Desde que nacio se destacó por ser fuerte, protege a sus hermanos. El principe Aegon se enamora de ella: que dolor de culo. Es la guardia personal de su madre Rhaenyra Targaryen ↝
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RHAERYS SALÍA DEL CASTILLO, NO QUERÍA ESTAR AHÍ CUANDO SU MADRE LA regañara por ser tan impulsiva, porque si ella le tenia miedo a algo era su madre enojada. Ordeno a sus guardias que por favor no la siguieran pero ellos insistieron.
Camino más hasta que vio a un hombre azotando a una pobre chica, las personas no hacian nada, la trataban como si fuera un animal y Rhaerys no entendía el porque. Se acercó a una mujer de avanzada edad a preguntar porque le pegaban a la chica.
-La pobre chica es su sirvienta pero al parecer desobedeció una orden, ella no quizo acostarse con él.
-Bien.
Le parecía absurdo que un hombre idiota le pegara a una chica que parecía ser de su edad por no querer acostarse con él. La princesa hizo espacio de entre la multitud, algunos se quejaron pero cuando vieron quien era hicieron una pequeña reverencia.
-Deja a esa chica. -Ordeno la princesa.
-Tu no eres nadie para decirme que hacer. -Menciono el hombre con desden.
-Claro que lo soy, ahora déjala o haré que te maten.
-Es mi criada y tiene la obligación de servirme. Lárgate.
-Bien. Caspian, asegurate de matarlo.
El hombre cobarde gritaba por su vida, rogando que no lo mataran, de todas maneras Rhaerys iba a hacerlo. Cuando veia injusticias no podía quedarse con los brazos cruzados.
Rhaerys se quito su capa y se la brindo a la chica que aún estaba golpeada y con miedo la tomó.
-Mu-muchas gracias princesa. -La chica le dedicó una sonrisa sincera.
-No hay de que cielo, acompáñame.
-¿A dónde princesa? No quiero ser vendida.
-Nada de eso, por favor acompañame.
Eso hizo, siguió a la princesa de vuelta al castillo, temía que si decia no la golpearían otra vez. La chica se sorprendió porque nunca en su vida creyó que estaría en el palacio a menos que fuera una sirvienta.
-¿Es hermoso, no? Yo tambien me impresione cuando llegue en la mañana. Siempre me ha gustado esa estructura.
-Lo es, nunca creí verlo tan de cerca.
-Acostumbrate, ahora serás mi dama de compañía y estaras conmigo casi todo el día.
La chica no aguanto mas y abrazo a la princesa como muestra de agradecimiento, nadie se habia preocupado por ella en su corta vida.
-Lo lamento princesa, no debí abrazarla.
-Esta bien, Julieta -Le hablo a una sirvienta- llévala a que se bañe y muéstrale el castillo, dale uno de mis vestidos, que sea comodo. Por favor.
La señora acato su orden, Rhaerys iba a entrar al castillo cuando vió a Aemond corriendo hacía ella con mucha prisa.
-Aemond ¿Estas bien? -Ella no pudo terminar porque Aemond la abrazó mientras la cargaba.
