9. Hotel California (Diciembre 2002 - 15 Noviembre 2010)

118 4 2
                                    

"Sigue viéndose igual después de tantos años".

"Papá, ¿nos quedaremos a vivir aquí?" Lo poco que llevan en mano, es soltado hasta caer con un golpe seco. Frente a ellos, una casa tradicional se alza sobrepasando la altura de un despoblado damasco plantado en la entrada; seguramente, con años sin podar. Las ramas bifurcadas son gruesas e incontables, el árbol es demasiado grande y salvaje, ocultando gran parte de la fachada de la vivienda. Una robusta rama logra rozar por poco una ventana del piso superior. Para esta época de invierno, sus ramas desnudas se encuentran cencelladas [1] y sin la presencia de pequeñas flores blancas de pistilos rosas; tampoco hay frutos y los montículos de nieve a medio derretir son impelidos con la mínima brisa. La tierra que cubre sus raíces es bañada por las dunas blanquecinas que reflejan el ocaso.

"No lo sé, Tetsuro" La mano de su padre se posa sobre su cabeza mientras suspira. Revuelve sus mechones negros y prosigue a tocar la puerta de la morada. Esperan en silencio.

Llevan casi un año viviendo en Tokio, partiendo de un distrito a otro en el barrio especial de Taito, de piso en piso, pagando rentas de diversos costos y acostumbrándose al aglomerado del suburbio. Mayormente sus hospedajes quedaban por Sanya, rondando los precios por no más de 200 o 300 yenes. Tetsuro sabe que no han hecho más que vivir como jornaleros.

Él aún no lo comprende. Aunque mamá ya no se encuentre en Kioto, tampoco está en Tokio; pero tienen un hogar esperándolos en Ohara. No es tan grande como la casa urbana que están visitando; pero, a fin de cuentas, es su único cobijo que siempre esperará por ellos. En Kioto nunca pasaron carencias como ahora lo hacen en Tokio. Tetsuro podía correr libremente por los campos, el variopinto de las estaciones era de otro mundo; no como las agonizantes plantaciones que son cercadas en esta ciudadela a no más de medio metro. Las casas de los vecinos no estaban separadas por milímetros, sino por metros o hasta kilómetros. Mayoría de familias se dedicaban a sus huertos o a los campos de té como su padre. Recuerda que entre los padres de familia y maestros, del establecimiento educativo en el que estudiaba, construyeron en medio del paraje una cancha para los niños. Ya no importaba el barro tras una lluvia torrencial, podían jugar cómodamente sobre el pavimento sin resbalar o comer tierra. Jugaban pequeños partidos de fútbol, básquet o vóley; definitivamente el vóley se convirtió en su deporte favorito con el tiempo y, a su vez, con sus compañeros no tardaron en formar un equipo. Cada fin de semana, tenían un campeonato.

La puerta es abierta, sacando a Tetsuro de sus divagaciones. Es una anciana con el cabello totalmente blanco; sin ningún vestigio de lo que pudo haber sido una cabellera azabache, castaña, pelirroja, o simplemente jovial. Puede jurar que la ve palidecer mucho más de lo que le permite su arrugada piel picoteada de pecas. Sus pasos se desequilibran quizás por falta de algún bastón, o la impresión, y por reflejo cubre con sus manos su expresión boquiabierta. Sus ojos parecen desorbitar hasta el punto de amenazar con salirse de sus cuencas. Sus pupilas se dilatan como los trasuntos de unas canicas negras.

"No puede ser. ¿Qué haces aquí, Yoshinori?".

Incluso finalmente conociendo al habitante, Tetsuro todavía no comprende el fin del viaje al que su padre lo está arrastrando, dando vueltas de un lugar a otro como un bucle sin retorno ni final. Lo ha obligado a dejar todo atrás. ¿Por qué? ¿Por quién?

"Sabe que no vendría por voluntad propia".

Tetsuro mira a su padre, su amabilidad vuelve a romperse saludando con desdén. Él sigue comprendiendo nada, ni por qué su padre rezuma incordio deseando dejar improntas de su sentir sin disimulo.

"Entonces es mejor que te vayas y vuelvas al basural al que te llevaste a mi hija" La anciana borra su asombro; el odio y el rencor también la contagian y se aúnan sobre ella. Está a punto de cerrarles la puerta en la cara; sin embargo, su padre rápidamente bloquea el mínimo espacio con su pie, dejando aturullada a la mujer.

Alzheimer's Experience [AkaBoku | BokuAka]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora