"El Niño y La Niña"
Serena seguía caminando por el bosque con algo de dificultad. Su pierna le seguía doliendo, incluso un poco más fuerte. Los únicos momentos en los que se sintió mejor fue cuando estuvo con ese niño...
No quería ni pensar en él. Le había hecho creer que la ayudaría para después asustarla con un pokémon. Estaba muy resentida, y todo lo que quería era volver a su cabaña y no salir de su cama nunca más, al menos hasta que el campamento acabase.
¿Por qué habría hecho algo así? Si antes se había portado tan lindo con ella, para después traicionar su confianza de esa forma. Serena estaba demasiado confundida, y por más que quisiese lo contrario, solo podía pensar en aquel niño.
Por estar demasiado metida en sus pensamientos, Serena no notó que frente a ella había una ligera colina, y terminó resbalando y cayendo por ella, causándole solo más dolor del que ya sentía. En la caída, se le había resbalado el sombrero de paja de su cabeza y voló un poco lejos de ella.
—¡Au!
La caída no había sido muy larga, pero su estado físico y emocional ya estaba demasiado dañado, y eso solo hacía que estuviera más cerca de su límite. Vió por un momento el lugar donde se encontraba. Era una especie de valle, con pocos árboles, un pequeño trozo de tierra despejada, con tanto solo césped y algunas rocas, y un poco más allá un gigantesco lago que —a los ojos de Serena— parecía un océano.
—Solo empeoré todo... —Serena estaba arrepentida, y al borde del llanto—... ¡Odio este lugar! —no pudo contenerse más, y volvió a llorar, aún más fuerte que antes.
Abrazó sus piernas y se hizo bolita, mientras las lágrimas caían cual lluvia. Atormentada en su tristeza, no prestó atención a su alrededor, ya que de haberlo hecho se habría dado cuenta de que alguien más había llegado a la escena.
—Se te cayó. —dijo Ash extendiéndole el sombrero de paja a aquella niña.
Ante la sorpresa, la niña se asustó y gritó, lo que provocó que Ash también grite del susto y se refugie tras el sombrero. Tras un momento de confusión, la niña reconoció la identidad de quién lo asustó.
—Ah... eres tú. —dijo molesta, cruzándose de brazos y evitando mirarlo de frente.
Ash sentía que la culpa lo carcomía por dentro, por lo que se apresuró en disculparse.
—Perdón por asustarte... —empezó a hacer memoria—... dos veces.
A Serena le llamó la atención que el niño se disculpe, pensaba que estaría riéndose por haberla asustado de esa forma. Volvió a verlo, notando como este tenía casi todo el rostro cubierto con el sombrero de paja que le pertenecía, solo dejando a la vista sus ojos.
—No fue mi intención... en serio, lo lamento.
Ella vio fijamente los ojos de aquel niño, y notó que estos reflejaban tristeza, de verdad estaba arrepentido de lo que hizo. Quizá él solo quería ayudarla a no tener miedo, y ella lo había malinterpretado. Ahora era Serena quien se sentía culpable.
—Está bien. —dijo tímidamente.
Ella parecía querer decir algo más, pero se le hizo un nudo en la garganta.
—Ten. —Ash se le adelantó, y le entregó el sombrero de paja.
—Gracias. —se puso el sombrero, mientras mantenía la mirada baja.
De nuevo se encontraban en una situación incómoda. Ninguno de los dos sabía qué decir, por motivos diferentes ahora. Ella quería disculparse, pero la vergüenza y los nervios no se lo permitían. Él tenía miedo de decir o hacer algo que la molestase, y que ella de nuevo lastime sus sentimientos. Ambos estaban mudos, pensando qué decir, hasta que Ash se atrevió.
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Éramos Niños Enamorados
RomanceEn la región de Kanto se había organizado un campamento para niños, en el remoto Pueblo Paleta. Sin embargo, había una regla: Los niños y las niñas eran grupos separados. Todo cambia cuando Serena, una niña extranjera, se pierde en el bosque, y su s...