cinco: felicidad efímera.

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Se levantó de la mesa llamando la atención de los miembros, con todos esos pares de ojos mirándolo se encogió, tratando de creer que era invisible y no podían verle.

-¿No vas a comer JungKook? -cuestionó YoonGi y suspiró, a sabiendas de que no podía simplemente ignorarlos e irse, sería mucho peor.

Habían trabado durante todo el día desde altas horas de la mañana, ya era algo tarde por la noche y todos estaban más que cansados más aún decidieron comer juntos en la mesa, no quería pero no había razón para negarse. Muchos menos cuándo TaeHyung ya lo había hecho primero.

Según iba a salir con Jennie y dormiría en su casa, y los demás no pudieron negarse porque era su novia y ya había trabajado, era su momento libre y ya estaban acostumbrados a que se negara a compartir tiempo con ellos, prefiriendo irse con sus novias, hacer de las suyas y cuando le diera la gana volver y provocar discusiones de la nada.

Era como un círculo vicioso, TaeHyung se había vuelto muy problemático desde hacía años.

-Siéntate y come por favor -rogó NamJoon, mirándolo con súplica-, no quiero que se continúe destruyendo el grupo y no poder hacer nada.

Destruir.

Destruido, ellos querían aferrarse a una mentira, porque ya no eran un grupo; él propicio que se convirtiera en una guerra silenciosa, o estaban de su lado o del de TaeHyung y eso influyó en qué la confianza se quebrara, no rompiera, pero dejaron de ser esa única persona en siete cuerpos distintos cuando admitió que era gay.

Y silenciosamente que gustaba de Kim TaeHyung.

Asintió, sabía que nadie estaba preparado para la verdad, sólo él, tenía tanto tiempo aguantando como una bomba de tiempo y en cualquier momento estallaría, pero se contenía, porque nadie lo merecía. Tenía que hacerse cargo de sus sentimientos, de lo que causó.

Se sentó nuevamente, forzando una sonrisa, mientras la mesa se sumía en un silencio que no duró mucho, SeokJin acabó de comer y se limpió los labios, levantando la mirada para hacer contacto visual con él.

-¿Podrías decirnos qué sucede? -preguntó y tragó forzoso al fingir no entender, claro que lo hacía, era de suponer que desde hace mucho tiempo atrás tuvieran esa duda, del por qué de sus acciones; de su apariencia descuidada, de sus acciones robóticas, llantos constantes y miedo a todo-, sí habló contigo JungKook, por favor, responde.

Sus ojos se llenaron de lágrimas por lo cuál bajó la mirada a su plato, a medio comer, con apenas unos mordiscos y hecho un desastre por las veces que lo revolvió tratando de hacer tiempo, se tragó el nudo en su garganta y sorbió su nariz, tratando de calmarse.

-N-No sé de qué hablas -susurró inestable, tratando de hacer cómo si no sintiera las miradas penetrantes de sus compañeros, de JiMin, quiénes buscaban indagar más, aunque uno de ellos supiera ya de qué se trataba, más no estaba en sus planes hablar, no le correspondía.

-JungKook ya no eres el mismo de antes, ya no sonríes, ya no nos imitas, ya no te burlas de nosotros, ya no cantas y bailas por toda la casa, ya no nos pides noches de películas, ya no nos haces bromas, no quieres salir, lloras todo el día y hay una historia que corresponde a TaeHyung que no nos quieres contar -la voz de SeokJin se suavizó, levantándose de su silla para caminar a su lado, ya había comenzando a llorar, preguntándose por qué dejo que el amor lo perdiera de esa manera, el haberse alejado de sus hermanos, de su familia, ocasionar tanta discordia en su propio grupo. Haber destruido todo, por TaeHyung-, sólo dinos la razón, o llora con nosotros, queremos ayudarte... Somos amigos, más que eso, hermanos y queremos protegerte, quizás no tardamos mucho pero por favor, Koo... Deja que seamos parte de tu dolor.

Su cuerpo cayó en los brazos del mayor del grupo, su desgarrador llanto siendo lo único que podía escuchar, pronto el resto de los miembros se unieron a un abrazo grupal del que JiMin se ausentó, él se fue, incómodo, porque no tenía las mismas intenciones de los demás pero lo olvidó por un segundo, deseando que ese abrazo tan cálido durara toda la vida, que cómo ellos decían, que era el chico más lindo del mundo, que lo amaban, que siempre estarían para él, no era el chico problemático, ruin y estúpido que cometió tantos errores, que ama a un imposible y que no puede soltar, que sigue arrastrando tanto dolor del que no puede liberarse.

Lloró hasta que su garganta ardió de sus constantes sollozos, hasta que sentía su cabeza explotar y su corazón arrugarse por la sensación de no estar solo, sino, estar rodeados de sus hermanos mayores que tanto amor le propiciaban, quizás se alejaron, todo por su culpa, pero ahí estaban, uniendo esos lazos que rompieron por su sexualidad.

-Koo, ¿Todo esto se debe a TaeHyung? -HoSeok le acarició las mejillas, rojitas por todo el tiempo que estuvo llorando, asintió ido, pero sabiendo lo que ocasionaría esa información pero pensó en la liberación, se sintió bien admitir que estaba así, hecho más que nada, por quién comenzó siendo su compañero de aventuras.

Cuándo cayó dormido fue llevado hacía su habitación, durmió calientito y acompañado porque NamJoon se acostó junto a él, abrazándolo y repitiendo que era su hermanito pequeño, que lo amaba y que siempre estaría para él en las buenas y en las malas.

Su libertad fue efímera, porque cuando despertó al día siguiente se encontró con su condena, reclamándole por qué habló, por qué trató de se feliz por más poco tiempo que fuera.

Su primero amor, su condena eterna.

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holap, capítulo introductorio para el desvergue que sucede después...

goomiel 2023 <3

amor imposibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora