Metanoia

Tocame

¿Porque geto se sonrojaba al verme? ¿Porque actuaba de esa manera cuando está conmigo? No entender mis propias emociones también significaba no entender las de los demás, por primera vez, maldije a mi familia que me dió todo y no me dejó nada.

- Porfavor geto, dejémonos de rodeos.

El estaba nervioso, su rostro se sonrojaba un poco y me miraba tímido, pero yo no pensaba retroceder, aunque una parte dentro de mi me decía que me detuviera para no dañar nuestra relación de nuevo, no le hice caso.

- me tomaste de la mano justo ahora y antes también alargas nuestro contacto, es como si... te gustará

Geto abrió mucho los ojos y se alejo un poco de mi, realmente quería que esa no fuera verdad, porque yo lo consideraba un amigo, mi mejor amigo.

- yo... no se de qué estás hablando

Suspiré un poco y sopese la opción de dejar el tema así, pero fue imposible, la curiosidad que tenía gobernaba sobre la razón en este momento.

- creo que si lo sabes, pero ¿tienes miedo de decirlo? ¿porque?

Era conciente de que lo estaba presionando, pero si no quería que su respuesta fuera "si" ¿Porque lo hacía? No estaba actuando con raciocinio.

- no... no es eso, solo... ¿Podemos dejarlo así?

Mordí el lado interior de mi mejilla, un poco molesto ante su respuesta, asentí sin observarlo.

- bien

Mierda, ¿Que estaba pensando? Este impulso era lo más difícil contra lo que había peleado en mucho tiempo.

Que se joda.

Todo.

Solo unos pocos centímetros me separaban del cuerpo de geto, solo unos pocos... Acorte la distancia hasta que sus iris color negro me reflejaron en su mirada, el aún seguía visiblemente en shock, por suerte para mí.

Levanté mi mano derecha y acaricie su cuello, el se estremecio bajo mi tacto pero no se alejo, estaba comenzando a poner una mirada un tanto perdida e inocente, era realmente... diferente.

- No me mires así...

Lo atraje por el cuello hacia mi rostro, y antes de besarlo una sonrisa ladeada se asomo por la comisura de mis labios.

Al sentir sus labios sobre los míos fue como recordar aquella noche, parecía que fue hace una eternidad, pero solo habían pasado tres días, tres días desde que no saboreaba el interior de su boca como ahora, estaba jugando con su lengua, escuchaba como suspiraba cada vez que mordía sus labios y cuando presionaba su cuello exigiendo que abriera más la boca para meter mi lengua lo más profundo que pudiera.

Era una delicia como sus jadeos pasaban a través de mi, y más aún saber que yo los provocaba, geto paso sus manos al rededor de mis hombros, en ningún momento nuestros labios se separaron.

Mi mano que no estaba en su cuello se paseo por su abdomen, aunque aún tuviera ropa puesta, podía sentir su piel caliente, esperando que yo la tocará desnuda, jugué un poco con sus pezones por encima de la camisa, geto se separó de mis labios y jadeo pesadamente, me observaba de nuevo, esperando que continuará, volví a acercar su rostro a mi y susurre en su oído.

- Pídemelo adecuadamente

Sentía que se derretía en mis brazos, pero aún era muy pronto para terminar, tiro de su cabello con un poco de fuerza, instando por una respuesta a mi demanda.

- to... tócame

Era todo lo que necesitaba escuchar, me relami los labios y lo levanté en brazos, caminé hasta mi habitación de nuevo y lo tiré en la cama, fui caminando lentamente hasta estar a un lado de el.