"¡Ábrelo!".
Los silbidos se acallan, ansiosos. Su madre lo mira expectante mientras su padre deja entre sus manos un pequeño tablón envuelto en papel de regalo de un fondo blanco con puntos negros que marean su visión al igual que el ondear del fuego encendido en la vela de su pastel de cumpleaños.
Keiji desata el listón dorado con calma, a diferencia de la emoción que sus padres tratan de resguardar hasta el momento correcto.
Odia el desorden. Él cree que se debe tratar a las cosas como uno quiere que lo traten. Por lo que, con sumo cuidado, despega las esquinas unidas con cinta logrando abrir un lado del tablón. Desliza el objeto fuera de la funda y lo sostiene contra su palma. Es un libro.
"¿Y?" Su padre cuestiona con su madre apoyada contra su hombro, los dos aún están a la espera de exaltarse en el momento correcto.
"Bueno..." Keiji abre la tapa. El olor a nuevo se impregna contra él, es agradable y reconfortante. Con delicadeza, desplaza las yemas de sus dedos contra los relieves y la suave textura de las páginas en blanco. "No hay nada escrito" Murmura a lo bajo, ido por la sensación extraña que lo embarga.
"Aún falta un autor que llene el libro" Comenta su padre con una sonrisa, acercando su mano hacia la funda del regalo. De él cae una pequeña pluma negra y elegante, tan cautivadora.
De repente, a Keiji le pican los dedos. Quiere probar la tinta de la pluma contra la pureza blanca de las hojas. ¿Será fluida y seca? ¿O espesa y manchosa?
"Pero... No sé qué escribir" Y el mundo se detiene un momento. El vitoreo de sus padres, una vez toma la pluma contra el libro, guarda silencio nuevamente.
"¿Qué es lo que más deseas, Keiji?" Su madre formula, con una sonrisa enternecida y una melodía dulce como las princesas de Disney que cantan junto a los pajarillos.
"..." Es frustrante no tener palabras que mecanicen los labios, pero Keiji no sabe qué responder por más que se esfuerce.
"Cuando puedas responderte la pregunta, no tengas miedo de expresar todos tus sueños".
Cumpliendo ocho años, Keiji nunca pudo olvidar las palabras de su madre, a la espera de estar listo para poder responderse la pregunta.
...
"¡El correo llegó!" Keiji tropieza al cruzar el genkan, pero es rápido y una mano se apoya contra la pared para devolver el equilibrio a su cuerpo. Torpe, se coloca los zapatos con velocidad. "Con calma, chico deportista" Las palabras de su madre lo detienen en la puerta, la mujer tiene ya en sus manos el grupo de sobres que sacó del buzón; cruza la cancela y sube las escaleras de la entrada hasta posicionarse frente a él. "Aquí" Con una sonrisa de orgullo, le alcanza un sobre que parece resaltar más que los demás, aunque todos sean casi idénticos. Es implacablemente blanco, grande y profesional; a diferencia del correo de facturas amarillentas.
La confianza de su madre lo pone más nervioso. Ha cuestionado su futuro desde que tiene consciencia, y ahora teme por ella.
"Si no te molesta...".
"Está bien. Es tu carta, ábrela donde más cómodo estés" Su madre entiende y completa su silencio. Le da una última palmada en el hombro y entra a casa.
Keiji voltea unos instantes a observar la espalda de la mayor antes de decidir bajar las escaleras de la entrada y cruzar la verja para llegar a la acera que lo guiará hasta la estación de tren.
Keiji vive en la calle Minamicho al frente de la estación de bicicletas Watanabe. Y aun teniendo tal libre disposición del transporte, la dejó de usar al cumplir ocho años.
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Alzheimer's Experience [AkaBoku | BokuAka]
FanfictionUn par de amantes que corren. El mundo que muere en sus sueños. Aquel que ya no será el mismo. Las lágrimas del otro que solamente se vale de recuerdos: "Me enamoré un día de verano. Esta es una historia de amor común y corriente, de una primavera c...