Just For The Mission (Wenclair)

Misión Corta #2 Pt. 1

Al día siguiente de la gran revelación de Wednesday y su decisión de darse una oportunidad con Enid, las dos chicas se prepararon para ir a la agencia, por supuesto que antes de eso, ayudaron a Derek a prepararse para su segundo día de clases y también Enid se dispuso a hacer el desayuno.

Derek por su parte, estaba que no cabía de la felicidad, si algunos meses atrás le hubieran dicho que iba a vivir con dos agentes secretas, que iba a tener un hogar y hasta un perro, se habría reído por horas, porque eso no le pasaba a niños como él. Había sufrido mucho a sus cortos diez años, pero ahora tenía la suerte de poder decir que tenía una familia y que si todo salía bien, se quedaría con ellas para siempre.

—Iremos por Nero a la agencia y a llenar unos informes —mencionó Wednesday sacando a Derek de sus pensamientos.

—Hoy estaremos aquí justo antes de que llegues, así que no te preocupes —anunció Enid.

—Mientras no estén besándose, no tendré de qué preocuparme —bromeó Derek, cosa que hizo que ambas chicas se sonrojarán.

—Derek —llamó Wednesday con su rostro aún sonrojado—. Recuerda ser sutil a la hora de averiguar qué tal es la relación de Crackstone con su nieto e hijo...

—Y si puedes acercarte a su nieto sería genial, intenta buscar algo que tengan en común, videojuegos, fútbol —enumero Enid.

—Asesinatos, armas —agregó Wednesday ganándose un codazo por parte de Enid—. ¡Solo decía! —exclamó acariciando su propio brazo.

—Tranquila, mami, no hablaré de armas con Garret —aunque ganas no le faltaban a Derek de hablar de armas con alguien que no fuera su mamá o el tío Lucas.

—Probablemente, él sea el que gusta del fútbol —dedujo Enid.

—¿Por qué lo dices, mio sole? —cuestionó Wednesday.

—Sencillo, cariño, si Derek dice que Garret parece tener una mejor complexión física a diferencia de Rowan, debe ser porque practica algún deporte —explicó Enid con simpleza. Wednesday quedó asombrada ante la deducción de su dama, definitivamente ella cada vez más la sorprendía.

—Cara Mia, eres muy lista —halagó Wednesday acercándose a paso firme para besar a Enid.

—¡Alto, alto! —gritó Derek con una mueca de disgusto, por lo que Wednesday se detuvo—. Habíamos quedado en que nada de besos delante de mí.

—Perdón, mi pequeño tormento —se disculpó Wednesday, pero eso no evitó que dejará un beso en la mano de Enid.

—Oye, tengo una pregunta —dijo Derek.

—No, Derek, no vamos a entrenar a Nero para que pelee —negó Enid, ya que Derek y Wednesday habían insistido en que sería bueno enseñarle al pequeño Husky algunas técnicas de defensa, más que nada para mantener a la familia segura.

—En realidad no era eso, mami —negó Derek, aunque más tarde intentaría de nuevo convencer a la rubia.

—Oh... bueno, en ese caso, ¿qué sucede? —preguntó Enid.

Derek estaba inseguro de cómo preguntar aquello, no quería traspasar los límites, mucho menos presionar a Wednesday, que aunque no decía nada, estaba lidiando con todo lo que significaba dejar a otras personas entrar a su vida y todo eso. Sin embargo, le habían dejado claro algo, que él podía contar con ellas siempre y les podía preguntar cualquier cosa, así que Derek sacudió sus nervios e inseguridades y miró decidido a la Addams.

—¿De dónde... sacas esos apodos tan particulares? —preguntó, al contrario de lo que muchos podrían pensar, los sobrenombres que Wednesday le daba le gustaban, pero sentía aquella necesidad de saber de donde provenían.