Capítulo 1

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ELIJAH 


El primer recuerdo que viene a mi cabeza referente a mi padre es el haber compartido mi primera probada con el whisky, ambos sentados en los sitiales de cuero acolchado de respaldo alto con la calidez que la enorme chimenea con sus llamas vibrantes nos brindaba. Recuerdo a mi padre reír entre dientes al verme luchando por no toser cuando el líquido ambarino bajó y ardió en mi garganta. También recuerdo haber preguntado la razón del porque permitirme consumir tal bebida, y él me miró con sus enigmáticos ojos azules: "El whisky pronto se convertirá en tu único acompañante en noches cómo esta, hijo, noches donde el silencio inundará cada rincón de la casa, incluido tu mente" Sus palabras tenían un trasfondo más profundo que mi cerebro infantil no le tomó tanta importancia porque en ese entonces tenía solo nueve años y lo único que ansiaba en ese momento era imitar al sofisticado y poderoso Jeremías Salvatierra.

Ahora con veintitrés años y con la soledad rodeando cada aspecto de mi vida, las palabras dichas por mi padre toman importancia. El vaso de cristal portando el whisky escocés lo demuestra. 

—Señor.  

Elevé la mirada hacia el hombre que está parado delante de mi escritorio. Alto con un corte militar y un traje a la medida, Maximiliano ha sido mi guardaespaldas durante cuatro años y su servicio lo ha convertido en la única persona que ha conseguido mi total confianza. 

—Ya he preparado el vehículo para su partida de mañana. —dice Maximiliano. 

Me levanto de mi asiento y me acerco a las muchas ventanas que iba del suelo al techo  en mi oficina. Me quedo mirando hacia afuera. El sol bajaba en el horizonte, el cielo se transformaba en tonos de naranja y rosa.  

Mis hombros se levantan y luego caen.  

—Si, no tenemos mucho tiempo —digo en voz baja, recordando el mensaje enviado hace unos treinta minutos a mi teléfono—. Los perros hambrientos han sido desatados. 

—¿Debo proceder? —la pregunta de Maximiliano dará inicio a la gran batalla familiar que debo enfrentar. 

—Hazlo. Trae a Benjamín Blanch. —ordené. 

—Entendido. —Maximiliano se puso en acción con fría eficacia y salió de mi oficina. 

Me paso la siguiente hora en la misma posición mientras espero mi reunión con Benjamín Blanch. Un golpe sólido en la puerta demuestra la puntualidad de Maximiliano.  

La puerta se abre y él se asoma al interior.  

—Él está aquí —susurra y vuelve a salir. 

El hombre encargado de anunciar el testamento de mi fallecido padre entra a mi oficina. Con un aire de impecable reputación, Benjamín Blanch se acerca estrechando su mano. 

—Señor Salvatierra. —dice. 

El título me desconcierta un poco considerando que el patriarca de la familia ha muerto el día de ayer. 

—Blanch. —Le contesto su apretón mientras con la otra mano le indico que tome asiento. 

Desde mi periferia, veo a Maximiliano asentir para indicar que nos dará privacidad antes de cerrar la puerta detrás de él.

Debajo De La Carne Y HuesoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora