamos—balbuceo con cansancio el peli melocotón.

—Hm los espero abajo— habló cerrando la puerta para dirigirse a la cocina, haciendo sonar cada escalón.

—Chicos… bajen tenemos que desayunar—pronunció por último antes de desaparecer de la vista de los menores.

Los menores se cambiaron, reemplazaron sus pijamas por las prendas que traían puestas el día anterior. Bajaron un poco somnolientos con ganas de seguir en aquella cama tan cómoda.

Rindou que aún tenía los ojos entrecerrados, todavía sostenía la mano del pequeño peli turquesa y con la otra agarraba una manta. Eso causó ternura a la mayor, una sonrisa se formó en sus labios. La escena era muy hermosa.

-–¡¡Panqueques!!—gritaron emocionados

El desayuno fue tranquilo y llevadero, la madre comentó que sus padres vendrían por ellos más tarde. Y empezaron a deleitarse con el increíble desayuno que preparó.

—Delicioso—exclamó Hakkai con brillo en los ojos muy emocionado—probó otro bocado y… —hmhm rico—Una risa se escapó de la mujer.

—Mami estuvo muy rico—sorprendió un poco a la mayor por lo rápido que había terminado.

El pequeño Souya se paró de puntas para abrazarla se acercó a la mejilla de su madre dejando un pequeño beso.

—Quieres uno más cariño—preguntó la madre con una sonrisa.

—No gashias mami ya estoy lleno—respondió tocándose la panza mostrando que estaba satisfecho.

—Bueno Sou yo llevo tu plato no te preocupes, si quieres ve a la sala—pronunció la madre ganándose un asentimiento de parte del menor que se dirigía a la habitación.

Rindou al ver que el ojiazul se dirigía a la habitación se apresuró llevándose una gran porción del panqueque a la boca repitiendo esta misma acción varias veces hasta que por fin terminó su plato.

—Muchas gracias por la comida Mika-san estuvo deliciosa—agradeció con una sonrisa.

—De nada Rin, no querés uno más—ofreció con amabilidad la madre Kawata

—Ehh… No, gracias voy a ir con Souya—explicó bajando de la silla para caminar hacia la sala donde se encontraba el menor peli turquesa.

Cruzó por el marco de la puerta encontrándose con él sentado en el sofá. Miraba la televisión, tomó el control y cambió a su canal favorito en el pasaban varias caricaturas.

Las horas fueron pasando velozmente para los niños que su única distracción era los juegos.

El primero en despedirse de todos fue el peli blanco, con un abrazo y unas cuantas palabras. Luego de unos minutos pasaron a buscar a Hakkai, se despidió al igual que Haruchiyo, pero con la diferencia de darle un abrazo y un beso en la frente que ya era costumbre entre ellos.

Souya esperaba tranquilo, sin embargo no espero ser llamado por su hermano.

—Sou…Sou—grito el Kawata mayor.

—¿Qué pas… —respondió girando su cabeza para mirar en su dirección cuando unos labios chocaron con su cachete. Unos segundos bastaron para que su rostro se tornará de un tono carmin.

—Y-yo ¡¡Lo siento Souya!!—se disculpó nerviosos elevando la voz debido a que se alejo corriendo hacia su progenitora.

El peli turquesa se sonrojo tanto que su cara parecía un tomate, llevó sus manos a su rostro para intentar tapar su vergüenza. Como si pudiera lograrlo.

—Sou… Sou mira pase de ni…vel—levantó su tablet mostrando su logro con orgullo. Como no escuchó nada de parte de su hermano menor  movió el aparato que cubría su rostro.

La atención del mayor fue dirigida hacia los menores. El peli naranja se levantó del sofá con su tablet en mano, giró todo su cuerpo para mirar a su acompañante que se encontraba mirándolo desde su lugar. Nahoya se acercó a él para entregarle su tableta.

—Ran-kun ya vuelvo, puedes jugar si quieres—indico con su característica sonrisa. En respuesta solo recibo un asentamiento.

Luego de eso salió disparado hacia su hermanito para aprovecharse y molestarlo un poco. Pocas veces vemos a Souya así pensó para sí.

—Ohh Souya te sonrojarse por un besito—alargó las palabras con un tono burlesco avergonzando cada vez más a su hermano.

Nahoya al no estar satisfecho decidió seguir molestándolo  por un buen rato.

SUFICIENTE



Continuará...


|| Nuestro Pasado || Donde viven las historias. Descúbrelo ahora