Entrenando

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Siempre había pensado que ser el más fuerte era bueno, podía proteger a las personas que me importaban, pero el problema era que no me importaba nadie, y el hecho de que el único que despertaba interés en mi resultara lastimado por ser el más fuerte me desconcertaba.



De camino a casa geto se notaba extrañamente feliz dados los eventos de las últimas horas, pero decidí no preguntar más y seguir conduciendo hasta llegar al departamento.

A medio camino recibí un mensaje de shoko que simplemente decía "estoy aburrida, iré a tu departamento, te espero ahí -xoxo" bufé un poco y sonreí, esperaba que geto mantuviera su buen humor hasta que shoko decidiera que fue suficiente de convivir con nosotros. Tome su mano y la acaricie un poco antes de bajar del auto, camino a la puerta del departamento.

Como mencionó, ahí se encontraba ella sentada en el pórtico de la entrada esperando por nosotros, al vernos se levanta y saluda con la mano, para después dejarme espacio para que abriera la puerta y pudieran entrar.
Por raro que parezca ahora era yo el que me notaba un poco desganado, así que los dejé a ambos en la sala y me dispuse a bañarme.

- Voy a tomar una ducha, vuelvo enseguida, coman lo que quieran de la nevera pero no rompan nada, ¿Entendieron?

Shoko y geto compartieron una mirada cómplice, por lo que solo suspire y fui a mi habitación, ahí me quite la ropa y me metí sin pensarlo dos veces debajo del chorro del agua fría, me relajaba mucho y podía dejar de pensar por un momento.

Después de unos minutos, salí al pasillo cambiado y duchado, pero antes de entrar a la sala escuché un fragmento de la conversación de ellos dos-...quisiera ir a un lugar tranquilo, dónde no importara si soy o no un hechicero- a pesar que lo dijo en un tono bromista, yo sabía que era verdad lo que geto decía.

Intento enterrar en lo profundo de mi este persistente sentimiento de tristeza pero sobretodo de soledad, por geto... Sonreí y me uni a ellos en la sala, en la que hablamos por unas cuantas horas de cosas sin importancia.
Y cuando por fin shoko se aburrió de nosotros, me levanté junto con ella para despedirla en la entrada, justo antes de cerrar por completo la puerta shoko la tomo con una mano y se acercó a mi lo suficiente como para que yo le escuchará.

- los vejestorios del consejo los mandarán a una misión clase S dentro de dos semanas, dijeron que geto no era lo suficientemente fuerte, no como lo esperában, así que lo quieren dejar morir, pero porfavor gojo... No dejes que lo hagan

Sin decir más, shoko se despide con la mano y baja por las escaleras del edificio hasta perderla de vista, dejándome en la puerta petrificado y por primera vez, con miedo, de lo que le pudiera pasar a geto.

Y mientras regresaba a la sala, por mi cabeza pasaban miles de soluciones, pero yo ya había decidido una, iba a ayudar a geto a ser el más fuerte, a que seamos los más fuertes.

Al encontrarme con geto le sonreí y me decidí a comenzar con el plan- mañana iremos a entrenar dos veces, una en la mañana y otra en la tarde, quiero que eso se vuelva una rutina así que ve mentalizandote- geto me miró extrañado pero termino por asentir emocionado y sin esperarmelo, geto avanzo hacia mi con intención de abrazarme.

En los primeros momentos estaba rígido, sin saber que hacer, pues la única persona que me había abrazado había sido shoko, pero después quise sentir yo también su calor, por lo que quite por un momento mi técnica y le dejé que me sintiera como yo quería hacerlo con el. En mi cuello sentí su boca y momentos después escuché su voz "gracias" me susurro al oído, y yo no pude hacer otra cosa más que abrazarlo más fuerte contra mi.

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