Ésta es la historia de temibles piratas a la búsqueda de grandes riquezas y ansiosos de cofres llenos de oro y plata, los cuales descubrirán también, que hay otros tesoros que no son de metal, sino que son de carne y hueso.
Este será el caso del val...
Los meses que faltaban para comenzar la nueva campaña se le estaban haciendo interminables a Earth, ya que los días avanzaban con lentitud y cada noche era peor que la anterior.
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Había llegado un momento en que en su casa, ya no podía permanecer por mucho tiempo pues el aprendiz exmonje pululaba por toda ella, haciendo su trabajo, haciéndolo enardecer.
Por ello permanecía en la taberna durante horas y siempre llegaba bien entrada la noche, bebido para así caer inconsciente y no pensar en él.
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No podía olvidarlo, le era imposible sacarlo de su cabeza, no comía, no dormía, no vivía, sino era pensando en el bendito exmonje.
Este lo traía muerto de la desesperación y ni siquiera se habían besado o al menos eso creía él pero el simple recuerdo de esos sueños casi reales que lo azotaban y lo mortificaban, eran suficientes para querer probar sus labios y revivir esos besos una y otra vez.
Por su parte, Mix también estaba muy mal, ya que creía que el capitán lo odiaba y por eso lo evitaba y nunca estaba en casa.
Cada noche lo esperaba pero este siempre trasnochaba y desde su ventana lo veía llegar solo o a veces con los muchachos, quiénes lo traían casi a rastras.
Este se dormía llorando, hasta que en el día siguiente volvía a ocurrir lo mismo.
Sin embargo las cosas tomaron un rumbo bien distinto cuando una mañana llegó un telegrama para Earth, el cual Mix fue quién lo recogió y se lo entregó a la madre de este, la cual sonrió al leerlo y rápidamente fue al despacho de su hijo.
Minutos después, se escucharon gritos y acto seguido, el aprendiz vio salir a ambos muy acalorados.
...—¡No insistas madre!— volvió a gritar Earth llegando al salón—…¡No deberías haberlo hecho sin mi consentimiento!
—¿Qué ocurre hermano?, ¿qué son esos gritos?—preguntó la joven bajando las escaleras.
—Hijo, solo debes conocerla, darle una oportunidad.. Samantha es una buena chica y de muy buena familia.
