When I Find The Truth 《Yeonbingyu》

Parte 1

HISTORIA CON CONTENIDO ADULTO, SI NO ES DE TU AGRADO ES MEJOR QUE NO LEAS

BEOMGYU

CADA VEZ QUE MI MEJOR amigo me pide ir a pescar, mi respuesta siempre es sí. Porque Félix Lee no quiere decir en un barco. En el océano. Y definitivamente no espera pescar atún. No. Está a la caza de un SEAL de la variedad naval.

Félix y yo descubrimos Bottoms Up en Coronado en nuestro segundo año y hemos vuelto en muchas ocasiones. Es el bar gay más cercano a la base naval... ¿puerto? Como sea que se llame. Siempre está lleno de marineros, como dice Félix.

Félix y yo compartimos una apreciación por los hombres más grandes, pero mi obsesión no termina ahí. Me gustan los chicos mayores. Alguien que quiera cuidar de mí y no al revés.

Félix me lleva a la pista de baile en el momento en que entramos en el bar porque sabe cómo llamar la atención, y con lo que lleva puesto (blusa de cintura, pantalones ajustados) no hay forma de que no llame la atención.

Monta un espectáculo como suele hacerlo, básicamente usando mi cuerpo como si fuera un tubo y le pagan para bailar sobre él, pero no me quejo porque tiene el efecto deseado.

Los hombres se meten, bailan con él, bailan conmigo, bailan en grupo... Es embriagador estar en medio de un manwich sudoroso.

En ocasiones, más de un chico me ha llevado a casa. No estoy seguro de si el sexo en grupo se puede llamar un problema, pero si lo es, es el problema más grande que tengo. ¿Qué es mejor que una polla sino dos?

O, cuando mi mirada se encuentra con dos hombres en el bar, sus cuerpos altos y musculosos frente a la pista de baile, cortes de pelo muy cortos, ¿qué es mejor que un SEAL sino dos?

Uno de ellos tiene el pelo más claro, el otro de un castaño intenso que combina con su piel bronceada y aceitunada. El de cabello oscuro me mira a los ojos y sus labios se curvan. Uno parece un típico militar, enorme y dominante, mientras que el que me sonríe parece menos aterrador, pero ambos son voluminosos y hermosos.

El más grande tiene todas las características duras, y eso es lo más sexy para mí.

Rompo el contacto visual con ellos y vuelvo al chico con el que estoy bailando, un jovencito que obviamente está aquí por la misma razón que nosotros. Ese es el único problema de que Félix y yo nos usemos como cebo. A veces llamo la atención de otros que son como él. No es que me apaguen los chicos más pequeños, es solo que tengo un tipo determinado.

Y los dos hombres del bar son mi tipo. Con alguna esperanza, les gustan los tríos.

Me inclino y le digo al oído algo del tipo:

—Me apetece tomar una copa—y lo dejo antes de que pueda ofrecerse a venir conmigo. En cuestión de segundos, está bailando a alguien más.

Voy al bar y, a diferencia de Shenanigans, un bar universitario cerca del campus, Bottoms Up no hace que los mayores de veintiuno usen una muñequera para beber. Llevo un pelado serio, y por suerte para mí, mido más de uno noventa, y peso más de noventa kilos, y no parezco un chico universitario.

Aun así, cuando llego al bar, paso estratégicamente junto a los dos chicos que me interesan para que me presten atención, solo pido una Coca-Cola. Si tengo la oportunidad de ligar esta noche, quiero estar sobrio.

Félix y yo tenemos un sistema para asegurarnos de que ambos estemos seguros cuando vamos a casa con extraños. Mantenernos sobrios es una de nuestras reglas. También lo es dejarnos saber dónde hemos quedado y con quién.