Capítulo 3

33.2K 2.4K 209
                                    

Capítulo 3 | "Secuestro"

Madison Davis

Los gorilas me llevan hasta una especie de sótano, donde sólo hay un pequeño colchón asqueroso con algunas manchas secas que asumo es sangre, desgastado, sucio.

Me dejan ahí y se marchan, cerrando la puerta a su paso, no hay nada más aquí, sólo una pequeña cámara en una esquina de la habitación, me siento en el colchón mientras abrazo mis piernas cuando la ventilación del lugar empieza a enfriar la habitación y empiezo a sentir estremecimientos por el frío.

Mis diminutos shorts y esta blusa no ayudarán mucho con el frío.

No sé cuánto tiempo llevo aquí, puede que un par de horas, cuando uno de los lobos entra a la habitación.

Castaño, alto, piel algo morena, sus brazos están cubiertos de tatuajes, hasta sus dedos, aunque logro ver las cicatrices claras en sus nudillos por las múltiples peleas en las que seguro ha participado. Tiene un piercing en la ceja, varios en sus orejas y uno en su nariz.

Sus ojos cafés me observan de vuelta, mientras se acerca ligeramente hacia mí, como un lobo a su presa, acechándome, tratando de ver cualquier rastro de pánico en mí que no dejo que se muestre.

Una de sus manos trae una pequeña bolsa, aunque no logro ver su interior, ladea su cabeza mientras se dedica a observarme simplemente, luego de unos minutos aparto mi mirada de la suya un poco cohibida y escucho como suelta un bufido burlón.

— Bonita, bonita rubia — exclama — Te he traído algo de ropa, asumo que lo que traes puesto no es muy cómodo.

— Mi nombre es Madison, aunque supongo que ya lo sabes.

Veo un atisbo de sonrisa en su rostro, mientras cruza sus brazos.

— ¿Quieres la ropa o no?

— ¿Cuál es el truco?

— ¿Asumes que hay un truco?

— No me darás la ropa sólo porque te parezco bonita, ¿no? — mi comentario lo hace mostrar la sombra de una sonrisa.

— Tienes una lengua muy larga, barbie.

— Nunca nadie me había alagado así, pero gracias, señor secuestrador — esta vez si consigo sacarle una sonrisa.

— Connor.

— ¿Disculpa?

— Mi nombre es Connor, barbie.

No digo nada, así que él vuelve a hablar. 

— Escucha, Madison, no te haremos nada como tu piensas, sólo nos gustaría un poco de información, a cambio te daré la ropa y tu estadía aquí será como un tranquilo viaje.

— ¿Información?

— Sí, rubia, información, como por ejemplo ¿por qué no apareces en el registro de empleados del bar de Andrew? ¿o que tal por qué trabajabas ahí en primer lugar? ¿o tal vez por qué no parecer ni un poco asustada por estar aquí?

Me tenso ante sus interrogantes y el gesto no le pasa desapercibido, cada una de esas preguntas me condena un poco más si decido responder con la verdad, así que decido omitir un poco de información.

Omitir no es mentir.

— No aparezco en el registro porque no trabajo ahí, no completamente, sólo le ayudo un poco a Andrew porque mi padre le debía un favor.

— Eso no responde mi última pregunta.

— No sé cómo responderla.

— Yo creo que sí lo sabes rubia, pero lo dejaré pasar esta vez. — tira la bolsa a mis pies — No torturamos ni asesinamos a las personas que no se lo merecen, a menos que sean un medio para algo, sabemos que no le interesas a Andrew, torturarte sólo sería un gasto de recursos.

As de CorazonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora