12 [No verás a tu hija nacer]

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—Ultimo chequeo, ¿Lista para recibir a tú bebé al mundo Lili? 

La doctora interactúa con ella mientras me entretengo viendo un ultrasonido en alta calidad, se mira tan hermosa la bebé. Lili está emocionada, sabía que le iba a tomar afecto, sería inhumano que después de crear vida y cuidarla por nueve meses no encariñarte con ella.

—Tiene la nariz de Deon— aprieta mi mano y sonrío asintiendo.

La doctora nos deja escuchar su corazoncito y me derrito con el sonido de los latidos, cierro los ojos disfrutándolo. Es hermoso lo que las mujeres pueden hacer con su cuerpo, pero siendo así a mis diecisiete casi dieciocho años no planeo tener hijos.

Primero hay que madurar y ya luego vemos cuantos niños podré tolerar.

—Listo, está todo de maravilla— quita el aparato de su panza y me entrega una toalla pequeña húmeda para limpiarla— Saldré por las ecografías, ya vuelvo.

—De acuerdo.

Sale, termino de limpiarle la barriga, también le ayudo a bajarse la blusa y levantarse de la camilla.

Deon no pudo venir, el trabajo con sus padres adoptivos lo tienen demasiado ocupado y estresado, ¿Con quién se descarga?

En efecto, nosotras. Intenté razonar con Lili, ir con mis padres y explicarles quién en verdad estaba embarazada de la bestia, nos ayudarán a salir del país por unos meses o años hasta que la bestia se calmara y regresar, lamentablemente no sé si ella me tendió una trampa o desde un principio me diría que no porque hablamos frente a una cámara.

De todo se enteró y remató conmigo. A Lili no la toca por estar embarazada y llevar a su bebé abordo.

Fueron días enteros que no podía levantarme de la cama, cada noche se disculpaba trayéndome un girasol, mis flores favoritas.

Como lo ignoraba les arrancaba frente a mí los pétalos diciendo: "me ama", "no me ama".

Curiosamente siempre terminaba en "me ama", justificando el daño y que debía perdonarle, lo hice, no de verdad y sinceramente, pero sí para que dejase de dañar a las pobres flores. 

Bajo del carro, rodeo y le ayudo a la concubina de Deon a bajarse. Le pongo alarma al carro y entramos al edificio, de nuevo me han regresado la confianza, voy a la prepa para no estar encerrada y sorprendo con mi ingenio a mis compañeros, como siempre hablan demás, pero que yo sepa no por hacerle una mamada a un profesor se me va a grabar todo lo que hemos visto.

Serán idiotas lo que siguen diciéndome de cosas, ya Deon me ha defendido varias veces. Cosa que causó otro revuelo, nueva parejita de demonios, tal para cual, ¿Cuánto te paga la hora? Me enferman sus comentarios.

—Dormiré, cualquier cosa te gritaré — me avisa antes de irse caminando como pingüino a las escaleras.

Suelto una risita y tomo asiento en el sillón por un momento, la veo subir. Suspiro cuando ya no está y dejo caer mi cabeza en el respaldo.

Hay tarea, normalmente les pago a los nerds para hacerla. Pero si no quiero ser observada todo el tiempo por Deon me pondré hacerla, perezosa me levanto, agarro la mochila tirada en el recibidor y camino arrastrando los pies a la mesa de seis.

Tiró la mochila sobre ella, tomo lugar y la abro... que flojera total.

°°°°°

Sé que no debería, bueno para algo son los libros, pero me he leído todos completos. Fue tanto lo que me quede enganchada que Lili ya ha bajado hace rato a comer, mi plato esta centímetros de mi alcance. Medio lleno, pero hice el intento de comer.

A LA FUERZA ©️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora