Capítulo 4: Roma

31 2 0
                                    

Habían pasado tres días cuando divisamos Roma. Y con Roma volvieron los recuerdos. La zarza, el sueño, la muerte de mis padres y lo más importante, Vesta. Al volver a pensar en ello me apareció un nuevo terror. Tendría que abandonarles. Sabía que si lo hacía los dejaría desolados.


De repente, nos paramos en uno de los puentes. Los padres bajaron de la carreta a ver qué ocurría. Se oyeron unos gritos y algo cayéndose al río. Cuando pareció que ya se había pasado el peligro, bajamos Titus y yo de la carreta. Sus padres no estaban.


Le dije que esperase ahí mientras yo me acercaba al puente. En el fondo avisté dos cuerpos flotando. No me hizo falta saber más para saber quiénes eran. Llorando, corría hacia Titus y lo abracé con todas mis fuerzas mientras le decía que todo iba bien. Estaba mintiendo. Las cosas cada vez empeoraban más.


———————————————————————————————————————————————


Empezamos a explorar las miles de calles que conectaban Roma. Titus me había dicho que iban a visitar a un primo suyo y, de paso, vender las mercancías que traían de, según lo que me había dicho, un lugar lejano con mucha arena. Yo había cogido lo que tenían en la carreta antes de abandonarla, porque seguramente nos serviría de algo en el futuro.


Ahora estábamos en el mercado donde empezamos a preguntar por el primo de Titus. Por lo que me enteré, era un político muy apreciado por la gente de todas las clases. Parecía ser la persona perfecta y cada vez me entraban más ganas de conocerle en persona. Vivía en una colina cerca de la casa de las vestales.


Al enterarme de ello, me entro una angustia. Tenía que convertirse en vestal y no sabía cómo. La mayoría de las vestales eran patricias de unos diez años cuando eran escogidas. Y yo no era nada de eso. Esperaba que Vesta hiciese algo para facilitarme el acceso pero no estaba segura de que fuese a hacerlo.


Titus me interrumpió mis pensamientos. Ya habíamos llegado. Llamamos a la puerta donde un esclavo nos dirigió hasta la hasta principal. Allí estaba sentado él. Era un joven de unos diecisiete años. Era un poco más alto que yo y tenía una piel mucho más clara que cualquiera que había visto. Tenía el pelo moreno pero que, con el sol, parecía castaño oscuro. Sus ojos eran de un tono avellana oscuro, como las hojas al caerse en otoño. Su pelo y sus ojos contrastaban con su palidez, intensificándose su tonalidad. Era guapo. Lo único que se me pasaba por la cabeza era eso. Intentaba disimularlo pero lo era.


- Hola Titus, cuanto has crecido. Por cierto, y tus padres, ¿dónde están? ¿Y quién es ella? ¿Y por qué estáis tan asustado? Sabía que veníais a visitarme pero me juego el cuello a que algo ha pasado.- dijo con un aire preocupado.


Y fui quien tomó la palabra:


- Yo soy Hersilia y necesitamos tu ayuda. Me uní a la familia de Titus mientras viajaban pero, por exigencia de los dioses, cuando llegamos nos atacaron unos ladrones y los tiraron al Tíber tras asesinarlos. Por favor, danos acogida aunque solo sea por afecto a sus padres.- le expliqué rápidamente. Me sonrojé. Había algo en él que me ponía nerviosa. Era como si tuviera mariposas en el estómago.


Amablemente, nos dejó vivir con él en su residencia puesto que sabía que no teníamos a donde ir. No le dije que no me quedaría mucho tiempo pero no quería que se molestase por no aceptar su invitación. Nos guio hacia los dormitorios, presuponiendo que estábamos cansado de todas las emociones del viaje. Me dejó dormir en sus aposentos, no sé si por amabilidad o por quedar bien.


Me dejó a solas donde pude contemplar más a fondo su habitación. Era amplia pero la mayoría estaba ocupada por pergaminos y obras de arte, dejando apenas hueco para la cama y una cómoda. Se veía que estaba interesado por las artes y las ciencias. Aparte de amable y guapo era inteligente. Lo tenía todo. Entre mis reflexiones me empecé a entrar sueño. Lo último que recuerdo ver fue un cuadro de las musas, justo antes de quedarme dormida.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: May 22, 2015 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

La Última de las VestalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora