Capítulo 4

38.5K 2.7K 258
                                    

Capítulo 4 | "ADN"

Connor Blackwolf

No la soporto.

No puedo estar a su maldito alrededor.

Mi interior grita de furia, sigo buscando alguna señal del pasado de la rubia, todos tenemos un maldito punto débil y yo debo averiguar el suyo, aunque no consigo nada, al menos nada que me sirva realmente.

Alguien que esté sin registros, sin rastros, es porque algo oculta, lo sé, porque nosotros hacemos lo mismo.

¿Qué mierda estás escondiendo, Madison?

Llego al final de las escaleras, donde encuentro a Kace.

— Andando, vamos a buscar en su apartamento.

Subo con Kace a una de las camionetas, y partimos a la casa de la rubia.

— ¿Qué pasó allá abajo? — pregunta, frunzo el ceño.

— ¿A qué te refieres?

— Vamos Connor, no le has tocado ni un pelo a la rubia.

— No torturamos gente inocente.

— Claro que sí lo hacemos, lo sabes — refuta — Sin embargo, si no querías torturarla. Podrías haberla enviado a trabajar a alguno de los clubes, como normalmente hacemos con los deudores. La has dejado pasar la noche en la mansión.

— Sólo hacemos eso cuando es necesario.

— ¿Y no lo viste necesario?

— No hasta estar seguro.

Sus palabras se graban en mi memoria, atormentándome.

Llegamos a uno de los barrios más pobres de Murcia, Kace baja de la camioneta y lo sigo, llegamos a un edificio de apartamentos que se cae a pedazos, subimos las escaleras hasta el tercer piso y Kace patea la puerta de madera que cede fácilmente al no contar con una llave.

Es un apartamento pequeño.

Diminuto.

Tiene una cocina con sólo una estufa y una pequeña mesa, una cama pequeña, un pequeño armario y un baño diminuto.

Revisamos en los cajones de los muebles, sólo hay fotografías de ella y la chica morena del bar, no hay nada más.

No hay nada como objetos personales o algo que nos muestre quien es la rubia. Cómo es su vida.

Volteo hacia Kace, observándolo completamente petrificado mientras sus ojos se mantienen en el interior del armario.

— ¿Qué? ¿Tiene un cadáver ahí dentro o qué?

Intento bromear, pero no responde, sus ojos se mueven rápido por todo el armario, analizando cada cosa a profundidad.

Me acerco y lo que veo también me deja petrificado.

En la puerta del armario de Madison hay varias fotografías de un hombre, notas del periódico que hablan de él, donde fue visto por última vez.

Y no es cualquier hombre.

Egor Morozov.

El maldito que tiene cuentas pendientes con nosotros.

Al imbécil que hemos buscado por cielo, mar y tierra para despedazar su cuerpo parte por parte.

Parece que Madison también lo está rastreando.

¿Por qué?

Los ojos de Kace navegan de una foto a otra a gran velocidad, descifrando cada punto, cada fallo, conectando datos y creando mil teorías.

As de CorazonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora