Capítulo tres

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Tras esa primera vez, año tras año, Earth, junto con su padre, el gran capitán y la tripulación, zarparon en cada campaña a bordo del «Alma Furiosa».

Como bien había dicho Willy, hubo años buenos pero también años muy malos, en los que el joven aprendiz vio a muchos hombres morir y a otros tantos sufrir mutilaciones.

Los barcos a los que saqueaban, con el tiempo sufrieron transformaciones y estuvieron más preparados, contando con armamento a bordo e incluso soldados salvaguardando las mercancías.

Aún así, los piratas del Furiosa, no temían a nada, ni a nadie y luchaban como fieros valientes para conseguir su objetivo.

Al igual que su padre, Erath fue ganándose una reputación entre los demás piratas y año a año, a la par que este creció, adquirió experiencia y mucha sabiduría.

Siempre llegaron bien a casa, sin embargo cuando este contó con veinte años de edad, algo terrible pasó, ya que en la campaña de ese año, en uno de los saqueos, el capitán resultó herido de gravedad por la espada de un nuevo y fuero adversario, hijo de un viejo conocido de Willy, el capitán del «Blue Sea», Mike Angelo.

Tras varias semanas bajo cuidados de su hijo y sus hombres, velando sus fiebres y delirios, el capitán Pirapat finalmente falleció, dejando a Earth sumido en un gran dolor.

El Alma Furiosa se quedó entonces sin capitán, así que con la aprobación de todos, el segundo al mando tomó el relevo de la capitanía.

Earth tan solo quería venganza para su padre y eso hizo que se ganase el respeto de los hombres de abordo, ya que a pesar de su juventud, este llevaba la piratería en la sangre.

En los años que había pasado al lado de su padre, este había absorbido todos los conocimientos necesarios y se conocía los mares como la misma palma de su mano y tras aceptar el cargo, juró que si algún día volvía a cruzarse con el desgraciado de Angelo, se lo haría pagar.

Debido a ese rencor en su interior, sumado a sus múltiples responsabilidades y preocupaciones, el corazón del joven capitán fue formando una coraza, volviéndose un hombre temible, incluso mucho más que su padre.

Junto a su tripulación, este saqueó y robó a todo barco que se cruzó pero entonces llegó un tiempo en que eso ya no le bastó y quiso ir más allá, por lo que comenzó a saqueaba en tierra firme.

Iglesias, templos, mansiones y todo lo que a su paso se encontraron a su paso, fue desbalijado por los fueros y ambiciosos piratas.

Al contrario que su padre que siempre fue al Norte, Earth decidió también navegar al Sur, donde había múltiples tierras sin explorar, zonas vírgenes y nuevos barcos para saquear.

El joven capitán y su tripulación llenaban así, sus bodegas con metales y piedras preciosas, ya no se conformaban con solo las mercancías para comerciar, sino que el oro y la plata era más valiosos y daban mucho más poder.

Así que año, tras año, el nuevo capitán del «Alma Furiosa» fue haciendo más fuerte el apellido Pirapat y cuando este llegó a la edad de veinticinco años, fue conocido y temido por todos, en gran parte de los reinos, de los mares y recónditos parajes

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Así que año, tras año, el nuevo capitán del «Alma Furiosa» fue haciendo más fuerte el apellido Pirapat y cuando este llegó a la edad de veinticinco años, fue conocido y temido por todos, en gran parte de los reinos, de los mares y recónditos parajes.

A pesar de calmar sus ansias de llenarse de riquezas como le placía, había otra cosa que este deseaba con ansias y eso era ser recordado por siempre, así que en uno de sus tantos saqueos a templos sagrados, este reparó en los libros que los monjes escribían y los cuales habían perpetuado mucha historia de siglos atrás.

En el último templo al que entraron, escondido bajo una mesa, este se encontró a un monje, el cual tenía en sus manos un gran libro en el cual había estado escribiendo antes de ser irrumpidos.

El capitán lo secuestró y lo encerró en la bodega, donde este se pasó días durmiendo en unos roídos trozos de tela y tan solo era sacado para que escribiese sobre todo lo que sucedía.

Earth lo creía mudo de nacimiento pues este no había dicho ni una sola palabra desde que se lo había llevado del templo y se mantenía oculto bajo el gran capuchon de su túnica religiosa.

Eso tenía a sus hombres un poco desconcertados pues no entendían porqué su capitán mantenía vivo al monje, tan solo por saber escribir pues muchos de ellos sabían y podían haberlo hecho también, sin tener a nadie extraño abordo

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Eso tenía a sus hombres un poco desconcertados pues no entendían porqué su capitán mantenía vivo al monje, tan solo por saber escribir pues muchos de ellos sabían y podían haberlo hecho también, sin tener a nadie extraño abordo.

Por ello, todos tenían que Calipso, Diosa del mar o Poseidón, el Dios de las mareas, se enfurecieran y los atrapasen en una gran ola haciéndolos caer en sus fauces, ahogándolos a todos y hundiendo el barco.

Una noche, cuatro de ellos aprovecharon que todos dormían y entonces bajaron a la bodega y cogieron al monje tapándole la boca con un trapo y atándolo de pies y manos.

Su intención era arrojarlo por la borda y que se ahogase pero Earth se despertó y con ayuda de sus fieles amigos Tay, AA y New, llegaron a tiempo y evitaron la muerte del asustado monje.

Los cuatro traidores amotinados contra el Capitán, fueron apresados y juzgados por la ley pirata, la cual castigaba la traición con la muerte, aunque este tuvo en cuenta lo fieles que estos habían sido a su padre durante años, así que su castigo fue solamente cortarles la lengua.

El pobre monje tirado en el suelo, temblaba y respiraba agitadamente, entonces le quitaron las fuertes mordazas que lo apretaban y este sorprendió a los piratas hablando.

...-Gra-Gracias por evitar mi mu-muerte, señores.

Earth se acercó a este, le sacó la capucha con la punta de su espada y le levantó la cara cogiéndolo del mentón, haciendo que levantase la vista del suelo.

Por primera vez, desde que había sido secuestrado dos semanas atrás, ambos se vieron las caras.

El joven capitán miró fijamente al guapo monje, arrodillado en el suelo y tras agacharse se perdió en la profundidad de sus ojos, los cuales eran tan atrayentes como los mares que surcaban.

El joven capitán miró fijamente al guapo monje, arrodillado en el suelo y tras agacharse se perdió en la profundidad de sus ojos, los cuales eran tan atrayentes como los mares que surcaban

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-¿Cómo es qué hablas, monje?, Te creía mudo, ¿Cual es tu nombre?- le preguntó confuso.

-Mi no-nombre es Mix se-señor, mix Sahaphap y no no soy mudo, solo estaba en voto de silencio.

......

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1. Mi ardiente capitán - EarthMix TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora