Anya
Sir Forger carraspeo incómodo, cuando entro a mi habitación. Era a simple vista la situación en la que estuvimos anoche.
Damián vestía unicamente con una bata de dormir, yo con el cabello posiblemente alborotado y estaba recargada en una gran ventana evitando su mirada, era claro que me estaba viendo a mi. Cuando al fin decidi encararlo y preguntar su intromisión parecía que se arrepintiera de dejar libre de Damián en mi habitación.
-Buenos días, mi reina, lamento que -observo a Damián unos instantes -haya interrumpido.
-Oh claro, demasiado.
Ambos volteamos a ver a Damián. Ni parecía que hace poco le habían herido de gravedad, pero sus acciones de anoche me dieron a entender que no estaba tan mal como yo creía.
Despedí a Sir Forger con la mano, una vez solos, observe a Damián enojada -No es manera de responder al hombre que te ayudo.
Damián ni siquiera se disculpo, ignoro mi reproche y camino hacia su ropa, se vistió sin más, volteo a verme y se acercó a mi, besando mis labios suavemente, al separarse me sonrio con ternura.
-Debo seguir con los planes, no tardaré demasiado.
Me dejó sola ahí y mi corazón latia tan rápido ¡no era justo que el me diera estas emociones tan difíciles!
-Parece que la pasaste muy bien anoche, Anya.
Mi sonrojo no tardo en presentarse, desvíe la vista de Becky cuando ella llegó a mi cuarto y ni aviso al entrar. Mis malditas emociones no paraban de estallar una tras otra; vergüenza, enojo, y sobretodo sentía calor al verlo, pensaba que si me volvía a ver a los ojos, y me tocaba de la manera que lo hizo ayer, yo fácilmente volvería a sus brazos. Difícilmente podría decirle que no al hombre que amaba.
Sostuve mis mejillas con mis manos y trate de pensar en otra cosa que no fuera en él, pero simplemente no podía, no al recordar...
Sus ojos llorosos observaban el pecho de su esposo, brillando por la ligera capa de sudor en su cuerpo, su rostro estaba sonrojado y su respiración era tan irregular que aún así le exitaba a ella. Sus pequeños gemidos se escuchaban en toda la habitación, lamentaba a los guardias si estaban escuchandolos, pero poco le importaba, ella había estado esperando esto, ambos lo esperaban.
Sus piernas temblaron, no pudiendo mantenerlas un poco más abiertas, tratando de juntarlas, pero las manos de Damián se pusieron por debajo dd sus piernas y las sostuvieron fuertemente, y volvió a impactar su cadera con la de ella. Ella en respuesta se arqueo contra él.
-¡Ah, Damián!
Lo intento regañar, pero su voz y la forma de hablar solo lo incito a pecar, una y otra vez, hasta que ambos no pudieran sostenerse más.
Negué con la cabeza varias veces, hasta tranquilizarme y tratar de encarar a mí amiga, pero la jugada no me salió bien.
Me sente en la punta del lecho, acomode su bata y la observé. Esperaba que no se enojara por las palabras que le diría.-No contaré de mis intimidades con mi esposo.
La mano de Becky apunto a la ropa esparcida por el sitio, suspire, tratando de tomar valor, en ese momento, parecía un regaño, pues Damián era hijo de mi enemigo, pero también era mi esposo.
Me sentía tan confundida. Tan perdida. No sabía que hacer, ¿aceptar los sentimientos de Damián así sin más? ¿Era tan egoísta para permitirme ser feliz con él a pesar de traicionarlo?
Tomé mi ropa, y me apresure a entrenar, no podía tener la mente distraída si quería ganar este lugar. Debía mantenerme serena, ocultar mis sentimientos, tal vez así, yo podría quedarme con él al final.
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Pierdes Tú O Yo
FanfictionEl reino Westalis cayó, perdió contra con sus enemigos y traicioneras casas. Toda la familia Real había sido masacrada, evitando así el levantamiento de sus casas aliadas para ascender a un Levsky de nuevo al trono. Solo una sobrevivió, y era la má...