Capítulo 28

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"¡Esa rata bastarda!" gritó Sirius, refiriéndose por supuesto a Dumbledore. Bella y Narcissa se limitaron a poner los ojos en blanco, pues hacía tiempo que habían renunciado a amonestar a su primo por sus palabras malsonantes.

Todas las familias se habían reunido en la mansión Potter el primer día de las vacaciones, tras el regreso de los chicos. Al principio las cosas habían sido un poco tensas y formales entre Lysander y sus padres, pero cuando Bella había preguntado cautelosamente a su hijo si podía darle un abrazo, el joven se había derrumbado, cayendo en brazos de su madre mientras ambos sollozaban de alegría. Se habían trasladado a la sala de estar y Lysander se había acurrucado felizmente junto a su madre, deleitándose claramente con el afecto maternal que la mujer le dispensaba alegremente.

Harry se había puesto un poco celoso, sabiendo que nunca sentiría el tacto de su madre y, en consecuencia, se había acurrucado junto a Severus. El hombre se había dado cuenta claramente de lo que Harry necesitaba sin que tuviera que decir una palabra y al instante había rodeado los hombros de Harry con el brazo. Por desgracia, Sirius lo había visto y había empezado a gritarle a Severus que "quitara sus asquerosas manos de su ahijado". Aquello, por supuesto, no había sentado bien al grupo y se habían turnado para explicarle a Sirius la situación de los esponsales.

Había llevado tiempo meterle en la cabeza que la atención era inocente y necesaria. La información había tardado en calar en la cabeza del hombre y Sirius había permanecido decididamente poco convencido hasta que Narcissa preguntó si Sirius conocía la naturaleza de Petunia antes de renunciar a la custodia de Harry.

"Bueno, había oído a Lily hablar de lo zorra celosa que era su hermana, pero no pensé que se lo transmitiría al hijo de Lily. Quiero decir que Harry era sólo un bebé y su familia así que eso tenía que significar algo, ella estaba obligada a quererle".

"¿Como Walburga te quería a ti?" había espetado Lucius, haciendo que Sirius palideciera.

Ante el empuje de Severus, Harry había relatado al grupo, algo incómodo, algunos de los detalles de su educación, obteniendo miradas de simpatía de los reunidos, a excepción de Sirius, que se enfadó y disgustó al mismo tiempo por el trato dado a su ahijado, sobre todo cuando se enteró de la existencia de la señora Figg en la vida de Harry y del hecho de que Dumbledore debía de tener al menos algún conocimiento de lo que ocurría en el número 4 de Privet Drive.

"Me encanta que te apresures a culpar a los demás de la vida de Harry cuando fuiste tú quien lo puso en esa situación", dijo Severus. "En nombre de Dios, ¿qué te hizo entregar a Harry a Hagrid en primer lugar?"

"Dijo que Dumbledore había tomado disposiciones para mantener a salvo a Harry y que era necesario", resopló Sirius. "Hice lo que creí mejor para Harry".

"¿Acaso lo comprobaste antes de entregar a Harry? Aquel hombre podría haber sido el Señor Tenebroso disfrazado de zoquete con poliojugos o algo así". rugió Severus. "Podrías haber estado entregando a Harry a la muerte, pero no, conseguir tu venganza era más importante que garantizar la seguridad de tu ahijado".

"¡No fue así!" insistió Sirius. "Yo quería tener a Harry conmigo, pero Hagrid se empeñó en que tenía que llevar a Harry ante Dumbledore por seguridad. Intenté escapar, pero Hagrid me lo impedía a cada paso. Me habría teletransportado, pero no quería arriesgarme con Harry, y menos en el estado en que me encontraba. Él también siguió adelante. Me dijo que Dumbledore había dicho que Harry nunca estaría a salvo con Peter suelto, con su "habilidad especial". Sabía exactamente a qué se refería, y además tenía razón. Como rata, Peter sería casi imparable si decidiera atacar a Harry, y yo no podía correr ese riesgo, así que al final cedí y dejé que Hagrid se llevara a Harry, yendo a por Peter por la seguridad de Harry, no por venganza".

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