12. Night Stalker.

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-Me atrapaste, me tuviste entre tus manos~- Canta una vos que se encontraba entre conmovida y ebria. –Me enseñaste lo inhumano y lo infeliz que puedes ser~-

Era Damián quien se encontraba en una taberna, en lo que parecía ser una noche de karaoke. En una sus manos tenía una botella la cual estaba media vacía, y en las mesas todos estaban alzando sus brazos y careando la canción, incluyendo Martin, José y Ryan.

-Te fingiste exactamente enamorado...~- Canta a todo pulmón para luego dar un gran sorbo a la botella. –Aunque nunca me has amado yo lo se~- Lanzan la botella cuando al tratar de tomar otro sorbo está completamente vacía. –Me dijiste que jamás podría olvidarte~- Canta mientras hace una seña para que el trio se acerque a cantar con él. –Que después iría a rogarte y a pedirte "bésame"~-

Ya los tres se rinden y van hacia el escenario, donde el moreno los recibe y entre los cuatro se abrazan, y con las manos en el hombro del otro y una botella, animan al público a que se levante de sus asientos. Todos los presente estaban con sus jarras de cerveza disfrutando la canción y o gravado con sus celulares al cuarteto.

-Yo luche contra el amor que te tenia y se fue~- Entre los cuatro cantan con melancolía. –Y ahora ya te olvide~- gritan a todo pulmón.

La fiesta y música se detiene cuando un grupo de oficiales llega al establecimiento alertando a todos, el grupo se abre paso en la multitud, apartando y empujando a cualquiera que estuviese en su camino. Damián ve esto con cierta decepción, ya que planeaba cantar un poco más.

-Soldados, que creen que están haciendo- Dice uno de los oficiales, con una vos grave y un parche en el ojo.

Los tres al ver quiénes eran, sueltan al moreno y se ponen firmes. –Señor lo sentimos señor- Gritan al unísono.

-Bajen en este instante- Ordena, a lo que los tres sin decir u hacer otra cosa obedecen. –Y usted, queda detenido por uso de magia sin licencia- Dice apuntando contra el moreno.

-Vamos, salve la ciudadela hace unas horas, ¿Por qué no me hacen un desfile?- Dice en voz normal, ocultando lo ebrio que se encontraba.

-No haga más difícil esto, solo venga con nosotros y todo saldrá bien- Dice gentilmente uno de los oficiales que lo acompañaba.

-Sabía que esto terminaría así, dice alzando los brazos. –Pero... no creerán que me valla con ustedes sin oponer resistencia- Comenta divertido.

-Ya basta- Dice y con un chasquido los cuatro oficiales lo rodena en un semi circulo. –No tienes a donde irte-

-Eso sería casi cierto si no fuera por esto- Dice bajando los brazos y con sus dos manos alza los dedos medio- Chúpenmela entre todos- Dice para luego dejarse caer de espalda y desparecer en una nube negra en el suelo.

-Tal vez no le agrade mayor, pero no negara que el jefe tiene estilo- Dice Martin, mientras Juan y Ryan solo asienten con la cabeza.

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En el hospital, Jesica se encontraba en su cama, con las piernas enyesadas, durmiendo plácidamente, con la ventana vierta y las cortinas ondulándose. Una extraña nube se forma en la habitación y de pie al frente de la cama una extraña figura esta viendo fijamente a Jesica dormir, quien al despertar no ve a nadie, pero al voltear su cabeza.

-Buona sera Béla dama- Dice en un mal acento italiano el moreno. -¿Lista para tu baño de esponja?- Dice coqueto con un guiño.

Jesica sin tomarse mucho tiempo tomo la entrepierna del moreno y ejerció una gran presión. –¿Qué quieres?- Pregunta ella firme.

Ahogando un gran grito en su garganta y tensando a gran medida su mandíbula. –Suelta... suelta... suelta...- Suplica sosteniendo el antebrazo de Jesica.

Hasta el fin del mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora