9 de enero de 1997

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El Potterverso es de Rowling


‒ ¡Inútil! ¡Asqueroso mestizo! ¡Escoria! ‒ Voldemort lanzaba cruciatus a Severus una y otra vez. ‒ ¡Nos diste una información falsa! ¡Crucio!

‒ ¡AAAHHHHHHH! ‒ gritó Severus retorciéndose de dolor en el suelo.

Sus túnicas se rompían y empezaban a abrirse heridas en su cuerpo fruto de la maldición de tortura.

Los mortífagos le miraban imperturbables. La única que reía mientras saltaba y revoloteaba alrededor de torturador y víctima era Bellatrix Lestrange.

‒ Sufre, Snape, sufre. Por tu culpa fuimos humillados por la Orden, maldito mestizo.

Cuando Lord Voldemort se cansó de torturar a su víctima, le ordenó a Rodolphus y a Rabastan:

‒ Llevadlo a Hogwarts y dejadlo delante de la entrada. Que Dumbledore vea lo que le hicimos a su Profesor de Pociones. ‒ pronunció el cargo con retintín.

Esa era la señal de que la reunión había terminado y los mortífagos se fueron retirando. Los hermanos Lestrange obedecieron las órdenes de su Señor. Rodolphus levitó el cuerpo inconsciente y su hermano menor encabezaba la salida. A las afueras de Yaxley Manor, donde se llevó a cabo la reunión, cada uno agarró a Snape de un brazo e iniciaron la desaparición conjunta sin preocuparse de que el pocionista sufriera una despartición.

Ambos hermanos se escondieron detrás de unos arbustos. Si alguien los veía ahí y los reconocía, llamaría a la Orden o a los aurores. Desde los matorrales levitaron el cuerpo inconsciente de Severus hacia la entrada del colegio. Una vez hecha su labor, desaparecieron rumbo a Lestrange Manor.

....

Una hora después, Hagrid iba supervisando con Fang los jardines de Hogwarts cuando vio un bulto negro en la entrada. Se dirigió hacia allí a ver quien era, con su paraguas listo por si le necesitaban.

Cuando reconoció al pocionista, exclamó presa del terror:

‒ ¡Profesor Snape! ¡¿Cómo acabó así?! ¡¿Qué le hicieron?! ¿Quién?

Hagrid no lo entendía. Snape era muy buen duelista. No podía ganar a Dumbledore. Pero podía tener una batalla reñida con McGonagall, Flitwick y Sprout. Vio la máscara de mortífago del pocionista y lo entendió todo. Esto era obra de El-Que-No-Debe-Ser-Nombrado.

‒ Fang, ve a avisar al Profesor Dumbledore. Llévalo directo a la enfermería. ‒ El semigigante agarró con la máxima delicadeza que era posible en él el profesor y se lo llevó en la enfermería cargado en sus brazos.

...

Dumbledore estaba dentro de la enfermería con Poppy. Los demás profesores esperaban fuera. Todos ya se habían enterado del estado del Jefe de Slytherin.

‒ ¿Cómo se encuentra? ‒ preguntó Minerva preocupada una vez el Director salió.

‒ Como ya sabéis, Severus es nuestro espía, su misión es observar, escuchar y reportar lo que dice Voldemort. Así mismo tiene otra función, informar a Voldemort lo que se le ordena en privado en sus reportes a la Orden del Fénix.

‒ Es decir... ‒ susurró Charity sin voz. ‒ Está en ese estado porque usted le pidió que le dijera una información a Quién-Tú-Sabes que no era de su agrado y Él lo torturó.

‒ Una información falsa, para ser más exactos. ‒ corrigió el anciano.

‒ ¿Severus sabía que la información era falsa? ‒ preguntó Pomona con un hilo de voz.

‒ Sí. Y las consecuencias también las sabía.

Charity estalló en lágrimas.

‒ ¡Esto es inhumano, Albus! ‒ exclamó Minerva.

‒ Severus sabía las consecuencias y aceptó. No es la primera vez que acaba en este estado, tanto en la Primera Guerra Mágica como en la Segunda. Necesitamos que alguien sea nuestro espía en el círculo cercano de Voldemort y él es perfecto. Severus y yo llevamos trabajando en su papel como espía por dieciséis años. No podemos echarnos atrás por muestras de amor y piedad. Eso es precisamente lo que quiere Voldemort quiere que hagamos.

Todos los demás callaron. Dumbledore entró de nuevo en la enfermería.

...

Minerva entró una hora después para ver cómo se encontraba Severus y vio que Albus todavía seguía allí, sentado en una silla al lado de la cama donde el pocionista descansaba, como si vigilase su sueño.

Se acercó a él. Vio que Albus tenía los ojos llorosos como si hubiera estado llorando.

‒ No soporto verle sufrir... ‒ susurró el director. ‒ Y en cambio yo soy muchas veces el causante de ese sufrimiento.

Minerva asintió.

‒ Ojalá Voldemort nunca hubiera nacido. Muchas familias no estarían destrozadas.

‒ ¿Qué le parece si celebramos la fiesta de Severus en la enfermería cuando despierte?

‒ No creo que Severus quiera compañía cuando despierte. Si huele comida después de recibir la maldición cruciatus, vomita. Así que tendremos que pedirles a los elfos que pongan hechizos para conservarlo y usarlo en otra ocasión.

‒ Podemos hacer que sople las velas otro día... ‒ concluyó Minerva.

‒ Lo más probable es que necesite silencio para descansar. Lo que más le conviene es dormir.

‒ Estaremos con él para que vea que hay gente que le importa, le felicitaremos y dejaremos los regalos para cuando despierte.

A Albus le pareció bien la propuesta de su amiga.

...

Severus notó algo de luz en los párpados. Abrió los ojos poco a poco. Estaba en un sitio con luz blanca. Alguien lo había tumbado en un sitio blando. No parecía ser las mazmorras de la mansión de algún mortífago sangre pura. ¿Estaba muerto?

Vio personas a su alrededor, pero sus ojos no enfocaban bien.

Notaba que le dolía todo el cuerpo y sufría temblores. Los principales efectos secundarios de la maldición cruciatus.

Finalmente, pudo ver que las personas que lo rodeaban eran los docentes de Hogwarts junto al celador, la bibliotecaria y la enfermera.

‒ Feliz cumpleaños, Severus ‒ dijeron todos en tono bajo al estar en la enfermería.

El pocionista se sorprendió de que todos estuvieran ahí cuidándolo.

‒ Merlín...

‒ Severus, siempre supe que eras un estudiante potencial. ‒ le comentó Slughorn en tono orgulloso.

"¡Y una mierda! Jamás moviste un dedo por mí cuando los sangre pura del colegio se metían conmigo por ser mestizo, o los Merodeadores. Y cuando inventaba algún método nuevo de hacer pociones me decías que siguiera las instrucciones del libro".

‒ Que sepas que estamos aquí para lo que necesites. ‒ le animó Charity.

‒ Cuando te recuperes, celebraremos tu cumpleaños como es debido. ‒ comentó Sprout.

‒ No dudes en pedirnos lo que necesites. ‒ habló Flitwick con su voz chillona.

‒ Efectivamente, ahora dejadle descansar. ‒ ordenó Pomfrey.

Todos dejaron sus regalos a los pies de la cama y dejaron al Slytherin solo en la enfermería con la única compañía de la enfermera y el director. Severus se durmió pocos instantes después de que se cerrara la puerta. Fue el primer cumpleaños en años que no recibía un regalo de Draco o los Malfoy; el primero demasiado ocupado con su misión de matar a Dumbledore, Lucius estaba en Azkaban y Narcissa vigilada por Voldemort y los otros mortífagos en Malfoy Manor después de los acontecimientos de la Batalla del Ministerio.


Contadme vuestras impresiones del capítulo.

Hasta la próxima

Los cumpleaños más importantes de la vida de SeverusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora