CAPÍTULO II

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– Ehh…– El peli turquesas no pudo pronunciar ninguna palabra más por la presencia de la madre entrando a la pieza

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– Ehh…– El peli turquesas no pudo pronunciar ninguna palabra más por la presencia de la madre entrando a la pieza.

– Niños vamos a merendar – pronunció la progenitora de los gemelos con una amable sonrisa.

–¡Sí! – gritaron entusiasmados los mayores. Mientras que recibía un asentimiento de parte de los menores.

–Bueno ¡Vamos! – dijo la mujer con cierto entusiasmo.

Cuando bajaron al comedor la madre les pidió que la esperen – Niños ya vengo voy a traer la merienda. ¿Sí? – recibiendo una aprobación . Al tener todas las cosas las dejo sobre la mesa.

– ¡Listo! a merendar – pronunció la madre de los gemelos.

Los niños al escuchar las palabras de la chica empezaron a degustar lo recién preparado.

Mientras los niños merendaban la mujer les hizo unas cuantas preguntas.
– Uhm…. ¿Cuántos años tienen? –preguntó con una radiante sonrisa mirando a los peli rubios.

– Yo tengo seis años – Al escuchar esa pregunta el de trenzas respondió de inmediato.

– Yo tengo así – Dijo levantando su mano mostrando cinco deditos.

– Aww están chiquitos, Rindou solo sos un año mayor que mis hijos – dijo la señora con ternura.

– ¿Señora ute es amiga de mi mamá? – cuestionó el de lentes llevándose una galleta a la boca.

– Uhm no me digas señora, dime Hana-san te parece – explicó.

– Lo siento no quise ofenderla – dijo el menor disculpándose unas cuantas veces.

– Jajaja... no te preocupes Rin y respondiendo a tu pregunta, si somos amigas desde secundaria – soltó un suspiro con una sonrisa recordando sus bellos momentos, aquellos recuerdos de cuando estaba en el colegio.

– A veces teníamos peleas pero eran por cosas sin sentido, diciéndote que una vez nos encontramos dinero y nos peleamos por quién se lo quedaría hasta que llegó el dueño y nos lo quito – soltó unas carcajadas recordando sus viejos momentos de secundaria con la mamá de los pequeños.

– Creo que ya terminaron de merendar ¿Verdad?

– Si – dijeron los niños al unísono.

– Bueno si quieren pueden seguir jugando – dijo la madre para llevarse las cosas para lavarlas.

– Gracias mamá –

– Gracias seño...digo…Hana-san

– ¡Vamos! – dijo el peli melocotón subiendo las escaleras.

Cuando entraron al cuarto Rindou agarró la mano de Souya llevándolo al rincón donde los mayores no escucharán lo que diría.

– Entonces Souya quieres ser mi reina –

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