⚱️ ━━━ ❝ La grandeza nace de
pequeños comienzos ❞
🗺 ┃ En donde Victor Sullivan se junta con Nathan Drake, hermano de Sam para poder encontrar el tesoro de Magallanes y poder de alguna forma, encontrarse con su hija y poder demostrarle que había ca...
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❝ TRABAJO ❞
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ERA UNA NOCHE TRANQUILA PARA NATHAN DRAKE, no había demasiados clientes ese día como lo habitual pero realmente no le importaba mucho, lo único que tenía que hacer era servir tragos y robar más de algo a uno de esos niños ricos.
—Esa ingenua niña rica era un buen blanco. —Dijo un señor con traje, dándole a entender que había visto lo que hizo.
—No entiendo de que hablas..
—Mi hija lo haría mejor. Manejas muy bien a la gente, entiendes, eres precavido. —Sonríe, cruzándose de brazos—. Robas cosas de poca monta, detenme si me equivoco.
—Pues si lo estás y ya estamos cerrando y muchos de aquí nos gustaría ir a descansar.
—Victor Sullivan pero solo dime Sully.
—Gracias... —Pausa, viendo detalladamente a la persona enfrente de el—. Pero no lo haré.
—Tengo un trabajo, uno muy grande. Y necesito un par de manos.
—¿A eso te dedicas? ¿En buscar bares algún acompañante Víctor?
—Te estoy ofreciendo una salida de aquí, créeme. Podrás ir a lugares que solo has visto en libros. ¿Te gusta la idea?
—Te falló el cálculo, Victor. No soy un blanco en un bar. Y a muchos de aquí nos gustaría irnos... Así que, adiós.
—Ya está. —Victor con cuidado se levantó de su lugar, sacando un poco de dinero como propina y ver por última vez al castaño antes de salir.
Sabía que podría hacerlo con su hija, ella era la única persona en quien confiaba y de las pocas personas que tienen una gran fascinación sobre el tesoro de Magallanes. Aparte de Sam Drake, claro está. Pero las dos personas que más sabían del tema ya no estaban a su lado y estar en busca de Nathan no era ni su plan A, B, C o D.
Y es que ciertamente vio su celular sacando también la pulsera que él Niño le había robado a la chica.
—Regresarás, lo sé. —Suspira, tirando su celular al sillón al ver que su pequeña Zoey no responde sus mensajes.
Ya habían pasado dos años desde lo que había pasado en Guatemala y no culpaba a su hija por distanciarse. La entendía, era una mujer con veinte años, inteligente y hermosa. Además de tener un poder sobrenatural de la antigua diosa "bruja" Shunayya. Además, las últimas palabras que recibió de su hija fueron estas: No quiero volver a verte jamás en mi puta vida.
