tres: vergüenza.

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Besar a JiMin se sentía extraño, en esas condiciones con unas copas de alcohol de más y una docilidad muy propia de él lo disfrutaba, porque su amante era increíble por dónde lo viera, aún así era incómodo porque... Porque TaeHyung dormía a su lado.

Miraba hacía la oscuridad del techo gimiendo y jadeando lo más bajito que podía, sintiendo cómo los besos y las caricias de su novio bajaban hacía su pecho y cintura, era placentero, JiMin sabía dónde y cómo tocarlo, hacerlo ver el paraíso y el infierno a la vez, como ser duro y salvaje como también tierno y considerado, era, sencillamente, un haz cuándo de sexo se trataba.

La ropa comenzó a escasear y el calor comenzó a abundar en demasía, se le olvidó parcialmente que TaeHyung estaba allí, del miedo que le mirara sometiéndose a otro hombre de esa forma, de todas las inseguridades y de todo lo ruin, se entregó a JiMin en cuerpo, mente, alma y corazón, disfrutó en silencio, se corrió gimiendo su nombre y aceptó otra ronda sin importarle que mañana estaría cansado y adolorido.

Disfrutó, y el ánimo que había perdido desde la pelea que le puso en vergüenza aquel día en el salón de prácticas volvió considerablemente, con él, el cansancio irreparable por todo el día estar en un lugar frío para una sesión de fotos y como si fuera poco llovió, se mojó, tuvo que viajar unas cuatro horas de vuelta a casa empapado y con demasiado frío y ahora se encontraba, por tercera vez, entregándose a JiMin, quién sin deje de cansancio alguno seguía y seguía, gimiendo, chillando y susurrando su nombre mientras las embestidas se hacían más y más duras, blanqueó los ojos cuando sentía que pronto se correría hasta que la luz se encendió y como alma que lleva el diablo se alejó de JiMin, sintiendo el dolor en su parte baja por sus bruscos movimientos y se cubrió con la sábana hasta el cuello, observando con miedo como TaeHyung les miraba, primero algo impresionado y después, algo burlesco.

No, otra vez.

-¿Se puede saber qué categoría de cochinada puedo encasillar a ustedes al estar teniendo sexo conmigo durmiendo al lado? -cuestionó con burla, recostando a la pared con su rostro medio adormilado, incluso marcas en su mejilla por haber dormido sobre su brazo.

Mierda.

-Podría ser en la misma categoría en la que debiste haberte puesto el día en que te cogiste a Momo en una fiesta, frente a nosotros, hijo de perra -ladró JiMin visiblemente enojado, cómo sí quisiera matarlo, TaeHyung soltó una risa, sin una pizca de miedo y quiso llorar y reír al darse cuenta de que una tonta y ridícula pelea, causada por él, se avecinaba.

El ánimo dijo adiós entonces.

-Disculpa por haber interrumpido tu salvaje y deliciosa cogida con JungKook, puedes seguir follandotelo sí quieres, yo me puedo masturbar a la par de sus gemidos -bromeó, haciendo que sus ojos se abrieran considerablemente. ¿Qué estaba diciendo? Maldita sea, que se calle─, ¿O eso se consideraría una infidelidad hacía Nini? Qué conste que no los tocaré ni un poquito.

-Cállate Hyung -pidió sin mirarlo a los ojos, queriendo llorar por la situación que estaba pasando, no quería que TaeHyung lo continuara viendo como el desviado gay, como lo veían sus padres, Bang PD, los miembros del staff, su familia, su hermano, sus amigos...

De todos, menos el mismísimo Kim TaeHyung.

-No lo d-digas así... -susurró, abrazando sus piernas, sintiendo lo pegajosas que estabas por todo el sexo que habían tenido.

-¿Qué dije de malo? Te estaba tomando por el culo, como a cualquier gay, así que no entiendo lo que...

-¡Cállate! -chilló con lágrimas en los ojos, era vergonzoso, pensar en que le gustaba que le metieran penes en el ano, morder la almohada, levantar el culo para otros hombres, dejarse dominar, se sintió asqueroso, una decepción, por eso TaeHyung no lo quería, porque era un descarriado, porque no era puro, porque tenía pensamientos enfermos y asquerosos.

-JungKook... -JiMin, quién se había mantenido al margen, se acercó a él para tratar de tomar sus manos pero lo manoteó, chillando, no quería que le tocara, no después de haberle entregado su culo, no después de que habían tenido sexo.

Era su novio, sí, pero...

-¡No me toques! -ordenó hecho un desastre, sentía que no podía respirar, que su corazón se iba a salir de su pecho, que todo lo estaba asfixiando lentamente y en su desesperación chocó con los ojos sorprendidos de TaeHyung, quiso verlo acercarse, pedirle perdón, más no lo hizo, como era de esperarse.

-Cálmate JungKook, por favor bebé... -pedía JiMin, pero su voz parecía un susurro en la lejanía, comenzó a sentirse mareado, y no sabía muy bien qué hacer, todo lo causada TaeHyung, por hablar, por meterse, por llevarlo poquito a poquito al mismo agujero negro del que trataba de salir desde hace años.

-JungKook, escúchame -TaeHyung, cómo una orden celestial, detuvo ese revoltijo de pensamientos y le obligó a mirarle a la cara, JiMin enmudeció, demasiado decepcionado por ver cómo él no causaba nada y su mejor amigo sí, pero lo ignoró, porque no le importaba en ese momento-, ¿Te avergüenza tu orientación sexual?

¿Le avergonzaba?

Ni siquiera sabía qué responder, se le quedó mirando como un niño que no sabía responder a una simple pregunta. Era gay, jodidamente lo era, las mujeres le eran indiferentes, con sus caras angelicales y sus cuerpos atractivos no le generaba ni la más mínima curiosidad, más los chicos, eran como una obra de arte que se dedicaba a admirar.

Pero, ¿Le avergonzaba ser cómo era?

Siempre sintió inseguridad, vivía en Corea, un país en donde todo era más recto que una regla, un lugar culto con creencias marcadas y poca oportunidad de establecer nuevas, sí bien muchos jóvenes y jóvenes-adultos eran condescendientes, no eran todos, las personas mayores y otros eran muy arraigados a sus anticuadas creencias y su familia en específica, una familia devota y religiosa, le dió la espalda cuando confesó su orientación sexual.

Se sintió atrapado, contra la espalda y la pared, y cuándo poco a poco comenzó a confesarle a los miembros, a la agencia y a algunos amigos íntimos, las inseguridades le golpearon con mucha más fuerza, se sentía señalado por todo el mundo, discriminado, y comenzó a volverse loco.

Era como estar descarriado, un completo fenómeno, pero a la vez orgulloso de lo que era, cuando comenzó a enamorarse de TaeHyung todo empeoró entonces, era el mismísimo infierno.

El psicólogo. Las pastillas. La depresión. Las inseguridades.

Todo, jodidamente todo en su vida estaba mal.

Perdido en sus pensamientos ni siquiera notó cuando TaeHyung abandonó la habitación, cuando JiMin volvió a tomarlo para continuar con lo interrumpido, no notó absolutamente nada, la pregunta persistía, la duda no se iba, incluso cuando lo arroparon para dormir siguió pensando, en insomnio, durante toda la noche.

¿Le avergonzaba su orientación sexual?

Sí.

No.

Quizás.

Nunca.

No sabía la respuesta, o tal vez sí.

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goomiel 2023 <3

amor imposibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora