Ésta es la historia de temibles piratas a la búsqueda de grandes riquezas y ansiosos de cofres llenos de oro y plata, los cuales descubrirán también, que hay otros tesoros que no son de metal, sino que son de carne y hueso.
Este será el caso del val...
Al fin llegó el día tan esperado por toda la tripulación del Alma Furiosa, el cual puso rumbo hacia Hispania, como en la campaña anterior cuando capturaron a Mix.
En esa ocasión había sido todo desconocido e improvisado pero ahora estaban preparados, ya que contaban con la sabiduría, que el joven exmonje les había revelado.
Cuando ya llegaban una semana de viaje, el navío se encontró con una pequeña embarcación mercante que transportaba víveres pero por orden del capitán, lo dejaron seguir su rumbo pues este no quería arriesgar su tripulación y su barco por un pequeña mercancía, cuando le esperaban grandes riquezas más allá.
El Alma Furiosa se encontró con muchos más navíos cargados de mercancías, después de ese pero nuevamente pasó de largo sin abordarlos, cosa que a algunos piratas recién alistados les pareció extraño, aún así no querían probar la ira de Earth, así que se callaron.
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En cada turno, el castaño terminaba agotado y entonces se dejaba caer en los roidas telas de la bodega pues entre el trabajo duro del barco, los dictados del capitán, quien seguía empeñado en plasmar sus memorias, este además tenía que huir del interminable acoso de los piratas que babeaban por él.
AA lo protegía pero aún así, había quien se atrevía a intentar algo cuando este no vigilaba, amenazando de muerte al exmonje, si habría la boca.
En una de esas ocasiones, el aprendiz ex monje incluso se lastimó una mano peleando con uno de sus acosadores pero mintió diciendo que se lo había hecho arriando las velas.
El capitán por su parte, vivía evitandolo, ya que con todo ese tiempo a bordo, Mix se había puesto todavía más atractivo y verlo sin camiseta y con su torso bronceado, mostrando su cuerpo curvilíneo y su angelical rostro, lo traían demasiado alterado y no podía pensar con claridad.
Además de su físico, este estaba fascinado también por lo increíblemente inteligente que era el castaño y lo rápido que había adquirido experiencia a pesar de nunca haber cogido en sus manos, un arma o un cabo.
El aprendiz también luchaba contra sus instintos, sus votos se iban por la borda, en cuando Earth andaba cerca pues el imponente capitán le quitaba el sueño pues a pesar de que le temía y a la vez lo odiaba, no podía evitar fijarse en lo apuesto y valiente que era, aunque lo creyera inalcanzable.
Con el tiempo y gracias a las lecciones de AA y la constancia de este, el castaño manejó muy bien la espada y los puños y eso le sirvió además de para ayudar en caso de necesitarlo en los abordajes, para mantener a sus acosadores a raya.
Además de eso, este decidió que siempre dormiría con un cuchillo en su bota y amenazaba con cortarle las pelotas a todo el que intentase forzarlo.
Navegaron durante unas semanas más hasta que por fin llegaron a la tierra Hispánica y uno a uno, visitaron los pueblos costeros, robando a su paso todo lo que pillaban e incluso algunos de los hombres llegaron a intimar con mujeres pueblerinas y de los prostíbulos.
Durante el mes que pasaron en Hispania y después de que saquearon los templos en los que Mix les contó los secretos de tesoros escondidos bajo el altar, los enterrados en las tumbas de obispos y pasadizos ocultos, estos se pasaron a las casonas y demás lugares con riquezas.
No temían nada, por lo que estos también paraban a beber y comer en las cantinas de los lugares, en donde atemorizados hombres y mujeres les servían todo lo que se les antojase.
Mix sentía mucha repulsión por sí mismo pues esas gentes eran igual que él pero en el fondo, a pesar de todo seguía siendo un esclavo y el Capitán no lo dejaría con vida, si lo traicionaba.
Cuando llegaron al Templo donde este había estado durante dos años, Earth le ordenó permanecer fuera con otros hombres vigilando, por aquello de que le removiera recuerdos o cosas así.
Lejos de eso, este lo desobedeció y entró al Templo y entonces vio que todo estaba patas arriba y los monjes yacían muertos en el suelo bañado de sangre pues muchos de ellos se habían resistido y terminaron con la espada clavada.
El exmonje lloró al ver todo aquello, ya que una cosa era luchar contra otros piratas o marineros mercantes o incluso gentes del pueblo que se defendían del ataque pero esos eran sus semejantes, eran seres buenos e indefensos monjes siervos de Dios, como él lo había sido.
En un momento, este no se dio cuenta pero uno de los monjes que estaba en el suelo se levantó cuando él pasó de largo, entonces cogió un gran tronco de madera y le golpeó la espalda.
Este se giró rápidamente con su espada alzada dispuesto a luchar pero se encontró con una sorpresa muy desagradable.
-Mix, muchacho ¿eres tú?...¿Qué haces con esos piratas?
A pesar del gran golpe en la espalda, este se incorporó y reconoció al monje.
-Padre Ángel...es-escondase o lo matarán... vá-váyase de aquí-le dijo para persuadirlo.
-Eres una vergüenza para los católicos-habló molesto el viejo monje-...te quemarás en en infierno por hereje.
El hombre aún seguía con su garrote en mano en dirección a este e iba a golpearle nuevamente para el asombro del castaño pero entonces Earth, que había escuchado las voces en esa dirección, acudió.
-No padre no lo haga-suplicó el castaño entre sollozos.
-¡Eres un pecador y debes ser castigado!
El capitán al ver eso, temió por la vida de su lindo aprendiz, así que rápidamente clavó su espada en la espalda de viejo monje y entonces este soltó el garrote y miró fijamente a los ojos del castaño.
-Pe-Pecador, arderás en el infierno-Susurró este antes de caer desplomado en el suelo.
El capitán preocupado se acercó a este para ayudarlo a levantarse.
-¡Creí haberte dejado claro que no entraras!-le gruñó molesto
-Si, lo siento-dijo este muy asustado-...perdoname-...dijo abrazandolo sorpresivamente.
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Earth, se quedó helado sin saber muy bien como actuar, ya que no se lo esperaba pero además de eso, al ser más bajo, el pelo de Mix le dio justo en la nariz, llegandole el olor a jabón que usaba este, junto con su propio aroma natural, el cual al capitán le pareció exquisito.
Tras unos segundos abrazados, se escucharon gritos y entonces el capitán reaccionó y palmeó la espalda de este, a lo que soltó un leve quejido.
-Va-Vamos, estás mal herido... regresamos con los demás- habló el Capitán preocupado-...salgamos de aquí, debemos revisarte esas heridas.
