"Sonrisa"

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"𝑆𝑒 𝑞𝑢𝑒 𝑒𝑠𝑡𝑒 𝑒𝑠 𝑒𝑙 𝑐𝑎𝑚𝑖𝑛𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑒𝑠𝑐𝑜𝑔í. 𝑆𝑒𝑟 𝑢𝑛 𝑠𝑜𝑙𝑑𝑎𝑑𝑜 𝑒𝑠 𝑑𝑖𝑓í𝑐𝑖𝑙, 𝑝𝑜𝑟𝑞𝑢𝑒 𝑑𝑒𝑠𝑔𝑎𝑠𝑡𝑎 𝑡𝑢 𝑚𝑒𝑛𝑡𝑒 𝑚𝑢𝑐ℎ𝑜 𝑎𝑛𝑡𝑒𝑠 𝑞𝑢𝑒 𝑡𝑢 𝑐𝑢𝑒𝑟𝑝𝑜". 💚

Se aproximaba un examen de condición física, el mayor Pérez nos había dicho que antes de ir a nuestra primera misión, debía asegurarse de que tuviéramos una buena condición física, así que anunció que tendríamos que superarnos en otra prueba de física, como la que tuvimos que aprobar para entrar en el ejército. Zuñiga estaba preocupado, él había aprendido muchas cosas en tan poco tiempo, pero le angustiaba no estar capacitado para la misión, además... no aprobar ese examen.

—¡Alexander, no creo que apruebe! ¡ni siquiera estuve cerca de aprobar el examen de admisión la primera vez! ¡soy demasiado... débil!—bajó la cabeza. Yo sentí algo de pena por él, pero le tenía fe, y me preguntaba por qué él no creía en sí mismo.

—Zuñiga... nunca lo sabrás hasta que lo intentes, lo aprobaste la primera vez, y siendo todo un flojo, apesar de no estar acostumbrado a todos esos ejercicios, ¿por qué ahora que entrenas diario no aprobarías?—. Conversábamos mientras nos cambiamos de ropa, nos poníamos el otro uniforme, uno de algodón, más cómodo para entrenamientos.

—No lo sé... siento que así será—exhaló.

—Confía en tí, Zuñiga—le sonreí. Quería animarlo, esos días se había visto muy decaído, triste... por alguna razón, yo suponía que era porque extrañaba a su familia, pero era muy orgulloso para aceptarlo. Me sentí raro luego de ser tan amable con él, creo que... empezaba agradarme, aunque era un tonto, era el único amigo que tenía ahí.

—Gracias, Alexander—se levantó de la cama. Ya estábamos listos esa mañana, así que fuimos al patio de entrenamiento principal para reunirnos con nuestros compañeros y superiores.

Recuerdo que para el examen de admisión pedían muchos requisitos, solo para entrar a trabajar. Muchísimos exámenes, para ese entonces yo estaba viviendo en casa de mi tío, me llevaba bien con él, para ser sincero. También trabajaba con él en su negocio, tenía un local comercial de videojuegos, consolas y otros dispositivos en un centro comercial. Mi tío estuvo muy deprimido por unos años, luego de la muerte de su esposa e hija. Así que creo que le ayudó bastante mi compañía, nunca se llevó muy bien con su hermana, mi madre, pero sin embargo no se distanciaron demasiado. Yo seguía preocupado por Marilyn, semanas atrás había sido secuestrada por segunda vez, yo sentía tanto odio, era injusto que esos malditos siempre la atacaran para cumplir con su venganza. Tenía algunos otros trabajos además de ese, estaba dispuesto a esforzarme para salir adelante sin mis padres, entrenar duro y ser un mejor espadachín para rescatar a Marilyn, y pedirle matrimonio, (la mayor estupidez de mi vida). Así que comencé a reunir bastante dinero, aunque quedaba exhausto al final del día. También adopté un hábito muy malo, fumar, no sabía por qué, pero sin darme cuenta lo hacía todo el tiempo, me ayudaba con el estrés y la ansiedad, pero lo hacía en secreto. Una tarde, estaba en el negocio de mi tío, me ocupaba de atender a los clientes, cuando él tenía que ir a alguna parte, y ese día llegaron al local la señora Harley, acompañada de Armonía.

—Hola hijo... ¿estás muy ocupado?—sonrió.
Habían pasado muchas semanas desde la última vez que nos vimos, nunca más pude entrenar de nuevo con ellas porque estaba demasiado ocupado.

—¡Señora Harley! q-que bueno verla... ¿cómo supo que trabajo aquí?—me levanté de la silla detrás del mostrador, y fuí para abrazarla.

—Hola Alex...—Armonía también me saludó con un abrazo, ella se veía mejor, sus heridas ya estaban bien.

Crónicas de un soldado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora