Consciente

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Mi técnica maldita tenía muchos posibles usos, como este: ninguna persona, objeto u otra maldición podía tocarme físicamente. Llevaba tanto tiempo con esta técnica que ya hacía uso de ella inconscientemente. ¿Por qué no dejaba que nadie me sintiera ni yo a ellos? Era la primera vez que pensaba en ello con profundidad y sonaba aterrador, aunque menos aterrador que vivirlo todos los días.









Desperté levemente mareado y con una sensación de estar sumamente enojado por algo, aún no recordaba bien la noche pasada pero tenía el presentimiento de que había sido mala, realmente mala.

El olor de un desayuno preparado me llevo a caminar fuera de mi cuarto hasta la cocina, dónde me encontré al nuevo preparando tostadas de huevo y aguacate- buenos días gojo, ¿Dormiste bien?

- Hmm... Buen día- ¿Porque mierda me seguía hablando con tanta tranquilidad?, Sin quitarle los ojos de encima me senté en la mesa y empecé a comer, entonces me di cuenta que no llevaba la venda puesta, comencé a buscarla con la mirada hasta que geto me detuvo.

- ¿Buscas algo?- me observó con curiosidad.

- Yo uhmm... Mi venda... No recuerdo dónde la dejé.

- Oh se quedó en mi cuarto, voy por ella, vuelvo en un segundo- sin más salió de mi vista, dejandome con muchas preguntas rondando en mi mente, hasta que como un balde de agua fria recordé lo que había pasado ayer.

Eres muy diferente a como creí.

Para nada, a veces las cosas normales aburren, y tú no lo eres.

El había dicho aquello cuando estuve ayer en su cuarto, no sin antes quitarme la venda por segunda vez frente a el, ¿Pero que mierda me pasaba? Sentí algo extraño recorriendo mi cuerpo, parecía como si fuera a vomitar, probablemente estaba enfermo, esa era seguramente la razón de porque me había empezado a comportar de una manera tan extraña.

- Listo, aquí esta- estaba tan concentrado en mis pensamientos que no note cuando el nuevo volvió, aún sin voltear a verlo tome mi venda de su mano sin tocarlo- gracias.

- Ahora será mejor que desayunes o sino llegaremos tarde.

Mierda! Había olvidado por completo el entrenamiento, aunque no tenía necesidad de hacer nada pero debía ir, no porque me lo hayan ordenado, sino porque tenía curiosidad de como funcionaba la técnica maldita del nuevo.

Así pues, sin terminar de desayunar me levanté para ir a bañarme- deberías ir por tu uniforme, nos vamos en 15.

En la ducha intente quitar el cansancio y estrés que tenía encima masturbándome, pero era imposible, me venían imágenes de la noche de ayer, y mientras más lo pensaba, más enojado me sentía, empecé a subir y bajar mi mano sobre mi miembro rápidamente, hasta que me vino a la mente la sonrisa del nuevo, esa que me había brindado en el auto, y su rostro cuando lloraba, era indescriptible, puro y precioso.

Solté un gemido leve y me detuve en el acto sin llegar a correrme, debía estar completamente loco para pensar en el mientras me masturbaba, lo que tenía era sin duda frustración sexual, estaba seguro de eso, por lo que planee ir al club que frecuentaba en la noche.

Saliendo de la ducha tome lo primero que ví sin dudar que cualquier cosa que usará se vería espectacular en mi, y salí a la sala encontrándome con el nuevo usando el uniforme, que no le quedaba nada mal... Tenía el cabello recogido en un moño haciendo que su sonrisa iluminará todo su rostro, aunque fuera falsa.

- ¿Nos vamos?

Tuvimos que llegar corriendo a la academia porque al nuevo se le ocurrió la maravillosa idea de pasar por una tienda de donas, ahora mismo estaba comiendo una quitado de la pena frente a mi, mientras el director yaga me daba su sermón.

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