"Libertad"

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"𝑆𝑒 𝑞𝑢𝑒 𝑒𝑠𝑡𝑒 𝑒𝑠 𝑒𝑙 𝑐𝑎𝑚𝑖𝑛𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑒𝑠𝑐𝑜𝑔í. 𝑆𝑒𝑟 𝑢𝑛 𝑠𝑜𝑙𝑑𝑎𝑑𝑜 𝑒𝑠 𝑑𝑖𝑓í𝑐𝑖𝑙, 𝑝𝑜𝑟𝑞𝑢𝑒 𝑑𝑒𝑠𝑔𝑎𝑠𝑡𝑎 𝑡𝑢 𝑚𝑒𝑛𝑡𝑒 𝑚𝑢𝑐ℎ𝑜 𝑎𝑛𝑡𝑒𝑠 𝑞𝑢𝑒 𝑡𝑢 𝑐𝑢𝑒𝑟𝑝𝑜". 💚

Y pude confirmar que era ella, la verdadera cuando corrió desenfrenada a mis brazos, y sin decir nada, me sujetó y me besó...
Yo estaba sorprendido todavía, aún no me acostumbraba a sus acciones tan espontáneas, siempre me tomaba por sorpresa. Ese beso fue maravilloso... me recordó a nuestro primer beso. Entonces me soltó, sonreía todavía más, y yo pensaba: «¡que bocota! ¿todavía puedes estirarla más? ¡es la sonrisa más preciosa que he visto en mi vida!».
Estaba idiotizado otra vez, mirándola de arriba abajo, como si hubiera visto a Jesucristo en persona, y dije lo primero que se me ocurrió:

—¡M-marilyn! ¡es increíble que tú...!—

—Hola Alex, ¿me extrañaste?—me abrazó nuevamente, llevando sus brazos debajo de los míos, y puso su cabeza en mi pecho. Mi corazón iba tan rápido, ¡no sé cómo no estalló en ese momento!

—Mucho. ¿cómo fue qué...? no, eso ya no importa... seguramente tuvo que haber sido horrible, pero si es necesario ahora que soy más fuerte te protegere con mi vida—. Ella se quedó escuchando mi corazón, luego me miró a los ojos, ahí pude contemplar sus pestañas, y me congelé. Pero recordé entonces lo que había querido decirle...

—Marilyn tengo algo muy importante que decirte...— aumentó mi pulso cardíaco.

—Los dejaré solos...—Harley, y el resto de la familia nos estaban mirando como si viera una película, se rieron y se fueron adentro.

—¡Alex, tu corazón va muy acelerado! ¿qué sucede?—creo que se asustó, pero como siempre bromeaba. Las palabras no me salían, ella se reía un poco. Hasta que por fin...

—Marilyn... ¿quieres casarte conmigo?—

—«le están temblando las manos y mandíbula, también ha perdido todo el color... ¡nunca me había sentido tan enamorada de él! ¡quisiera gritarle que sí, y besarlo otra vez...! quizás hasta me sonrojé... pero... somos muy jóvenes»—pensaba ella. Entonces alejándose de mí, pero si soltar mis manos respondió:

—¡Alexander! b-bueno y-yo... te amo... también te amo, tanto que cada día de mi encierro se hizo eterno sin tí, no sé bien cómo describir esta mágica sensación que me dejó tu propuesta... ¡siempre lo soñé! no he amado a nadie más como a tí, y si quiero, ¡gritaría que si mil veces! pero... no podemos, somos muy jóvenes...—

—Oh... e-entiendo...—sentí una punzada en el centro del corazón.

—¡Perdón! ¡perdóname yo no quería...!—ella se sintió culpable, y entonces intentó cambiar de opinión.

—Tengo miedo, Marilyn—dije temblando. Ella me miraba con mucha tristeza.

—Pero en el fondo soy consiente de que no estás lista aún, tengo miedo de morir... sé que te hubiese gustado que nos casaramos, eres tan adorable y tú aún sueñas con ese día, también fantaseaba con poder cumplir ese sueño tuyo, pero... fuí reclutado, al ejército, no mentiré no voy contra mi voluntad, alguna vez lo pensé... pero era débil y bastante inseguro. Pero ahora quiero ser más fuerte... ¡porque también quiero luchar a tu lado! quiero ayudarte... en tu venganza, pero pienso ¿y si muero antes? no tendremos un final feliz—apreté sus manos.

—Yo también tengo miedo, pero no de morir, un día lo haré y quiero que sea contigo o de una forma heroica al menos, pero mejor naturalmente, por orden del tiempo, cuando ya hayamos ganado la guerra que se aproxima, y tenido hijos y nietos, pero no te precipites. Con ésto no quiero decir que no te amo, ¡lo hago! y si te vas por tu cuenta... te estaré esperando aquí. Y para cuando regreses seré una maravillosa guardiana, ¡la más fuerte! y cuando me preguntes la próxima vez te diré que sí—quería llorar, gritar, pero mi cuerpo no me lo permitía. Me ardían los ojos.

Crónicas de un soldado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora