The Price Of Freedom

Capítulo 25

Al día siguiente, Harry seguía deprimido por los comentarios de Severus. No sabía por qué parecían afectarle tanto; no es que no comprendiera la postura de Severus, sobre todo teniendo en cuenta que la mayoría de la gente no sabía nada de sus esponsales. Si alguien que no lo supiera hubiera visto a un profesor besando a una alumna, podría haberle causado muchos problemas, sobre todo si Dumbledore se enteraba de los esponsales y, más aún, de por qué se habían concertado. Había sido imprudente y temerario, lo sabía, y se avergonzaba de no haber pensado en las posibles consecuencias antes de actuar, pero eso no explicaba la sensación de dolor que sentía en el pecho.

Por suerte, tenía muchas cosas con las que distraerse. El tren de vuelta a Hogwarts salía aquella mañana y tanto Harry como Lysander habían conseguido adquirir bastantes más cosas de las que llevaban, así que necesitó una buena cantidad de maniobras, y de magia, para tenerlo todo ordenado. También pasó algún tiempo despidiéndose de su madre, Dorea y Charlus. Lily comentó que Harry parecía más callado de lo normal, pero él lo ignoró, alegando que era la idea de volver a marcharse y que le preocupaba cómo reaccionaría la gente del colegio ante todo lo que había pasado en Navidad. Lily asintió, comprensiva, y le recordó a Harry que los verdaderos amigos se apoyaban los unos a los otros pasara lo que pasara y que siempre había opciones si las cosas se ponían feas, aunque eso significara cambiar los planes que tenían: La salud de Harry, incluida su salud mental, era lo más importante. Eso había hecho que Harry sonriera y sintiera un poco de alivio. Había hecho nuevos amigos durante las vacaciones, sobre todo en el Baile de Año Nuevo, y tenía que admitir que estaba deseando volver a verlos.

Al más puro estilo sangre pura, los chicos se habían despedido de Corvinus de forma bastante emotiva, con abrazos y promesas de seguir en contacto, antes de marcharse. Yaxley se había unido a Corvinus para llevar a los chicos a la estación y asegurarse de que nadie pudiera quejarse de incorrección, sobre todo mientras los Longbottom seguían luchando por la custodia de Lysander. Habían conseguido llegar pronto, queriendo evitar las multitudes, y, con sólo un último gesto de despedida, Harry y Lysander consiguieron encontrar un compartimento vacío a mitad de camino de uno de los vagones y se sentaron tranquilamente. Harry era consciente de que a Lysander le preocupaba cómo reaccionarían los Gryffindors ante su nueva identidad.

Draco, Pansy y Theo no tardaron en unirse a ellos en el compartimento y Harry se sorprendió un poco al verlos.

"Claro que estoy aquí", se burló Draco, poniendo los ojos en blanco. "Lysander es mi primo y la familia apoya a la familia, al menos en público. Así que malas noticias, probablemente me verás un poco más cuando volvamos al colegio".

"Más o menos lo había supuesto -sonrió Harry-, pero no esperaba que recogieras dos sombras nuevas. ¿Pansy y Theo siempre te siguen la corriente?".

"¡Por supuesto!" resopló Draco, al tiempo que Theo se burlaba y Pansy decía "¡Como si!", haciendo que la rubia los mirara con el ceño fruncido."Al menos podrías fingir que soy el líder indiscutible de la casa Slytherin", hizo Draco un mohín.

"¿Por qué?" preguntó Theo.

"Tengo una reputación que me gustaría mantener", argumentó Draco.

"Me niego a alimentar tus delirios -afirmó Pansy antes de acercarse a Lysander. El chico Gryffindor le sonrió antes de apartarse para permitirle sentarse junto a la ventana.

Theo se acercó a Harry. "¿Querías sentarte junto a la ventana?".

"Por favor", suspiró Harry. "Espero que así nadie se quede mirando aquí dentro".

Theo se sentó alegremente junto a Harry y sacó un libro.

"Dudo que haya problemas con los mirones", dijo Draco. "La mayoría de la gente del tren estuvo en el baile, así que ya conocerán nuestra amistad". Aun así, se sentó al otro lado de Theo, aumentando la barrera entre Harry y la ventanilla.