Capítulo 2

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Solo para comentarles que este capítulo tendrá escena +18, a aquellos que no les guste pueden cortar esa parte desde que aparece la advertencia y al final la pondré.

Disfruten la lectura.

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Jamás en su vida pensó que así sería su boda.

Su madre le relataba cuentos donde la novia llegaba en un blanco vestido gigante a la iglesia donde se casaba con el amor de su vida, y todo era amor y paz en sus rostros, diciendo votos tan románticos donde se juraban lealtad y vivían felices para siempre.

Ella se estaba casando en un campo de batalla, llena de sangre y mugre, su rostro antes perfumado y sonrojado estaba sucio y con la nariz con un hilillo de su sangre, su vestido antes elegante y adornado con buenas telas estaba arruinado y roto de algunos lados. No era lo que ella se imagino cuando pensó en casarse.

No era ingenua, y sabía que si alguna vez lo llegará a hacer no seria amor lo que estaría en ese matrimonio, sería un contrato de familias para tener poder y un linaje que asegurará un largo tiempo.

El mismo Rey los caso, no había tiempo para buscar un sacerdote, ¿quién tenía más autoridad que la propia iglesia?

Damian tomo sus manos bruscamente, haciendola saltar de su sitio, observando sus ojos verdes y mostrando esa mirada imperturbable para ella. Pero era todo lo contrario, Damián no sabía que hacer, jamás se pensó involucrar en un matrimonio con esa princesa, y menos viendola tan frágil y llena de miedo. En menos de unas horas había perdido lo que ella consideraba un hogar y sus padres ahora estaban muertos en alguna parte de la batalla. No tenía ni una opción, y no tenía ni a dónde ir.

Ella estaba sola en este mundo.

No, ella ya no estaría sola. Ella sería Anya Desmond, su esposa, y si alguien se atrevía a tocar un solo cabello de ella respondería ante él. No le importaba mucho en realidad, pero tampoco le deseaba el mal, después de todo, él siendo un niño sintió la misma soledad que ella posiblemente sintiera en esos instantes, era una mujer perdida en un profundo y peligroso océano, y se hundiría si no tenía quien le tomase su mano.

Recito los votos a la ligera, no pensó ni lo que dijo, solo observaba el rostro manchado de aquella chica, y cuando él termino de hablar ella lo siguió. De su armadura saco una pequeña daga y corto un poco su brazo, e hizo lo mismo con el de ella, que se quejo por el pequeño ardor que sintió, el Rey tomo una tela blanca y unió ambos brazos.

—Eres sangre de mi sangre, esposa mía, y piel de mi piel. Tus penas serán mías, y tus enemigos serán los míos.

¿Qué pasaba si él era su enemigo?

—Por el poder conferido a mi, te presento a tu esposa Damián Desmond.

Sus soldados celebraban de alegría y se unían a felicitarlo, pero ¿qué felicitaban? Ellos habían visto que había pasado, en menos de una hora se había casado.

Su padre se acercó a él, susurrando en su oído para que ella no los oyera.

Espero la prueba de tu unión está misma noche.

Trago la saliva que tenía en su boca al oírlo, y solo asintió a su misión. Tomo a su ahora esposa del brazo y la cargo para subirla al caballo, mientras se dirigian al palacio de Westalis que se mantenía en por con sus fuertes cimientos.

La puerta de hierro fue abierta mientras los soldados se desplegaban por el lugar, ella alcanzo a oír los gritos de sus sirvientes.

—¿Qué le hacen a mi gente? ¿Los mataran verdad?

Pierdes Tú O YoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora